INTRODUCCIÓN
En producción ecológica, uno de los principales desafíos es el manejo de las malas hierbas (Teasdale & Cavigelli, 2017). En ausencia de los herbicidas sintéticos, el principal método para el control de las malas hierbas es el laboreo. A pesar de su efectividad, la labranza también causa diversos problemas como la erosión del suelo, pérdida de materia orgánica (Smith et al., 2011) y consumo de combustibles fósiles. Por lo tanto, hay una necesidad de abordar la problemática de las malas hierbas sin comprometer la salud del suelo. Una estrategia de labranza reducida, basada en cubiertas vegetales, puede garantizar un adecuado manejo de las arvenses de forma más sostenible.
Las cubiertas vegetales no se siembran para ser cosechadas, sino para proporcionar otros servicios ecosistémicos como retención de nitrógeno, reducción de la erosión, mejor infiltración del agua, manejo de malas hierbas o aumento de la materia orgánica, entre otros (Schipanski et al., 2014). Estas cubiertas vegetales pueden desempeñar diversas funciones según la especie utilizada. Las gramíneas y las brasicáceas son excelentes extractoras de nutrientes con fuertes sistemas radiculares, reduciendo la compactación y la erosión mientras cubren rápidamente el suelo y proporcionan un buen control de las arvenses (Baraibar et al., 2017). Por su parte, las leguminosas destacan en la fijación de nitrógeno, pero crecen más lentamente y, por lo tanto, no son tan competitivas contra las malas hierbas.
En viñedos, las cubiertas vegetales se siembran a mediados de otoño y se permiten crecer hasta finales de primavera o principios de verano, cuando empiezan a competir con el viñedo. En primavera, las cubiertas pueden ser terminadas con un rolo-faca, un rodillo con cuchillas de gran peso que presiona el material vegetal, pero sin romperlo, creando un mantillo que cubre el suelo y puede limitar la germinación de las malas hierbas, aunque su efectividad es variable. Uno de los principales desafíos de este método es seleccionar las especies apropiadas para el paso del rolo-faca y fecha precisa para su terminación. La implementación de esta estrategia es relativamente nueva y su uso ha sido verificado como método de control de Cynodon dactylon (L.) Pers. en viñedo (Cabrera-Pérez et al., 2023). Sin embargo, todavía hay información muy limitada sobre su efecto en otras especies y si la fecha de finalización puede ser un factor a tener en cuenta. Con este objetivo se ha planteado un estudio con el fin de probar diferentes especies de cubiertas vegetales y dos fechas de terminación para verificar qué opción ejerce un mejor control de las malas hierbas. Generar nueva información para las condiciones del Valle del Ebro podría promover la adopción de cubiertas vegetales en viñedos ecológicos
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se estableció en un viñedo (Vitis vinifera L. var “Tempranillo”) ecológico comercial en Raimat (Lleida) durante una campaña (2022-23). Las características de este campo se encuentran en la Tabla 1. El viñedo cuenta con sistema de riego por goteo. El manejo tradicional del suelo en la finca consiste en picar la cubierta espontánea entre las filas y realizar un pase mecánico de intercepa bajo las vides, tres o cuatro veces durante la campaña agrícola.
Ensayo | Variedad | Año de establ. | Coordenadas ETRS89 | Marco (m) | Soil texture (%) | ||||||||
Latitud | Longitud | Calle | Fila | Arena | Limo | Arcilla | pH | MO | |||||
SAT Raimat | Tempranillo | 2015 | 41° 41' 21” N | 0°28'28.5"E | 3 | 1.5 | 44.3 | 34.8 | 20.9 | 8.4 | 3.9 |
La clasificación climática del área de estudio es semiárida fría (BSk) (Kottek et al., 2006), con una precipitación anual promedio de 342 mm y una temperatura media anual de 14.1°C (mínima de 8.1 °C y máxima de 20.7 °C). Los datos climáticos se obtuvieron de una estación meteorológica automática perteneciente a la red meteorológica regional, ubicada cerca del viñedo en Raimat (www.meteocat.cat).
El 24 de octubre de 2023, se sembraron a una anchura de 2,5 m, cuatro especies de cubiertas vegetales: avena negra (Avena strigosa Schreb.), cebada (Hordeum vulgare L.), raigrás (Lolium multiflorum Lam.) y triticale (×Triticosecale Wittm. ex A. Camus). Cada especie se sembró en dos calles por bloque a la dosis correspondiente para cada especie (Tabla 2). También se estableció un control sin sembrar (cubierta espontánea). Los nueve tratamientos se instalaron siguiendo un diseño en bloques completamente aleatorizado con tres repeticiones. La preparación del lecho de siembra se realizó con una fresadora. A mediados de mayo, cada especie de cubierta se chafó con el rolo-faca en dos fechas distintas, cuando las cubiertas estaban en los estadios fenológicos BBCH 75 y 87. No se aplicó fertilización a las cubiertas vegetales, pero se contó con un riego de apoyo por aspersión. Durante el estudio, las malas hierbas en las hileras se controlaron mediante un intercepa mecánico.
Especie | Var. | Empresa | Origen | Dosis (Kg/ha) |
---|---|---|---|---|
×Triticosecale Wittm. | Hugo | Agrusa S.A. | España | 210 |
Avena strigosa Schreb. | SAIA 6 | Semillas el Solc SL | España | 70 |
Hordeum vulgare L. | Gustav | Agrusa SA | España | 190 |
Lolium multiflorum Lam. | Westerwoldicum | Semillas el Solc SL | España | 40 |
Los muestreos se realizaron en tres superficies (unidades de muestreo) en cada fila, ocupando la anchura de siembra y de largo, la separación entre tres vides. El establecimiento de las cubiertas vegetales se estimó contando plántulas emergidas dentro de un cuadrado de 0.33 m de lado diez veces por fila. Posteriormente, una vez al mes, se realizó un inventario de recubrimiento por parte de las cubierta sembradas, así como del conjunto de la flora arvense. En mayo, se pesó la biomasa de las cubiertas justo antes de su terminación, tomando muestras de tres cuadrados de 0.5 m x 0.5 m. Finalmente, en septiembre, la biomasa de malas hierbas de verano se pesó de la misma manera que la biomasa de las cubiertas vegetales.
Los datos se analizaron utilizando un Modelo Lineal de Efectos Mixtos, con las diferentes especies de cubiertas, método de terminación y su interacción como factores fijos y bloque como factor aleatorio. Si los tratamientos fueron significativos, se realizaron comparaciones múltiples de los efectos utilizando la prueba HSD de Tukey (p < 0.05). Cuando fue necesario, los datos se transformaron con la raíz cuadrada para cumplir con los requisitos de normalidad (Shapiro-Wilk) y homocedasticidad (prueba de Levene). Los datos se volvieron a transformar para mayor claridad en los resultados. Los análisis se realizaron utilizando R (R Core Team, 2023).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Durante el desarrollo de las cubiertas vegetales (de noviembre de 2022 a mayo de 2023), la temperatura media (Tm) fue más alta (11.1 ºC) (Figura 1) que el promedio histórico (9.3 ºC). El mismo patrón se encontró durante el desarrollo de las malas hierbas de verano (de mayo a septiembre de 2023), cuando la Tm fue más alta (22.1 ºC) (Figura 1) que el promedio histórico (21 ºC). En cuanto a la precipitación, la campaña 2022-23 fue extremadamente seca durante el desarrollo de las cubiertas (101.7 mm). De hecho, ni siquiera se alcanzó la mitad del promedio histórico (218 mm) (Figura 1). En contraste, la precipitación durante el ciclo de vida de las malas hierbas de verano fue mayor (160.5 mm) (Figura 1) que el promedio histórico (120 mm).
En marzo, todas las cubiertas vegetales superaron el 75% de recubrimiento del suelo, con la excepción de L. multiflorum que apenas alcanzó el 40%. Por este motivo, el recubrimiento de malas hierbas en dicho mes fue muy bajo en las cubiertas vegetales, exceptuando L. multiflorum que superó el 30%. Igual ocurrió con la biomasa de las cubiertas recogida en mayo, antes del pase del rolo-faca donde la biomasa de L. multiflorum fue significativamente menor que las demás cubiertas (4.575 kg/ha) y osciló entre los 1.500 y 3.000 kilogramos de materia seca por hectárea.
Tras la terminación de las cubiertas, en junio, no se observó diferencias significativas en el recubrimiento de las malas hierbas entre las dos fechas del pase del rolo-faca, mientras que, en julio, dicho recubrimiento fue menor en la segunda fecha de pase de rolo-faca solo para la cubierta de avena negra. Por otro lado, en la biomasa de malas hierbas de verano medida en septiembre, no se observaron diferencias entre fecha de pase de rolo-faca, pero sí entre las especies de cubiertas (Figura 2). A pesar de que L. multiflorum fue la cubierta que menor biomasa tuvo en el momento de su terminación y, por tanto, la cubierta que menos recubrió el suelo tras los pases del rolo-faca fue la que mejor efecto ejerció reduciendo la cantidad de malas hierbas de verano a 250 kg/ha, cifra significativamente menor comparada con las otras cubiertas vegetales. Aunque, en general, todas las cubiertas redujeron la presencia de arvenses estivales en comparación con el control.
CONCLUSIONES
En la campaña 2022/23, las cubiertas vegetales redujeron la presencia tanto de malas hierbas de invierno como estivales. A pesar de la poca producción de cubierta de Lolium multiflorum, fue la especie que más redujo la presencia de arvenses estivales (250 kg/ha). Las distintas fechas de pase de rolo-faca no tuvieron efecto sobre la biomasa de hierbas estivales.