INTRODUCCIÓN
Cada suelo, resultado de la interacción del clima sobre un material parental en un relieve determinado, ejerce una evidente influencia sobre el crecimiento de un cultivo y del viñedo en particular. Dentro del contexto vitivinícola, a las unidades ambientales homogéneas, y sometidas a determinadas prácticas vitivinícolas, se les denomina “terroir” (Morlat, 2010). En estas unidades, el papel del suelo es fundamental y su conocimiento permite valorizar el producto agrario resultante (Badía et al., 2014).
En este trabajo se caracterizan las principales tipologías de suelos, y sus propiedades, en viñedos de dos zonas de la Denominación de Origen Protegida Somontano (Barbastro, Huesca): Montesa y Torresalas, zonas próximas, aunque con una geología muy diferente.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realiza un transecto en cada zona y se describen, macromorfológicamente (FAO, 2006), los perfiles de suelos más representativos para proceder a su muestreo. De la fracción de tierra fina, se analizan sus principales propiedades físicas y químicas: pH, carbonatos, yeso, materia orgánica, CE 1:5, estabilidad estructural, granulometría y capacidad de retención de agua disponible (CRAD), siguiendo los métodos estándar (Badía et al., 2006). Los suelos se clasifican siguiendo la WRB (IUSS, 2015); en este trabajo sólo se indica el Grupo de Suelo de Referencia (GSR) + Calificador principal. Además, se obtienen los índices de evaluación para el cultivo de la viña (Morlat, 2010): el potencial de vigor del terreno (PVT) y el de precocidad (PPT).
Área de estudio
Ambas zonas de estudio (Montesa y Torresalas) se encuentran en las proximidades de la ciudad de Barbastro, en el Noreste de España (Figura 1). La precipitación media es de unos 450 mm/año y la temperatura media mensual ligeramente superior a los 14ºC (régimen xérico-térmico). En Montesa se cultivan variedades tintas (Cabernet-Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Syrah), en secano; en Torresalas se cultivan var. blancas (Chardonnay y Gewürztraminer) y tintas (Cabernet-Sauvignon y Tempranillo), en regadío. En ambas zonas, el sistema de conducción es en espaldera alta, formada en cordón Royat, con una densidad de plantación de 4.115 cepas/ha (Casanova, 2009).
Los viñedos se localizan a unos 500 metros de altitud en Montesa y a 350 m en Torresalas. En Montesa son frecuentes las laderas de suave pendiente, alternando con modestas plataformas en resalte, resultado de la erosión diferencial del sustrato: margas, areniscas y conglomerados, de la Fm. Sariñena (Oligoceno inferior - Mioceno medio superior), en disposición subhorizontal. En Torresalas, el relieve resulta ligeramente ondulado, desarrollado sobre margas y yesos de la Fm. yesos de Barbastro (Eoceno superior - Oligoceno inferior), dispuestos en estratos verticales, a los que se superpone, al Este, una terraza aluvial del Pleistoceno (Qt5), casi un centenar de metros por encima de la actual confluencia de los ríos Cinca y Vero (IGME, 2014).
RESULTADOS
Los suelos en Montesa son de reacción básica, sin problemas de salinidad, bajo contenido en materia orgánica, baja estabilidad estructural y alta CRAD. Son suelos poco desarrollados, que presentan mayoritariamente una secuencia Ap-Ckc-(R), con varias discontinuidades líticas al identificarse diversas margas litocromas (Ck-2Ckc-3Ckc) o, areniscas y conglomerados de cemento calizo (R), que se van sucediendo conforme varía la topografía (Figura 2). Todos esos suelos presentan una acumulación de carbonatos secundarios, en forma de concreciones, definiéndose un horizonte de diagnóstico cálcico (en general, con más del 50% en masa de carbonato cálcico equivalente en la matriz, es decir con carácter Hypercalcic). Se trata de Haplic Calcisols.
Sobre areniscas o conglomerados compactos, los suelos son pedregosos y con contacto lítico a cierta profundidad; se califican como Akroskeletic Endoleptic Calcisol. En fondos de valle en cuna, los suelos muestran secuencias Ap-Bw-C; se clasifican como Calcaric Cambisols. En ocasiones estos suelos se encuentran sobre suelos enterrados. En Montesa, el PVT es fuerte (medio con presencia de contacto lítico) y el PPT es moderadamente débil.
En Torresalas, los GSRs que encontramos son, de nuevo, los Calcisols pero aquí con Gypsisols, ambos habituales en el Somontano (Badía et al., 2006). Los Calcisols se identifican sobre depósitos detríticos aluviales (Qt5), al Este, y los Gypsisols al Oeste, sobre margas con yesos (Figura 3). Cada perfil en dicha formación geológica adquiere peculiares propiedades, según se desarrolle sobre margas yesosas (Haplic Gypsisol), sobre yeso alabastrino (Endoleptic Gypsisol), o sobre coluvios (Endocalcic Gypsisol), con variable contenido en yeso. Sobre la terraza aluvial, el predominio de depósitos detríticos gruesos o finos condiciona diversas propiedades como la pedregosidad, la profundidad efectiva, y en definitiva la CRAD (Pérez de los Reyes et al., 2022).
La variabilidad en las propiedades indicadas es responsable del amplio rango obtenido tanto para el PVT (de 6 a 12) como para el PPT (de 36 a 47) (Cuadro 1).
Índices | Zona | ||
Montesa | Torresalas | ||
PVT | Débil | 0 | 17 |
Medio | 17 | 33 | |
Fuerte | 83 | 50 | |
PPT | Mod. Débil | 0 | 33 |
Mod. Fuerte | 100 | 50 | |
Fuerte | 0 | 17 |
Los diferentes Calcisols y los Calcaric Cambisols, tanto en Torresalas como en Montesa, con alto contenido en carbonatos, muestran una mayor aptitud para el cultivo de las variedades tintas, donde éstas son capaces de producir vinos ricos en taninos de calidad (Bonfante et al., 2014), que resultan jugosos y redondos en boca. Por su parte, los Gypsisols de Torresalas (aunque con heterogéneo contenido en yeso: de hypogypsic a hypergypsic) resultan muy adecuados para el cultivo de las variedades blancas, al conferirles al vino matices muy originales, como una elevada mineralidad y acidez, acentuando su calidad.
CONCLUSIONES
Bajo un régimen climático del suelo xérico-térmico, en el relieve con suaves pendientes del Somontano, los suelos se han clasificado como Calcisols (58%), Cambisols (17%) y Gypsisols (25%). Su distribución se ve condicionada por la topografía y, especialmente, por el material parental: así Calcisols y Cambisols se desarrollan sobre sedimentos detríticos y los Gypsisols sobre sedimentos evaporíticos. Los diversos Calcisols y los Calcaric Cambisols, abundantes en Montesa, tienen un fuerte potencial de vigor (salvo limitaciones al enraizamiento por presencia de contacto lítico u horizonte petrocálcico) y presentan mejor aptitud para variedades tintas. Por otro lado, los Gypsisols de Torresalas, entre moderada y extremadamente yesosos, con un potencial de vigor medio, resultan más adecuados para variedades blancas. La diversidad de suelos es un factor más a identificar en el reconocimiento de los factores que influyen en la personalidad y calidad de los vinos del Somontano.