Esperança Feminista es un glosario de verbos (verbiario feminista) que surge como herramienta didáctica para la reflexión y la movilización política ante los cercenamientos continuos de nuestros cuerpos por el patriarcado, el capitalismo y la colonialidad de género. Es un libro tejido por dos feministas de trayectorias muy distintas en encuentros durante el aislamiento social generado por la Covid-19; es un testimonio de resistencia y de reencantamiento por la vida.
En conversaciones on-line, durante doce jornadas, Debora e Ivone, siempre acompañadas por un público atento e interactuante, conjugaron verbos para la construcción de una desobediencia creativa al patriarcado y sus tramas. Ellas representan generaciones diferentes de feministas que dialogan utilizando la fuerza que los verbos escogidos dan a la palabra cuando se trata de cuestiones claves en la vida vivida por ellas o por mujeres conocidas, para entretejerlos con la epistemología feminista, la literatura y el arte.
Ellas proponen un verbiario y creen en el poder de esos verbos como acto iniciático del feminismo porque movilizan a unas y fortalecen a otras. Los verbos seleccionados nos conectan emocionalmente con las experiencias que la memoria de ambas autoras nos trae a tono en cada capítulo y nos permiten recapitular nuestras propias trayectorias, aún en otros tiempos e en otros espacios. Al creer en la fuerza de esos verbos reconocen los territorios que los colindan, atravesados por el patriarcado que cercena y naturaliza la subordinación de las mujeres. Es un libro de esperanza en tiempos sombríos.
¿Cuáles son esos verbos disparadores de la reflexión? Aquellos que las autoras denominan nuevos territorios de pronunciación, posibles para la construcción de la imaginación y de nuevas preguntas sobre lo que deseamos ser o para resignificarlos en una perspectiva plural que en sus conjugaciones llevan a la acción feminista: oír-escuchar, imaginar, aproximar, calentar, recordar, reparar, recrear, celebrar, compartir, preguntar, hablar y desobedecer.
En cada conjugación de verbos se emprende un vuelo creativo, imaginativo, una didáctica que se desliza desde la pregunta, el extrañamiento ante respuestas ya existentes en la norma del patriarcado, pasando por la subversión, la imaginación y la búsqueda de sentidos. Sin la pretensión de generales abstractos, la narrativa traída a colación en el acto mismo de conjugación busca su contenido en la experiencia situada, en la vida vivida, sea como pesquisidora o en el trabajo pastoral con mujeres pobres de las periferias urbanas del nordeste brasileño.
Oír-escuchar para desafiar palabras de orden y formas selectiva de audición; para colocar a nosotros en movimiento continuos de aprendizaje, intensidad, creatividad y belleza en la búsqueda de la libertad. Pero, para Imaginar otras posibilidades debemos desimaginar. Es proceso de desaprender, de preparación para el encuentro e instrumento para sentir el mundo. El imaginar trae el encuentro con la poesía, con la literatura y constituye una fuerza para inventar mundos mejores para las mujeres, para los hombres y para todo el planeta. Aproximar, sin embargo, requiere dislocamientos necesarios del patriarcado disciplinario. Requiere acercarnos a otros cuerpos marcados por el patriarcado y la colonialidad de género y a otras posturas feministas como el feminismo negro o el feminismo decolonial. Es una invitación a una conjugación plural y colectiva que busque el establecimiento de relaciones de justicia y dignidad tanto para hombres como para mujeres.
Calentar surge en ese verbiario como sinónimo de cuidar y de acariciar resignificando la palabra al apuntar el carácter político que tiene el acto de cuidar y el cuidar de sí; reflexión que es realizada en dialogo con feministas como Audre Lorde, con la experiencia investigativa y con la actualización que del cuidado hace la pandemia Covid-19. También Recordar es aquí un acto político convocado a subvertir la narrativa ya contada; a construir un otro modelo de archivo histórico e introducirnos en otros escenarios jamás considerados históricos por la historia patriarcal. Lembrar es, pues, uno los verbos más importantes del feminismo porque permite Reparar y rehacer la historia, las marcas, las heridas abiertas, los dolores que el patriarcado deja en nuestros cuerpos. La reparación comienza en el encuentro, en la escucha y en la revuelta que fractura las relaciones de poder por redimir las aflicciones.
La defensa de la vida exige Recrear desde otro lente: desde lo decolonial, desde la complejidad interseccional que nos traen los otros feminismos y la diversidad de espacios que recrean la utopía feminista. Esa reflexividad se dialoga, por ejemplo, con textos clásicos como “Manifiesto do Coletivo Combahee River” o se recrea a través del diálogo con la literatura escrita por mujeres como Carolina María de Jesús o Marguerite Porete. También Celebrar es un verbo de conjugación feminista que no se confunde con cualquier celebración; es visto como una política de aparición feminista. El celebrar feminista según las autoras tiene otra performatividad al estilo de Judith Butler como es el derecho de aparecer de las jóvenes chilenas cuando cantan “La culpa no era mía, ni donde yo estaba, ni la ropa que vestía...”
Ya Compartir trae la idea de desafiar el propio campo del feminismo pues él espontáneamente no es un campo de reconocimiento mutuo y del compartir en condiciones de igualdad; al mismo tiempo que se trata de responder a la pregunta. ¿Por qué nosotras, las feministas, reflexionamos sobre el compartir? Al Preguntar las autoras dan a este verbo un tratamiento didáctico al estilo de la Pedagogía de la pregunta en Paulo Freire (Freire & Faundez, 2019), para aprender a preguntar es preciso asombrarse. Ellas nos hablan de los extrañamientos necesarios ante la brutalidad del patriarcado como ejercicio pedagógico de carácter metodológico y político. Se nos interpela sobre ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes del feminismo hoy? Preguntas que sólo podrán ser, si son contextualizadas e interseccionalizadas dada la complejidad de las opresiones.
Es preciso Hablar para narrar desde diferentes lugares y lenguajes la sobrevivencia y el sufrimiento de las voces feministas. Hablar para que esos decires desdibujen los límites que establece la historia única, haciendo circular otras narrativas y formas de existir y de resistencia. Ante los cuerpos dóciles exigidos por el patriarcado aparecen repuestas que capturan toda la potencia feminista nacida del encuentro entre la profesora disidente y la monja insumisa para, así, Desobedecer e interpelar al patriarcado.
El texto es una provocación. Cada uno de los verbos hace extraño lo cotidiano, desnaturaliza lo que el patriarcado hace norma y corporiza con sus tramas perversas en cuerpos interseccionalizados por la clase, raza, el género, la capacidad, las identidades sexuales u otras desigualdades que nos marcan.
En cada capítulo las voces de ambas autoras establecen su conexión con la memoria. En un rejuego entre la oralidad de los encuentros y la escrita, regresan a lo que parecía ya estar dicho para desestabilizarlo; van y vienen de manera particular en torno a cada verbo, apuntando el carácter emancipador que envuelve la narrativa.
A nuestro juicio, este es un libro necesario tanto para feministas consolidadas como para jóvenes que comienzan a pensar y a sentirse feministas. Esperança Feminista es una pedagogía para la acción, no sólo para mujeres, también para otres y otros, que lleva implícita la memoria encarnada por la vida vivida de sus autoras.
Finalmente, en la discusión traída a tono en algunas presentaciones del libro en universidades queda sugerido la necesidad de repensar la fuerza histórica del movimiento feminista del pasado reciente en América Latina, siendo necesario el rescate de la herencia que deja un período histórico en que no era explicita la autodenominación de feminista, pero que contenía ya su esperanza.
Deseamos tengan una buena lectura.