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Introducción
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la transformación económica derivada de la revolución industrial, originó innumerables avances en el campo de la tecnología, sin embargo, en el plano sociológico provocó el pauperismo (Clemente, 1999).
Pauper fue aquella persona que vivió hacinado en la ciudad, en pésimas condiciones de higiene, lo que produjo barrios insalubres, en los cuales las personas aun trabajando vivían en la miseria, debido a que su salario no les alcanzaba para llegar a fin de mes (Arenal, 1897).
Por tanto, cuando el pauper no dispuso del amparo de una familia acomodada que le ayudase, para ganarse el sustento diario comerció con su cuerpo y para evadirse de la miseria recurrió a la bebida como única vía de escape (Arenal, 1894). Estos hechos provocaron un aumento de la enfermedad venérea y un incremento del número de personas alcohólicas, haciendo que se produjese un incremento de la prostitución en los suburbios de las ciudades, lo que llevó a considerar el pauperismo una lacra social, pues la mendicidad deterioró los hábitos higiénico-nutricionales de la persona humilde, menoscabó su salud e indujo la pérdida de sus valores morales y sociales, hecho que socavó la educación y moral del menesteroso, ya que la miseria destruye la dignidad humana (Dios-Aguado et al., 2023; Nightingale, 1894).
En el Ferrol el 31 de enero de 1820, en el seno una familia acomodada, nació Concepción Arenal Ponte. Su padre, militar, abogado y hombre de ideas liberales, fue encarcelado por desobediencia a la monarquía absolutista de Fernando VII (Gómez-Blesa, 2023). Liberado, al verse menospreciado por los demás, se despertó en él una pasión por el estudio y la rectitud moral, cualidades que cristalizaron en la personalidad de Arenal (Caballé, 2018). La pequeña Concepción cuidó con mimo y esmero a su padre enfermo hasta que la muerte se lo arrebató, cuando ella tan solo contaba nueve años de edad, hecho que le obligó a trasladarse al valle de Liébana donde la familia poseía un mayorazgo (Arias-Bautista, 2021).
En 1834, Arenal inicia su periodo educativo en Madrid. Acude al colegio de señoritas donde fue matriculada, vestida de forma sencilla, austera, sin corsé y adornos (Caballé, 2018). Dicha excentricidad provoca graves tensiones con su madre, pues sus ideales le impedían alcanzar el arquetipo femenino de la época (Gómez-Blesa, 2023). En 1841, la inesperada muerte de la madre, desencadenó en Arenal una crisis existencial, pues se consideró responsable de su muerte, debido a las continuas disputas que mantenía con ella y al hecho de no haber sabido cuidarla en el proceso de su enfermedad. De modo que para superar esa crisis busco refugió en el valle de Liébana (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023).
Superado ese trance, regresa a Madrid para completar su formación académica, se matricula en la universidad y vestida con pantalón, levita y chalina, asiste a clases de ciencias naturales, física, medicina y derecho. Allí conoce a Fernando García Carrasco, abogado de ideas liberales, con quien traba una gran amistad que a cabo en matrimonio. Su esposo siempre respetó su peculiar indumentaria y la vida en pareja se basó en la igualdad y la admiración mutua (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023).
En 1851, de nuevo la desgracia asociada a la enfermedad invade la vida de Arenal, su primogénita muere de hidrocefalia aun a pesar de los continuos cuidados que ella le proporciona. Y dos años después, su marido contrae tuberculosis, hecho que le exige cuidar con mucho esmero al enfermo para que la familia no contraiga la infección, sin embargo, a pesar de sus cuidados la muerte en 1857 le arrebató otro ser querido (Caballé, 2018). La pérdida del marido fracturó su vida y la obligo a buscar refugió con dos hijos pequeños en el valle de Liébana (Gómez-Blesa, 2023).
En Potes, bajo la sombra de un dolor intenso, construyó un nuevo proyecto de vida. En torno a 1859 comenzó a escribir “El Manual del Visitador del pobre”, y en 1861 publicó “La beneficencia, la filantropía y la caridad” (Arias-Bautista, 2021). Escribir le devolvió la fuerza para seguir viviendo, le proporcionó un renombre a nivel internacional, le despertó su rectitud moral y recobró su pasión por ayudar al menesteroso (Gómez-Blesa, 2023). Sus obras se fundamentan en la corriente del pensamiento liberal krausista, el cual buscaba una regeneración social y ética del individuo (Caballé, 2018). A esa corriente del pensamiento pertenecieron Jesús de Monasterio, Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate, Fernando de Castro y Salustiano Olózaga, personas con quienes Arenal mantendrá una estrecha amistad a lo largo de su vida (Gómez-Blesa, 2023).
Superada la tragedia de la muerte de su marido y siendo una mujer reconocida internacionalmente, conoce a Juana de la Vega Martínez, condesa de Espoz y Mina, con quién estableció una sólida amistad que se transformó en el apoyo afectivo-moral de Arenal y en su cuidadora pues la condesa en 1872 muere víctima de un ataque cardiaco (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023).
El 4 de febrero de 1893 muere en Vigo y en su epitafio figura la consigna que le acompañó toda su vida “A la virtud, a una vida, a la ciencia” (Caballé, 2018).
La presente investigación pretende realizar una revisión historiográfica del pensamiento de Concepción Arenal Ponte, desde una perspectiva enfermera, pues su pensamiento ha sido ampliamente analizado en relación a otras disciplinas tales como: beneficencia, trabajo social, sistema penitenciario y derecho. Sin embargo, dentro del ámbito de la enfermería ha sido muy poco reconocido y escasamente analizado en relación a la Salud Pública y Comunitaria. Luego, la idea que orienta la hipótesis del proceso investigador es: Concepción Arenal mediante su pensamiento social, promovió y defendió que el cuidado enfermero fuese profesional, de calidad y dispensado de forma holística hacia la persona.
Metodología
El estudio es una revisión historiográfica del pensamiento de Concepción Arenal Ponte, desde una perspectiva enfermera, por tanto, puede ser considerado como una investigación histórica y cualitativa. Para llevar a cabo el trabajo en una primera fase se realizó una búsqueda de la obra de Concepción Arenal en fuentes primarias existentes en: el Archivo de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, la Biblioteca Digital Mundial, la Biblioteca Nacional de España y el Centro de Documentación de la Cruz Roja Española. Durante la segunda fase, se llevó a cabo una búsqueda en fuentes secundarias, utilizando para ello las palabras clave como descriptores y los operadores booleanos (AND, OR, NOT). Además, para la exploración de las fuentes secundarias se acometió una selección temática, tomando en perspectiva, la importancia y pertinencia del tema, con estas premisas se efectuó una búsqueda bibliográfica en las siguientes bases de datos electrónicas: SciELO, Dialnet, Cuiden, MEDLINE/PubMed, JSTOR (sistema de almacenamiento en línea de publicaciones académicas), CINAHL, Science Direct y Google Académico. En una tercera fase y final de proceso de recopilación de información se seleccionaron 20 documentos de los 63 hallados, ya que el número máximo de referencias en esta publicación está acotado a dicho número.
En relación con los aspectos éticos de la investigación para recopilar la información en las fuentes directas, fue preciso solicitar acceso a los documentos obrantes en los archivos de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Documentación de la Cruz Roja Española. Recibida la autorización, se procedió al análisis minucioso de los documentos.
El análisis de la información se realizó siguiendo el Modelo Estructural Dialéctico de los Cuidados (MEDC), el cual permite profundizar en el contexto histórico que motivó el pensamiento social de la autora, el cual dio origen a múltiples iniciativas que al ser llevadas a la práctica pudieron solventar el pauperismo y cuidar de forma holística a la persona vulnerable. La metodología MEDC se basa en estructuras que sirven de soporte al proceso de ordenación y análisis de los datos, de modo que se desarrollaron tres bloques temáticos, los cuales permitieron obtener una visión global de los fenómenos históricos relevantes desde una perspectiva enfermera (Siles-González & Solano-Ruiz, 2016), (Figura 1).
En definitiva, se realizó un análisis meticuloso en fuentes primarias y secundarias inherentes al objetivo del estudio. Para la extracción de la información y análisis de los datos, se realizó una interpretación inferencial y crítica por parte de los investigadores. Cuando existió discrepancia en la elección e inclusión de estudios, se resolvió mediante consenso entre los miembros del equipo investigador. Para reducir a 20 las referencias bibliográficas se dio prioridad, en las fuentes primarias del pensamiento de Concepción Arenal, a los libros que abordaban el cuidado de la persona y con relación a las fuentes secundarias se dio prioridad a los textos cuya temática se ajustaba perfectamente a los tres bloques temáticos desarrollados, los cuales permiten obtener una visión global de los fenómenos históricos relevantes desde una perspectiva cultural.
Tras la búsqueda de información se consultaron 63 documentos, seleccionándose 20 de ellos para la redacción de esta investigación.
Resultados y discusión
Pensamiento Social
Concepción Arenal desde pequeña conoció el sufrimiento a través del ingreso en prisión de su padre, mediante el desasosiego que le ocasionó su enfermedad y por medio del dolor que generó en ella su muerte (Gómez-Blesa, 2023). Toda esa amargura sin duda marcó el carácter de Arenal desde su infancia. Sin embargo, la muerte de su hija y posteriormente del marido produjo un cisma en su existencia, obligándola a comenzar un nuevo proyecto vida que le despertó su pensamiento social y su esperanza por profesionalizar los cuidados de enfermería (Caballé, 2018).
En Potes, durante la recuperación de su tragedia emocional, estableció de por vida, una relación fraternal con Jesús de Monasterio, quien, para sacarla de su desolación, le propuso fundar la rama local femenina de las Conferencias de San Vicente de Paul, entidad dedicada al cuidado y socorro de las personas más desfavorecidas. Formar parte de dicha asociación, le devolvió a la vida (Arias-Bautista, 2021). Además, le permitió cuidar de forma holística al menesteroso y estar en contacto directo con el pauper, de forma que pudo sentir el desamparo que sufría la persona vulnerable de la clase social trabajadora, cuando no disponía de una familia acomodada que le ayudase en sus necesidades económicas. El mismo que sufrió ella cuando su padre, hija y esposo no recibieron cuidados de enfermería profesionales al estar gravemente enfermos (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez- Blesa, 2023).
Su experiencia en torno al cuidado holístico de la persona, la recopiló en el libro la Beneficencia, ‘‘la Filantropía y la Caridad’’. El texto obtuvo un reconocimiento internacional y sirvió de acicate para advertir a los Estados de las circunstancias que abocaban al trabajador hacia la miseria, aun disponiendo este, de trabajo (Arias, 2021; Caballé, 2018; Gómez, 2023). Arenal defendió que el Estado, tenía la obligación de dotar a todo el territorio español de medios e infraestructuras, para que allí, donde la filantropía no pudiese llegar, las personas vulnerables tanto en el plano moral como físico pudiesen ser atendidas, no solo a través de la caridad privada, sino mediante instituciones públicas que lograsen auxiliar al menesteroso en todas sus necesidades socio-sanitarias (García-Carrasco, 1861).
Con su obra el Pauperismo, intentó sensibilizar y concienciar a la sociedad de las condiciones de insalubridad, deshumanización, analfabetismo y extrema vulnerabilidad que soportaron las personas de clase social trabajadora en los barrios obreros de las ciudades españolas (Gómez-Blesa, 2023). Arenal defendió que dichas circunstancias perpetuaban el cólera, tifus y tuberculosis, patologías que producían gran sufrimiento al menesteroso, pues la falta de salud acarrea una pérdida del puesto trabajo, lo que supone la llegada de la miseria a la familia, ya que la escasez de recursos económicos abre la puerta de entrada al pauperismo, sí la familia de clase social trabajadora no dispone de apoyo social (Arenal, 1897). En ese sentido, la obra intento apelar a la solidaridad de las personas acaudaladas y remover su conciencia, para que dotasen de condiciones de salubridad los suburbios de las ciudades; único elemento capaz de evitar la miseria en la familia de clase social trabajadora y salvaguarda de la dignidad humana (Arias-Bautista, 2021).
A lo largo de su vida, Concepción Arenal defendió la mejora de las condiciones de vida de la mujer y el acceso a todos los niveles educativos (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023). Por ese motivo, en su obra ‘‘La mujer del porvenir; La mujer de su casa’’ criticó las teorías que defendían la inferioridad de las mujeres en base a razones biológicas y reivindicó la educación de la mujer como única vía para salir de la exclusión social, circunstancia que se cernía sobre la condición femenina, desde tiempo inmemorial; para modificar dicho contexto promovió que la mujer trabajase, aunque consideró que no todos los trabajos podían ser ejecutados por las mujeres (Arenal, 1895).
Praxis de su pensamiento
Concepción Arenal comprendió la importancia de los cuidados de enfermería a raíz de la hidrocefalia que condujo a la muerte a su hija de tan solo dos años de edad, y descubrió la importancia de dichos cuidados en el domicilio del paciente debido a la tuberculosis que contrajo su marido, la cual le ocasionó la muerte, hechos que le llevaron a ser una firme defensora de la profesionalización de la enfermería, pues ninguno de sus dos seres queridos, recibió cuidados de enfermería de forma holística (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023).
En su obra ‘‘la Beneficencia, la Filantropía y la Caridad’’ hizo una defensa cerrada del cuidado del paciente en su domicilio, y para evitar la repulsa que, por entonces, causaban los hospitales y el personal de enfermería, Arenal defiende que dicho cuidado sea realizado por enfermeras profesionales bien formadas y entrenadas (Bernabeu-Mestre & Pérez, 1999; de Dios-Aguado et al., 2023). De modo que, con la finalidad de solventar dicha carencia escribió la obra ‘‘el Manual del Visitador del Pobre’’, texto muy relevante que sirvió de guía para ejecutar de forma holística en el domicilio del paciente cuidados enfermeros de calidad, y donde recalcó que el acceso a la morada de una persona, supone el acceso a la parte más íntima del ser, hecho que obliga al visitante a respetar en todo momento, las creencias y la dignidad humana del morador (Arenal, 1894). En ese sentido, Arenal consideró indispensable que quien cuidase al enfermo, debía hacerlo con empatía y asertividad, sin emitir juicios de valor en relación a las circunstancias que rodean a la persona visitada (Bernabeu-Mestre & Pérez, 1999; de Dios-Aguado et al., 2023; Pérez-Vico, 2018).
Concepción Arenal siendo secretaria general de la sección de Señoras de la Cruz Roja, durante la Segunda Guerra Carlista en España, dirigió el hospital de sangre que la entidad montó en Miranda de Ebro (Arias-Bautista, 2021). En él, las mujeres de forma voluntaria sin experiencia ni formación, no solo cuidaron a los heridos holísticamente, sino que fueron capaces de sortear la enemistad generada entre los bandos, cuidando de la persona herida sin distinción de rango militar o ideología (de Dios-Aguado et al., 2021). De modo que, finalizada la contienda, Arenal volvió a reclamar la profesionalización de los cuidados de enfermería, tal y como se practicaba por entonces, en las instituciones del Reino Unido (Arias-Bautista, 2021; de Dios-Aguado et al., 2021).
A lo largo de su vida, Arenal mantuvo un nutrido grupo de amistades, otorgándole a Juana de la Vega Martínez, un puesto muy destacado. Viuda como Arenal, experimento en primera persona el dolor por la muerte de su marido y conocía sin ambages el significado de la palabra sufrimiento. Esos hechos despertaron en ellas su interés por aliviar el sufrimiento del pauper que vivía en suburbios deshumanizados e insalubres (Rubio et al., 2020). De modo que a través de la filantropía crearon múltiples proyectos en pos de los más necesitados, logrando fundar y dirigir instituciones como la Asociación de Señoras de La Coruña; la Sociedad Protectora de los Niños desamparados; Las Magdalenas, fundación creada para la visita a las presas y la Sociedad Abolicionista. Además, fueron capaces de convencer a las autoridades gallegas para que se construyera un Hospital Psiquiátrico en Santiago de Compostela (Alvarez, 2020).
Del mismo modo cabe fijarse en la amistad que trabó con la Reina María Victoria dal Pozzo della Cisterna, durante el efímero reinado de Amadeo de Saboya en España. Gracias a su amistad, Madrid contó con un Asilo de Lavanderas, entidad que cuidó de los hijos e hijas de esas trabajadoras, mientras ellas lavaban la ropa en el rio Manzanares. Entre ambas consiguieron poner en marcha un hospicio para niños y niñas desamparados, así como con una casa-colegio para los hijos e hijas de las cigarreras que trabajaban en la tabacalera (Rubio et al., 2020). Su activismo y filantropía les llevó a constituir redes socio-sanitarias para familias en diferentes suburbios de Madrid. A través de la llamada “sopa económica” pusieron en práctica un modelo de asistencia domiciliaria que desde el anonimato repartió raciones de comida entre las familias de clase trabajadora con necesidades económicas, la intención de dicha asistencia fue paliar el hambre y proporcionar un cuidado holístico al menesteroso para evitar el deterioro de su salud, puerta de entrada al pauperismo y con posterioridad a la enfermedad (Arias-Bautista, 2021; Rubio et al., 2020).
En paralelo, Arenal funda la Constructora Benéfica con la intención de evitar la angustia que suponía a la familia de clase social trabajadora, ver llegar el último día de vencimiento del plazo del inquilinato, sin tener recursos económicos con que satisfacer su obligación. Dicha entidad vio la luz, gracias al respaldo económico del sector financiero español y a la donación de importantes sumas de dinero que efectuaron las amistades de Concepción Arenal, entre ellas cabe destacar la cantidad de 125.000 pesetas efectuada por la Condesa Krasiński aportó (Caballé, 2018).
La Constructora Benéfica a pesar de las dificultades legales con las que se topó, en 1877 construyó las primeras veinticuatro viviendas unifamiliares, en el barrio de Pacífico de Madrid, debido a que los destinatarios fueron los trabajadores de los talleres de la Compañía del Ferrocarril del Mediodía. Posteriormente en 1883, se llevó a cabo una segunda promoción en los suburbios de Cuatro Caminos y Guindalera (Rubio, 2009). La Constructora Benéfica cerró en torno a 1915, pero durante los 40 años de actividad, en cada barrio realizó viviendas sociales en régimen de alquiler, las cuales disponían de una estructura idéntica: cocina, dos habitaciones y retrete exterior junto al patio (Arias-Bautista, 2021; Figura 2).
Legado de su pensamiento
Concepción Arenal, dirigió por espacio de 14 años La Voz de la Caridad, revista que fue un megáfono para denunciar las pésimas condiciones sanitarias de la población, la falta de protección en la infancia, la esclavitud, la trata de blancas, la prostitución, etc. Pero también fue su altavoz para defender que la mujer debía adquirir habilidades e instrucción que le permitiesen realizar un trabajo u oficio fuera de casa. Y reivindicando a su vez, educación para poder cultivar todas las facultades que conforman la moral y el pensamiento humano (Arias-Bautista, 2021; Gómez-Blesa, 2023). En su obra ‘‘La mujer del porvenir; La mujer de su casa’’ describió las ocupaciones que potencian el rol maternal de abnegación y entrega hacia los demás, valorándolas adecuadas para ser ejecutadas por la mujer, pues ella suponía que los sentimientos de piedad y compasión formaban parte del alma femenina. De modo que las profesiones de maestra, institutriz, médica, enfermera, farmacéutica, cuidadora de niños, etc., las encontró idóneas para la condición femenina (Arenal, 1895). Incluso, expone que dichas profesiones otorgaban a la mujer una excelente oportunidad para ir a la universidad y tener un trabajo remunerado, cuyo salario podría aportar una mayor solvencia a la unidad familiar, pero que, sin lugar a duda, permitiría a la mujer mantener su independencia, y sí por algún motivo enviudase o permaneciese soltera, le evitaría caer en el pauperismo, hecho habitual durante la segunda mitad del siglo XIX (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023).
Los anhelos de Concepción Arenal se vieron cumplidos cuando el rey Amadeo de Saboya el 2 de septiembre de 1871 firmó la Real Orden que permitió a la mujer española acceder a la universidad. Sin embargo, no fue hasta el curso de 1872-73 cuando se matricule María Elena Maseras y Ribera en la Facultad de Medicina de Barcelona, y dos años después se matricularon Mª Dolores Aleu i Riera y, después, Martina Castells i Ballespí (Álvarez, 2007). Las tres estudiantes tuvieron que sortear infinidad de trabas burocráticas hasta alcanzar el título oficial de médica, pero Dolors Aleu i Riera y Martina Castells i Ballespí tuvieron que esquivar numerosos obstáculos hasta que en 1882 lograron ser doctoras en medicina (Nogueiras, 2019). La tesis doctoral de Aleu titulada “De la Necesidad de encaminar por una nueva senda la educación higiénico-moral de la mujer” se fundamentó en el pensamiento de Concepción Arenal con relación la condición femenina. Y la tesis de Martina Castells i Ballespí se denominó “Educación física, moral e intelectual que debe darse a la mujer para que ésta contribuya en grado máximo a la perfección y la dicha de la humanidad” (Álvarez, 2007; Garcia, 2019).
Aleu, puso en práctica el pensamiento legado por Concepción Arenal y con la intención de mejorar la calidad de vida de las mujeres, publicó su primer libro “Consejos a una madre. Sobre el régimen, limpieza, vestido, sueño, ejercicio y entretenimiento de los niños” (Garcia, 2019). Su prolífica vida laboral, dedicada a tratar las dolencias que acechaban tanto las mujeres burguesas como las prostitutas, le llevó a fundar el 2 de mayo de 1885, la Academia de Ciencias, Artes y Oficios de la Mujer, entidad que, siguiendo el pensamiento de Concepción Arenal, educó a la mujer desde la niñez (Álvarez, 2007).
Concepción Arenal, durante toda su vida impulsó el desarrollo de cuidados de enfermería a la persona vulnerable de una forma holística, defendió que el personal de enfermería fuese profesional y encontró idónea esta profesión para la condición femenina (Arias-Bautista, 2021; Caballé, 2018; Gómez-Blesa, 2023). Sin embargo, Arenal no alcanzó a ver satisfechos sus deseos, pues fue el 7 de mayo de 1915, cuando el rey Alfonso XIII promulgó la Real Orden por la que se crea el título de enfermera. Aunque, su pensamiento ejerció una notable influencia en el corpus deontológico de la enfermería española (de Dios-Aguado et al., 2023).
La reina Victoria Eugenia de Battenberg, esposa del rey AlfonsoXIII y presidenta de la Cruz Roja Española, funda en 1918 la Escuela Central de la Cruz Roja Española (Clemente, 1999; Espejo, 2018). Y en 1929, siguiendo las recomendaciones de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja e influenciada por el pensamiento social de Concepción Arenal, quién ya defendió que el cuidado enfermero fuese profesional, de calidad y dispensado de una forma holística a la persona que sufre, la reina fundó el Cuerpo de Enfermeras Profesionales Visitadoras de la Cruz Roja, con la intención de llevar a cabo en el domicilio del paciente, el paradigma enfermero descrito por Arenal en su “Manual del Visitador del Pobre” (Clemente, 1999; de Dios-Aguado et al., 2023). Dicho modelo fue ejecutado con maestría por las enfermeras formadas en la Escuela Central de la Cruz Roja, cabe destacar en ese sentido a Carmen Angolotti y Mesa, Mercedes Milá Nolla, Inés Oyarzábal Smith, María Benavente Barbará y Aurora Mas de Gaminde (Espejo, 2018). Enfermeras que lograron diseminar por todo el territorio español, los cuidados de enfermería a la persona vulnerable de una forma holística e hicieron posible que el pensamiento legado por Arenal con relación a la profesión enfermera, se impusiese en España, por ese motivo, en 1935 se reconoce a Concepción Arenal Ponte como la primera Enfermera Visitadora de España, en la actualidad primera enfermera de Familia y Comunidad, pues ella con empatía y asertividad, esencia misma del cuidado enfermero, logro cuidar holísticamente a la persona que sufren de forma silenciosa en el interior de su morada (de Dios-Aguado et al., 2023).
Conclusión
La revisión del pensamiento de Concepción Arenal Ponte, tanto en fuentes primarias como secundarias desde una perspectiva enfermera, aportan conocimiento sobre su vida y obra, pero sobre todo se descubre que su obra influyó muchísimo en el cuidado de la persona, pues gracias a sus pensamientos la enfermería se profesionalizó en España, durante la primera mitad del siglo XX, llegando a especializarse en la enfermera visitadora profesional.
En España, Arenal fue considerada una mujer muy destacada dentro del campo del derecho, sin embargo, es en la actualidad cuando su pensamiento comienza a ser relevante dentro del campo sanitario, cobrando un especial interés tanto en el área Social como en el área de la Salud Comunitaria.
La batalla que Arenal libró para que la mujer adquiriese instrucción y realizase un trabajo fuera de casa, tuvo su recompensa el 2 de septiembre de 1871, cuando se permitió a la mujer poder acceder a la universidad, viéndose recompensada su tenacidad en el trabajo de Mª Dolores Aleu i Riera. Su beligerancia para que los cuidados de enfermería fuesen realizados por enfermeras profesionales bien formadas y entrenadas, dio sus frutos el 7 de mayo de 1915, cuando en España se creó el título universitario de enfermería.
Si bien, la revolución industrial trajo consigo el pauperismo, el pensamiento social y humanista de Concepción Arenal, contribuyó a mitigar el dolor del que sufre, mejorar la condición femenina, proporcionar una vivienda digna al menesteroso, cubrir las necesidades económicas del pauper y su familia, así como, evitar el hambre a las personas vulnerables y la prostitución, pues la falta de sustento abocaba al comercio del cuerpo, al consumo de alcohol y a la perdida de la dignidad humana
El pensamiento legado por Concepción Arenal se puede correlacionar con las recomendaciones que Nightingale formuló, en la conferencia sobre salud rural, las cuales se centraron en la persona, el entorno, la salud y el cuidado, de modo que la visión de enfermería que expuso es la relación existente entre los conceptos y los valores, siendo su misión poner en práctica el conocimiento científico y las habilidades adquiridas para la consecución de un cuidado de calidad al enfermo. Dicha máxima fue defendida por Arenal, a lo largo de toda su vida, al reclamar una enfermería profesional que llevase a cabo en el domicilio del paciente cuidados enfermeros de calidad.
Expresamos nuestra inmensa gratitud a Concepción Arenal por el pensamiento que nos legó en relación al arte de cuidar con humanidad y calidad a la persona que sufre, e inclusive declaramos nuestra admiración por su paradigma enfermero, el cual debería ser el motor de nuestra actividad profesional.
Por tanto, es posible concluir que la hipótesis formulada por el equipo investigador está resuelta, pues el estudio pone de manifiesto que Concepción Arenal mediante su pensamiento social, promovió y defendió que el cuidado enfermero fuese profesional, de calidad y dispensado de forma holística hacia la persona.
