1.Introducción
Hacia finales de 2020, a casi un año de la irrupción de la pandemia de Covid-19 en México, se anunció la llegada de las vacunas al país, lo que permitiría iniciar el tan esperado proceso de vacunación. A comienzos de 2021, un nuevo grupo de estudiantes avanzados de Medicina de nuestra institución -una universidad pública de la Ciudad de México- se disponía a comenzar su año de servicio social obligatorio, que en el país es requisito imprescindible para graduarse.
Lo que todos ignorábamos a comienzo de 2021 era que los nuevos Médicos Pasantes en Servicio Social (MPSS) quedarían tan intensamente involucrados en el arranque del proceso de vacunación. El hecho fue que recién incorporados a su servicio social, se les integró a los equipos que administrarían la vacuna en la primera fase del proceso. El grupo al que yo acompañaría, integrado por ocho MPSS, fue asignado a la jurisdicción sanitaria Xochimilco, un lugar al sur de la Ciudad de México relativamente próximo a nuestro campus universitario.
Xochimilco, un lugar de origen prehispánico asentado en las orillas de un antiguo lago, tiene una larga tradición agrícola que por siglos se sustentó en la técnica de las chinampas, pequeñas islas artificiales construidas a modo de jardines flotantes sobre el agua dulce del lago que generan abundante producción de hortalizas y flores. Pero a lo largo del siglo pasado, complejas situaciones relacionadas con el crecimiento de la Ciudad de México condujeron a que la ecología y la economía del lugar se fueran deteriorando (Terrones, 2006). La población económicamente activa fue quedando relegada a las labores más precarias y peor remuneradas del sector informal urbano y hoy día muchas de las familias viven en condiciones socioeconómicas muy desfavorables.
Como en muchas otras naciones, en el caso mexicano los primeros invitados a recibir la vacuna contra Covid-19 fueron los adultos mayores, por su gran riesgo de muerte al contraer esta nueva enfermedad (United Nations, 2020). Serían ellos los primeros que se enfrentaría a esta inédita experiencia. En el país bullían reacciones de lo más diversas, desde el enorme contingente pleno de esperanza al saber que sus padres y abuelos recibieran la valiosa inoculación que protegería sus vidas después de la arrasadora avalancha de muertes a lo largo del terrorífico 2020, hasta los menos numerosos pero nada excepcionales grupos desconfiados y temerosos ante los efectos nocivos de estas nuevas vacunas cuyas tecnologías se antojaban como de cuento de ciencia ficción.
Fue en esas circunstancias que invité a los integrantes del grupo cuya asesoría quedaría a mi cargo a incorporarse a un proyecto de Investigación Narrativa en el cual podrían relatar por escrito sus experiencias a lo largo de ese año. Cuatro de los ocho integrantes del grupo se incorporaron al proyecto y fue así como comenzó la historia que aquí voy a relatar.
Nuestro cometido sería dejar testimonio de lo ocurrido en este rincón del mundo en este momento único en la historia reciente de la humanidad mediante el registro de lo que estaban por vivir, y reflexionar a través de la escritura sobre sus propias experiencias a lo largo de este año de transición entre su vida como estudiantes y el inicio de su vida profesional.
En las siguientes páginas me referiré sólo a una porción del rico material que los cuatro participantes virtieron en sus informes finales: la que corresponde al relato de sus experiencias al incorporarse a la primera etapa de la vacunación contra COVID-19 dirigida a los adultos mayores, pioneros en atravesar por esta esperanzadora pero inquietante vivencia,
La pregunta de investigación que guió este estudio fue la siguiente: ¿cuáles fueron las experiencias relatadas por cuatro Médicos Pasantes en Servicio Social mientras participaban en la primera etapa de aplicación de vacunas experimentales para hacer frente a la pandemia por COVID-19 a adultos mayores en una zona del sur de la Ciudad de México?
2. Perspectiva Teorico-Metodológica
El estudio estuvo orientado por los principios de la Investigación Narrativa (Clandinin, 2006, 2007 y 2022; Riessman, 2003 y 2007; Squire, Andrews & Tamboukou, 2013; Chase, 2018) . Esta modalidad de indagación se centra en el relato de las experiencias vividas como una forma de representar la experiencia humana tal y como se despliega en el tiempo y en el espacio dentro del contexto histórico-social en el que ocurre, para profundizar en el significado que tienen los acontecimientos relatados para quienes los experimentan. La Investigación Narrativa muestra cómo, en el acto de escribir, se revela la forma en que pensamos sobre lo que conocemos y la manera misma en la que conocemos; más aún, los relatos pueden conducir a remodelar las identidades y a romper el dominio de ciertas metanarrativas que establecen las reglas sobre lo que es la verdad, la legitimidad y la identidad (Chase, 2018). La Investigación Narrativa se concibe como una búsqueda de posibilidades para enriquecer y transformar dichas experiencias para beneficio de los participantes y de muchos más (Clandinin, 2006).
En el campo de la Medicina, Rita Charon desarrolló una modalidad de practicar la Investigación Narrativa a la que denominó Medicina Narrativa (Charon 2006; Charon & Hermann, 2012). Bajo la influencia de esta corriente, desde hace ya más de una década intento abrir caminos para recuperar con los estudiantes de Medicina con quienes trabajo durante la última etapa de su formación universitaria, el reconocimiento del valor de la dimensión subjetiva en su quehacer profesional, en un contexto como el de la educación médica en donde las ciencias naturales tienden a reinar como el valor supremo de veracidad (Martínez C, 2015).
Como lo postula Charon en cada uno de sus escritos, la apertura a la escucha de historias contadas desde perspectivas distintas a la visión médica a la que estos profesionales tienden a cerrarse, suele convertirse en una de las vías para lograr el despliegue de mayores habilidades relacionales y, con ello, mejores posibilidades de entablar, en su práctica, una adecuada comunicación y entendimiento no solo con sus pacientes sino también consigo mismos.
Muy sintéticamente enunciadas, estas fueron la experiencia previa y las bases teóricas en las que se sutenta este estudio.
3. Los Participantes y el Procedimiento
Mi material de análisis estuvo constituído por las narraciones contenidas en los informes finales elaborados a lo largo de 2021 por los cuatro MPSS que participaron en esta aventura, dos varones y dos mujeres, todos ellos en sus veintes: Berenice Trejo (2022), Jacqueline Velasco (2022), José María Barrios (2022) y Pedro Eduardo Fidencio (2022). Estos documentos se encuentran disponibles para consulta pública en la biblioteca de nuestra institución.
Los participantes fueron recabando en sus diarios de campo, a lo largo del año, sus experiencias cotidianas y las reflexiones que éstas les suscitaban. A partir de esos registros elaboraron sus informes finales, en cuyo refinamiento trabajamos juntos, empeñados sobre todo en el cuidado de la claridad en la transmisión de las ideas
La selección, análisis e interpretación de los relatos siguió los lineamientos de la Investigación Narrativa y estuvo enteramente a mi cargo. Como lo proponen Clandinin y sus colaboradores, remitiéndose a las teorías de Dewey, al interpretar una narración es importante considerar tres dimensiones: las interacciones personales siempre vinculadas a lo social, la continuidad entre pasado, presente y futuro, y la situacion en la que los sucesos ocurren (Clandinin & Connelly, 2000, p. 54, citado en Clandinin, 2006).
En esta tradición teórico-metodológica, como lo explicaba Riessman hace más de 20 años, los investigadores no recurren a la fragmentación de las experiencias de los participantes para convertirlas en categorías temáticas codificables, lo que ella consideraba más como un intento de controlar el significado, que de tratar de comprenderlo en su innegable complejidad y de respetar la manera en que las personas organizan en sus narraciones los significados que dan a sus propias vidas (Riessman, 2003, p. 331-332). Este es uno de los puntos en los que, desde sus diversas posturas epistemológicas, los autores que se ubican en esta tradición coinciden. Clandinin y sus colaboradores, por ejemplo, sostienen, con base en la teoría de Dewey, que no hay que pretender naturalizar los significados de los relatos al tratarlos como si fueran algo dado que el investigador captura objetivamente con sus códigos (Clandinin, 2022).
En cambio, desde este enfoque, lo que gobierna el procedimiento de análisis e interpretación es la aguda conciencia de la dimensión relacional que caracteriza a este modo de trabajo. Los investigadores se percatan de que ellos mismos forman parte del “paisaje” de sus estudios y no intentan excluirse; asumen que las interpretaciones que hacen de las experiencias de los participantes no pueden ser ajenas a las suyas propias, ni a las que juntos co-construyen a través del proceso de investigación (Clandinin, 2006).
Desde la perspectiva de los nuevos materialismos, Tamboukou lo formula así: “… somos parte de los mundos narrativos que buscamos comprender y, por lo tanto, nunca puede haber una separación clara entre 'el sujeto' y 'el objeto' del proceso de investigación” (Tamboukou & Revelles, 2019, p. 160). Los desarrollos más recientes se interesan, por eso, en conceptos como los de posicionamiento y reflexividad, que reconocen las implicaciones de las interrelaciones entre el investigador y los participantes en la situación en la que están involucrados (Esin & Squire, 2020; De Fina, 2021).
En consonancia con lo anterior, lo que aquí presento es una narración situada en el lugar y en las circunstancias en las que la investigación tuvo lugar, construida con mi selección de los relatos de los participantes, guiada por la comprensión de su experiencia a partir de la mía propia al trabajar con ellos, en el proceso relacional y colaborativo que emprendimos juntos. Los fragmentos elegidos surgieron de mi lectura línea por línea de sus textos en busca de las escenas en las que describieron y reflexionaron sobre sus experiencias emocionales mientras participaban en este proceso. En éstas encontré reflejadas también algunas de las experiencias de los adultos mayores con quienes interactuaron. Por lo demás, como en esta tradición se reconoce plenamente, la experiencia “es siempre más de lo que podemos saber y representar en una sola declaración, párrafo o libro. Por lo tanto, toda representación, por fiel que sea a lo que intenta representar, implica un énfasis selectivo de nuestra experiencia” (Clandinin, 2022).
El estilo de escritura adoptado responde a la propuesta de los autores que convocan a los investigadores a permitirse hablar en primera persona al crear sus textos, para mostrar la posición personalmente comprometida desde la cual trabajan. Como lo postulaba Goodall (2008), los estudios que se esfuerzan por capturar la complejidad de las experiencias vividas y expresarlas en narraciones de situaciones reales, tendrían que atreverse a ensayar con nuevas modalidades de escritura que trasciendan las restricciones de las formas habituales de la comunicación científica.
4. Los Relatos y Algunos de sus Significados
La lectura y análisis de estas narraciones me permitió observar que mientras recababan sus registros cotidianos, los participantes iban haciendo conciencia de los acontecimientos vividos y se interrogaban sobre su significado.
Desde mi perspectiva como acompañante y asesora, pude percibir, en los distintos momentos de su narración, que sus escritos operaban como vía de desahogo, como testimonio más o menos inmediato de situaciones que de no haber sido consignadas podrían haber sido parcialmente olvidadas o distorsionadas en el recuerdo, e indudablemente, como material de reflexión para todos nosotros sobre el impacto de estas experiencias en ese momento de su vida.
A continuación presento los fragmentos que seleccioné para exponer en estas páginas. Los subtítulos bajo los cuales los agrupo constituyen una formulación sintética de mis interpretaciones, con la cual designo el sentido nuclear que atribuí a las experiencias relatadas. Al final de cada apartado explicito brevemente lo central de esos significados, aunque sobre sus muchos matices habrá que remitirse a los relatos mismos.
4.1 Una Misión Trascendente
Del texto de Jacqueline: “Empezábamos nuestro servicio social cuando nos comunicaron que todos los pasantes de los centros de salud de Xochimilco participaríamos como personal de apoyo en la Campaña Nacional de Vacunación anti Covid-19 durante todo el año. Inocentemente, pensaba que mi estancia en el servicio social sería tranquila. ¡Vaya que estaba equivocada! El primer centro de vacunación que pisé fue la Preparatoria 1. Decidí entrar sin miedo y me encontré con mis compañeros de la jurisdicción. Nuestra tarea sería observar a los pacientes recién vacunados para vigilar que no fueran víctimas de lo que se conoce como ESAVI (evento secundario asociado a vacunas e inmunizaciones), además de ofrecerles explicaciones, advertencias e indicaciones sobre su evolución una vez vacunados. (…) Si alguien se hubiera ocupado de observarnos, hubiera notado los sentimientos que bullían en estas jóvenes caras, con la incertidumbre y el miedo como común denominador. La adrenalina recorría todo mi cuerpo, pero el deseo de ser parte de algo tan importante se expresaba en cada latido de mi corazón. Ahí estábamos los MPSS con nuestras batas, estetoscopios, baumanómetros, oxímetros y nuestro inmenso deseo por contribuir al beneficio de la humanidad en estos tiempos marcados por una emergencia sanitaria difícil de describir. (…) Sonaba una música agradable que me recordó a mis abuelos. Boleros de diversos artistas tomaban posesión del centro de vacunación y del espíritu de todos los que nos encontrábamos ahí.” (Velasco, 2022).
Del documento de Pedro: “La sede principal de vacunación para nuestra Alcaldía fue la explanada del Centro Deportivo Xochimilco, un lugar tan amplio como dos canchas de futbol con capacidad para recibir a miles de personas.
En este lugar, durante esas tres semanas, formamos parte de quienes llevamos a cabo esa tarea fundamental para acabar con el problema de salud que preocupaba a todos los gobiernos del mundo.” (Fidencio, 2022).
Los relatos dejan ver el significado que tuvo para estos futuros médicos esta transcendente y novedosa tarea, orgullosos de participar en el cuidado de la vida de sus semejantes en circunstancias en las que su propia salud y su vida se encontraban en riesgo.
4.2 Ansiedades, Desconfianza, Temores y Esperanzas
Jackeline narra: “Aquel primer día esperé nerviosa la llegada de mi primer grupo de adultos mayores vacunados para observación. Me tranquilizó la forma tan cuidadosa en la que los trasladaban de la zona de vacunación a la zona de observación. Personas con chaleco verde los conducían en fila, a los más frágiles los llevaban de la mano, les explicaban amablemente en dónde sentarse. Una vez que se llenó mi primer bloque comencé a darles las recomendaciones. Tuve que dar tres veces el discurso de dos minutos para cubrir a mis primeras 40 personas. Ver a esa población particularmente frágil mantenerse atenta a mis palabras con una mezcla de incertidumbre, miedo y emoción por ser el primer grupo en ser vacunado, fue para mí realmente cautivador.” (Velasco, 2022).
Del informe de José María: “Ese primer día un paciente se acercó a mí entre molesto y asustado. Me dijo que no quería vacunarse pero había tenido que ir porque sus nietos e hijos se lo habían suplicado. Pero desconfiaba de las enfermeras y de los médicos. Se le veía nervioso, su expresión era de angustia, sudaba y temblaba. Me dijo que pensaba que la vacuna más que ayudarlo, le causaría alguna enfermedad planeada por el gobierno. Le reiteré que no había que preocuparse, le expliqué para qué era la vacuna e intenté tranquilizarlo. Luego de platicar con él y escuchar sus inquietudes lo noté más tranquilo. Transcurridos los 30 minutos de observación le indiqué que todo estaba bien y que podía irse. Me agradeció, se despidió y se fue. A los dos días lo vi de nuevo por aquí. Venía con su esposa, había decidido acompañarla porque él había recibido una atención excelente y quería que ella también la recibiera. Me pidió que yo personalmente vigilara que estuviera bien, que le explicara sobre la vacuna y respondiera sus dudas. Yo, entusiasmado, le dije que lo haría con muchísimo gusto. Para mí fue muy importante que un paciente reacio a la vacuna hubiera quedado tan satisfecho. Era un cambio enorme y positivo y yo había sido partícipe de ello.” (Barrios, 2022).
Más del texto de José María: “Cierto día, en el área de observación, un señor se me acercó para preguntarme si podía resolverle algunas dudas. Le dije que con gusto. Entonces me preguntó muy enojado por qué la primera etapa de vacunación iba dirigida a los mayores de 60 años. Le expliqué que se trataba de la población más vulnerable. Él se exaltó aún más y dijo que no estaba de acuerdo, hubiera sido más conveniente para el país vacunar a los más jóvenes que eran los que estaban trabajando. Cuidarlos podría reactivar el comercio, las escuelas, las tiendas. Las personas de su edad habían vivido suficiente y en algún momento tenían que morir, a él ya se le estaba pasando la hora de morirse. Me preocupó que estuviera atravesando por un cuadro depresivo, pero no parecía ser así. Me habló de lo satisfecho que se sentía con lo vivido por lo cual no tendría problema con morir.
No supe que contestar, así que me limité a escuchar. Me contó muchas historias de su vida. Por fortuna yo disponía de tiempo para escucharlo. Terminado el período de observación me agradeció por la atención y por haberlo escuchado, se despidió y se fue. En nuestra hora de comida lo comenté con un compañero que me platicó algo similar. Otro adulto mayor le había dicho que no consideraba necesario haber sido vacunado, que la vacuna podía ser mejor aprovechada en personas más jóvenes y que él estaba tranquilo con la idea de morir. Fueron experiencias inesperadas. Pensé que la plenitud que algunos encuentran en su vida los lleva a no inquietarse con la muerte, algo que pocos alcanzan.” (Barrios, 2022).
Los relatos muestran algunas de las inquietantes emociones vividas por los protagonistas. Vemos a los MPSS enfrentar concepciones lejanas a las científicas, compartir y contener angustias propias y ajenas, asombrarse ante la sabiduría de algunos ancianos, y otras situaciones que formarán parte de su propia forja.
4.3 Fatigas, Agotamiento y el Agradecimiento como Antídoto
Testimonio de Pedro: “Nuestros horarios eran extenuantes, incluso en fines de semana. Atendíamos las dudas y brindábamos atención médica a miles de vacunados. Podían llegar más de 7 000 al día. El resultado para nosotros era el agotamiento físico y psicológico. La sensación de los adultos mayores que venían a vacunarse era de incertidumbre. La vacuna asignada para su aplicación en ese momento fue la Sputnik-V. Gracias a las dudas de miles de pacientes me convertí en un experto en la vacuna rusa. Tuve que aprender todo de ella, las dudas de los pacientes eran impredecibles. Podían preguntar algo tan sencillo como la dosis que iban a recibir o algo tan complejo como el proceso de generación de anticuerpos una vez que la vacuna entraba en su organismo. Supe que esta vacuna de procedencia rusa es considerada por los estudios científicos como una de las de mayor efectividad para la prevención de las formas graves de Covid-19. Pero de todas las preguntas que los pacientes me hicieron en aquellos días, la protagonista fue esta:
- Disculpe doctor ¿cuánto tiempo tengo que esperar para echarme mis tequilitas?
A lo que bromeando respondía:
- ¿No le dijeron que una vez que se vacuna contra Covid-19 nunca más podrá beber?
Tuve esta conversación con más de 30 pacientes tan solo en el primer día. Esta simpática pregunta me daba oportunidad de responderles con humor y hacer más grata y tranquilizante su experiencia.” (Fidencio, 2022).
Narración de Jacqueline: “Fueron días largos y pesados. Los adultos mayores tenían múltiples enfermedades crónico-degenerativas. Muchos tomaban más de un medicamento para controlarlas. Durante la vacunación, algunos tuvieron descompensaciones de la presión arterial porque no habían tomado sus medicamentos, temerosos de que hubiera alguna complicación con la vacuna. Pero la situación era aún peor, como poco a poco me fui dando cuenta. Muchos estaban en un estado de descontrol crónico y me preguntaban por molestias que observaban desde más de un año atrás. Para evitar salir de casa, habían dejado de acudir a sus citas médicas y habían perdido el seguimiento y control de sus enfermedades.
Yo intentaba explicarles a que se debían sus malestaresy hacía mi mejor esfuerzo por invitarlos a retomar su seguimiento en los centros de salud. (…) En más de una ocasión me agradecieron con una mirada o una sonrisa amable, e incluso, sobre todo los de los últimos grupos del día, cuando veían que me encontraba exhausta y hambrienta, compartían conmigo las colaciones que les daban al entrar al centro de vacunación. Esa manzana, esa alegría que me obsequiaban, esa pequeña botella de agua, eran para mí hermosos gestos de agradecimiento que me devolvían el aliento. Regresaba a casa agotada, con dolores musculares por la larga jornada de pie, pero emocionada con esta nueva vacuna y todos estos adultos mayores felices de haberla recibido.” (Velasco, 2022).
Un último relato, del texto de Berenice: “Algunas personas sentían ansiedad porque no tenían suficiente información y estaban asustadas, pero nosotros tratábamos de aclarar sus dudas y con eso se quedaban más tranquilas. Algunos me regalaban algún pequeño detalle como señal de agradecimiento. Una señora me obsequió una sencilla pulsera, otra un pañuelo bordado por ella misma. No tenían por qué hacerlo, pero yo vivía con agrado esos pequeños detalles porque sentía que se daban cuenta del esfuerzo y el trabajo de todos nosotros.” (Trejo, 2022).
Estas escenas dejan ver, entre muchas otras cosas, el refrescante efecto del agradecimiento para aliviar hasta las más extremas fatigas de los MPSS.
El espacio asignado a esta comunicación va llegando a su fin y muchas otras historias tendrán que permanecer en el tintero.
5. Discusión
Los hallazgos obtenidos en esta indagación pueden dividirse en dos grupos: los referentes a las experiencias identificadas y los relacionados con el valor de esta tradición teórico-metodológica.
Al primer grupo corresponden la experiencia de sentirse hondamente emocionados al ser partícipes de este histórico y trascendente episodio; las fatigas y temores experimentados durante su quehacer; el intenso compromiso con el cuidado de las personas a su cargo que los impulsó a esforzarse por atenuar, con fortaleza, paciencia e incluso sentido del humor las ansiedades de los adultos mayores frente a esta novedosísima experiencia; lo conmovidos que estuvieron con las manifestaciones de agradecimento, el asombro ante la sabiduría de algunos de los ancianos.
En cuanto a los efectos de estas experiencias sobre la configuración de su identidad personal y profesional, cabe subrayar los tres siguientes. Primero, los derivados del encuentro con ese rasgo crucial de la identidad profesional que es el compromiso con el cuidado de las personas.
Es este un rasgo muy reconocido y estudiado en la bibliografía sobre educación médica (Charon y Hermann, 2012; Gómez et al, 2018; Steiner et al, 2018) contra cuya realización, sin embargo, atentan seriamente las difíciles circunstancias en las que estos profesionales desempeña cotidianamente su labor (Mooney, 2012). Segundo, el generado por la conciencia de la enorme distancia que separa su saber profesional de las concepciones de las personas atendidas, algo que como se ha documentado, representa un desafío nunca fácil de solventar para los profesionale de la salud (Lokugamage et al, 2019). Y el tercero, las implicaciones de haber experimentado la poderosa fuerza del agradecimiento, fenómeno con el que los profesionales de la salud están muy familiarizados aunque como lo señalan algunos autores, apenas comienza a ser estudiado científicamente (Aparicio et al, 2018, Day et al, 2020).
Sobre la potencia de la Investigación Narrativa, sólo estas dos constataciones producto de este trabajo. Primera. La naturaleza relacional de este abordaje explica que en las narraciones de los MPSS se reflejaran también las de las personas atendidas y a veces incluso las de sus familiares. Esta forma de abordaje permitió, además, percibir los vínculos entre los participantes y las personas a su cuidado en esos significativos minutos de su interacción, y algunos de los efectos que para cada uno tuvieron.
Segunda. La Investigación Narrativa puede ser, efectivamente, una manera de enriquecer y transformar las experiencias de los participantes para beneficio de ellos mismos y de muchos más (Clandinin, 2006). Esta indagación mostró algunas de sus prometedoras posibilidades en el empeño por preservar un ejercicio de la Medicina que no sucumba a la deshumanización a la que la precipitan las circunstancias en las que hoy día se practica.
Las interpretaciones aquí propuestas no son, desde luego, ni exhaustivas ni las únicas posibles. Cada lector, desde su propia posición, encontrará otras aristas. Los valiosos aportes de los participantes contienen más elementos de los que este análisis alcanzó a considerar. Mucho queda para continuar profundizando en la comprensión de las enseñanzas que dejó esa primera etapa de la vacunación contra Covid-19.
6. Conclusión
Este estudio de Investigación Narrativa se ocupó de las experiencias relatadas por dos mujeres y dos varones Médicos Pasantes en Servicio Social de una universidad pública mexicana que participaron en el comienzo de la vacunación contra Covid-19 dirigida a adultos mayores en el sur de la Ciudad de México. El análisis de sus narraciones permitió observar experiencias de los más diversos signos, vividas tanto por los participantes como por las personas vacunadas que estuvieron a su cuidado, pioneras en recibir esta inoculación, y los vínculos que se entablaron entre ellos, así como algunos indícios de las huellas que todo ello anuncia tanto sobre su identidade personal como sobre su incipiente identidade profesional. Los resultados apuntan a las esperanzadoras posibilidades abiertas por la Investigación Narrativa para la búsqueda de caminos hacia el rescate de un ejercicio más humano de la Medicina.