INTRODUCCIÓN
De acuerdo con Kasher (2018) el propósito de las instituciones de educación superior es complejo. Menciona en primer lugar la necesidad de realizar investigaciones para ampliar y profundizar el conocimiento, en segundo lugar, la preparación de la próxima generación de investigadores y después la formación de profesionales en los diversos campos. La actividad científica implica una preocupación constante por obtener información pertinente y socialmente relevante que, de acuerdo con el autor, debe considerar valores tales como libertad académica, integridad y autonomía.
Estudiar el tema de los valores en la actividad de las universidades resulta de especial interés. Son múltiples los trabajos que abordan esta cuestión, por ejemplo, Douglas (2023), Resnik y Elliot (2023) y Linville et al. (2023), entre otros. Previamente esta cuestión se abordó en el desarrollo del Proyecto Interuniversitario sobre Ética Profesional2 y en la primera fase del Estudio sobre la Excelencia del Profesorado de Posgrado de la UNAM3. Ambos proyectos se realizaron en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En esta ocasión, en el proyecto de investigación “Éticas Aplicadas y Educación4”, se propuso como objetivo continuar la construcción del marco teórico acerca de las éticas aplicadas, especialmente de la ética de la investigación, y proseguir con el trabajo empírico con respecto al cuerpo académico de posgrado de la UNAM, de programas de las cuatro áreas de conocimiento en que la institución clasifica sus 41 posgrados.
En tal sentido se abordan cuestiones como los procesos formativos, las conductas no éticas, las condiciones de trabajo y su influencia en el comportamiento ético, y también el tema de los valores. Se diseñó un cuestionario que incluyó la pregunta ¿Cuáles considera usted que son los valores más significativos en el desarrollo de la investigación? Las respuestas obtenidas a este planteamiento permiten lograr el objetivo formulado para este artículo: identificar valores indispensables para el desarrollo de la investigación en una universidad pública mexicana y su caracterización por área del conocimiento.
El documento está organizado de la siguiente manera: una revisión de publicaciones recientes que posibilitan un acercamiento al estado del conocimiento sobre el tema; los elementos básicos del desarrollo metodológico; los resultados, que dan lugar a la comparación y discusión en relación con investigaciones previas; y las conclusiones que evidencian la existencia de un núcleo de valores fundamentales que se consideran esenciales para el logro de la integridad en la investigación y además se plantean nuevos asuntos, que revelan un cambio en las preocupaciones e intereses de los profesores e investigadores de posgrado.
ANÁLISIS DE LITERATURA SOBRE VALORES EN LA CIENCIA
Retomamos en primer lugar dos artículos publicados sobre los principales valores de la ética de la investigación que se promueven en el posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
1) Con respecto a los valores de la ética de la investigación (Hirsch, 2019), se realizó una amplia revisión teórica de los más elegidos por parte de autores, organizaciones y documentos internacionales. Los más mencionados fueron: Honestidad, Objetividad, Apertura, Respeto, Responsabilidad, Integridad, e Imparcialidad.
Se aplicaron en total 21 entrevistas a académicos de las cuatro áreas de conocimiento en que la institución clasifica sus 41 posgrados, con base en la pregunta abierta: ¿Cuáles considera usted que son los principales valores de la ética de la investigación que se promueven en el posgrado de la UNAM? De acuerdo con el análisis de lo obtenido, los valores reiterados en orden descendente fueron: Objetividad, Apertura, Honestidad, Responsabilidad, Colaboración y Convivencia. Comparando la parte teórica con la empírica se pudo concluir que son cuatro los que se ubican prioritariamente: Objetividad, Apertura, Honestidad y Responsabilidad.
2) Hirsch y Pérez-Castro (2019) formularon como objetivo analizar las respuestas que una muestra de profesores e investigadores de la institución estudiada dieron a la pregunta ¿Cuáles son los cinco valores básicos que la universidad debería promover con sus académicos? El trabajo incluye una breve discusión teórica sobre los valores, su definición, características y su relación con otros referentes (principios, normas y creencias).
Los resultados se organizaron en cuatro categorías: asuntos valorativos, competencias, comportamientos y aspectos profesionales-institucionales. Por su relevancia y vinculación con el presente trabajo describiremos lo relacionado con la subcategoría más alta que se trata de los Valores, que registró un 50,7% de respuestas, y en ella aparecen como de primera importancia: Honestidad y Honradez, Responsabilidad, Respeto y Compromiso. También se mencionaron Tolerancia, Solidaridad, Equidad, Igualdad e inclusión, Compromiso y Responsabilidad Social, Integridad, Humildad, Sencillez y modestia, Lealtad, Dignidad, Democracia, Conciencia Social, Valores cívicos y derechos humanos, y Transparencia.
3) Elliot (2022), de la Michigan State University de los Estados Unidos, priorizó el valor de la Transparencia en la ciencia, clasificando lo que reflexionan, por un lado, los científicos y por otro los filósofos de la ciencia. Para los primeros, la transparencia apoya la promoción de la reproducibilidad, el progreso y la confianza en la investigación, y para los segundos se basa en la carga valorativa de la investigación de una manera responsable.
El asunto se inscribe en el concepto de la Ciencia Abierta, pues promueve la reproducibilidad de la ciencia, la innovación y el beneficio del público. Los filósofos de la ciencia proponen ideales alternativos para mantener la veracidad, la objetividad y la legitimidad de los resultados de investigación. Los científicos pueden emplear la transparencia en los diferentes elementos de la práctica, que incluyen: información, métodos, códigos computacionales, análisis de planes, conflictos de interés, y juicios de valor.
El autor construye una importante y compleja Taxonomía sobre la transparencia, que se basa en cuatro preguntas: ¿Por qué? ¿Quiénes?, ¿Qué? y ¿Cómo?, con ocho dimensiones, que son:
1) Propósito: que contesta la pregunta sobre el ¿Por qué? y se ubica en una primera posición.
2) Audiencia: que se refiere a la indagación sobre ¿Quiénes?, en el segundo lugar.
3) Contenido, que hace referencia al ¿Qué?, en el tercer puesto.
4) Período de tiempo: ¿Cómo debe proveerse la información?.
5) Actores (¿quiénes realizan la investigación?).
6) Mecanismos (colaboraciones).
7) Lugares de comunicación, registros y repositorios, y reportes.
8) Peligros, como son: gastar recursos escasos, frenar la ciencia, dañar a las compañías, violar la privacidad, generar un inapropiado escepticismo, crear una falsa sensación de confianza, causar confusión y facilitar esfuerzos que desvían la investigación.
El uso de la Taxonomía produjo tres perspectivas: Responder a las objeciones, Principales formas de transparencia, y Generación de becas. La conclusión refiere que el concepto de transparencia se ha convertido en un tópico relevante de discusión para la comunidad científica y para los filósofos de la ciencia, para lo cual es muy importante el modelo que se construyó, pues es útil para combatir las objeciones que buscan interferir con la ciencia, clarificar las principales formas de transparencia y sugerir ideas para continuar la indagación en esta temática.
4) Resnik y Elliot (2023) se cuestionan como distinguir entre las influencias legítimas e ilegítimas de los valores en la ciencia. Consideran significativo evaluar las actividades científicas con base en la adhesión a normas epistémicas y éticas que se puedan implementar en la práctica científica, a través de reglas, convenciones, políticas, y procedimientos. La polémica proviene de ejemplos de corrupción de los valores en estudios fraudulentos, generados por grandes empresas privadas, y también del medio académico, con el fin de promover sus propios intereses, dejando de lado la protección de la salud y del medio ambiente. Los autores califican esta advertencia como un “problema de nueva demarcación” (p. 260). Defienden una aproximación que toma en cuenta las complejidades y los matices involucrados en la distinción entre una ciencia buena y una mala.
Se argumenta que la demarcación del problema se enfrenta a dos dificultades: dar cuenta adecuadamente de la diversidad y complejidad de la ciencia práctica, y distinguir entre las gradaciones de la ciencia. Este problema surge del rechazo del ideal de una ciencia libre de valores.
Retoman las normas científicas basadas en un trabajo previo (Resnik & Elliot, 2019, citados por Resnik & Elliot, 2023) con 18 valores: Honestidad, Rigor, Objetividad, Soporte, Cuidado, Transparencia, Apertura, Reproducibilidad, Rendición de cuentas, Corrección, Libertad intelectual, Compartir el crédito, Respeto, Seguridad, Administración, Responsabilidad social, Protección de sujetos humanos y animales, y Compromiso.
5) La “Declaración del Marco de Referencia de los Valores para la Organización de la Investigación”, de Science Europe (2022), indica que muchas de las políticas y prácticas estaban ya bien establecidas, por lo que el cambio se realizaba de manera cautelosa y lenta, pero que actualmente el sistema se moviliza más rápidamente y responde a variadas demandas internas y externas. Con esta presión, las organizaciones de investigación reflexionan sobre los valores que buscan una mayor efectividad. Una prioridad central de la estrategia es “contribuir a la evolución de la cultura de investigación” (p. 1) y para ello priorizar los valores. Su visión se centró en la calidad de los procesos, el soporte de la autonomía científica y la promoción de la diversidad y la inclusión.
El marco de referencia de los valores elegidos son los siguientes: Autonomía/Libertad, Cuidado y Colegialidad, Colaboración, Equidad, Integridad y Ética, y Apertura y Transparencia.
6) El artículo de Douglas (2023), de los Estados Unidos, examina la importancia de los valores en la ciencia, en temáticas sobre la elección de proyectos de investigación, las decisiones metodológicas (que incluyen las preocupaciones éticas), y la evaluación de la evidencia. Se prioriza la necesidad de los juicios de los valores éticos en la ciencia para poder producir investigación responsable. La autora afirma que los valores sociales y éticos son esenciales para la práctica de la ciencia, y agrega que los investigadores deben informar sobre sus decisiones y sus juicios.
La pregunta es ¿Por qué los valores son esenciales para la ciencia? Los valores éticos centrales incluyen la autonomía, los que informan sobre los riesgos aceptables, los que se refieren a la vida y a como interactuamos con los demás. Los sociales se refieren a como vivimos en la sociedad, incluidas las normas, los discursos políticos y el estar atento a las injusticias.
Hay tres aspectos que requieren la consideración de los valores éticos y sociales: decidir qué conocimiento hay que desarrollar, cómo hacerlo y sí la evidencia es suficiente. Se necesitan también para decidir cómo y cuándo comunicar la investigación a los tomadores de decisiones y al público y como incorporar lo hallado en la ciencia a una práctica más extensiva. Se hace referencia a los expertos como base de la confianza en la ciencia, pues se considera necesario explicar a la sociedad sobre los juicios que se hicieron, y desplegar los aspectos centrales del debate y de los acuerdos y los desacuerdos acerca de los valores que se priorizaron.
7) Linville et al. (2023) se refirieron a los esfuerzos por promover una conducta responsable, tomando en consideración como conceptualizan los científicos la relación entre la ética y la ciencia, con base en el análisis de los valores que expresaron 15 de ellos y un facilitador en una universidad del Medio Oeste Norteamericano, en un programa de becas anuales sobre los valores de la ciencia. Se afirma que la ética es una parte integral de la ciencia.
Plantearon tres preguntas: a) ¿Qué tipos de valores apoyan los científicos cuando se razona acerca de la ética? b) ¿Qué tipos de valores explícitamente se relacionan con la ética?, y c) ¿Cómo se relacionan los valores éticos y epistémicos? Definieron ocho distintos tipos de valores con base en una revisión de literatura especializada, separando los valores epistémicos y los no epistémicos. Los segundos se clasificaron en siete categorías: Ética, Epistémica, Legal, Comunitaria, Económica, del Propio interés, y Práctica.
Se plantearon cuatro preguntas: ¿Qué significa la ética para usted? ¿Qué tipos de asuntos éticos considera en su investigación? ¿Qué hay sobre sus publicaciones: encuentra usted temas éticos en esa tarea? ¿Que hay sobre trabajar con otras personas: encuentra usted algunas preocupaciones? Las categorías que obtuvieron los mejores resultados son Epistémica y Ética. Los valores epistémicos (con 52 menciones) incluyeron metas tales como reproducibilidad, confianza y veracidad de los datos, mientras que los valores éticos (con 43) se refirieron a mejorar la sociedad y a eliminar el daño. Los científicos razonaron sobre los problemas éticos usando tanto los valores epistémicos como los éticos.
Con respecto a los tipos de valores éticos se priorizaron: Derechos, Justicia y equidad, Bienestar y bien social, Virtud, y Cuidado interpersonal y prosocial.
8) Para Shamoo y Resnik (2022), muchos aspectos de la ciencia, que incluyen tutorías, educación, investigación colaborativa, compartir la información, revisión de pares, y publicaciones, dependen de la cooperación, la confianza, la rendición de cuentas, la honestidad y la objetividad, así como del conocimiento. Todos los miembros de la sociedad, incluyendo los investigadores, tienen obligaciones y deberes éticos básicos que implican la obligación de proteger los derechos y el bienestar de los sujetos.
Los autores indican que la ética se puede entender como una disciplina académica que estudia los estándares de conducta y la toma de decisiones éticas, y que busca responder a preguntas sobre las obligaciones, el honor, la integridad, la virtud, la justicia y la vida buena. Además, requiere describir y explicar desde el punto de vista ético las creencias, actitudes, emociones, juicios, decisiones y comportamientos.
Afirman que el estudio normativo de la ética se puede subdividir en ética teórica (que estudia las teorías generales, conceptos y principios), la metaética que se refiere al significado y justificación de los términos éticos, conceptos y principios; y la ética aplicada que estudia las preguntas éticas que surgen en situaciones específicas o áreas de conducta. La ética de la investigación es una rama de la ética aplicada que estudia problemas éticos, dilemas y asuntos que surgen en la conducta de investigación. Además, la integridad en la ciencia trata acerca del entendimiento y obediencia de las reglas legales, éticas, profesionales e institucionales que se aplican a la conducta.
Consideraron que es importante distinguir entre los principios éticos generales y los principios éticos especiales. Los primeros se aplican a toda la sociedad y los segundos a las personas que ocupan roles especiales. Para estos autores los principios de la conducta ética de la investigación son: Honestidad, Objetividad, Cuidado, Dar crédito, Apertura, Transparencia, Rendición de cuentas, Confidencialidad, Respeto a los colegas, No discriminación, Seguridad. Respeto a la propiedad intelectual, Libertad intelectual, Protección de los animales en experimentación, Protección de los sujetos humanos en la investigación, Administración, Respeto por la ley, Responsabilidad profesional, y Responsabilidad social.
Las decisiones éticas que son más demandantes son los dilemas éticos, pues tratan acerca de situaciones en donde dos o más opciones se sostienen por diferentes teorías éticas, principios, reglas o valores (Fox & De Marco, 1990, citados por Shamoo & Resnik, 2022).
A MANERA DE CIERRE DE LOS ANTECEDENTES
Sobre los valores, la ética de la investigación y la ciencia en general se ha escrito mucho y de manera muy diversa, tal como se advierte en el texto de Science Europe (2022), en el que se constata que estos asuntos se movilizan cada vez más rápidamente, lo que justifica el desarrollo de múltiples trabajos que recogen evidencia empírica (por ejemplo: Hirsch, 2019; Hirsch & Pérez-Castro, 2019; Linville et al., 2023) y el fortalecimiento de los discursos teóricos (Douglas, 2023; Elliot, 2022; Resnik & Elliot, 2023; Shamoo & Resnik, 2022).
Estas dos perspectivas (teórica y práctica) coinciden en identificar un conjunto de valores que resultan esenciales en la labor de los académicos, por ejemplo, honestidad, responsabilidad, apertura, y objetividad, que pueden considerarse transversales pues no parecen estar influidos por la diversidad y complejidad de las disciplinas y los múltiples contextos institucionales.
También es interesante señalar que los diferentes autores asumen varios abordajes con relación al problema, por ejemplo, Elliot (2022) priorizó el valor transparencia enmarcado conceptualmente en las premisas de la ciencia abierta. Por su parte en el aporte de Shamoo y Resnik (2022) se asume una perspectiva amplia a partir de la ética como disciplina y en Linville et al. (2023) se ofrece una clasificación de los valores en éticos y epistémicos. Estos referentes resultan esenciales para el presente estudio en el que a través de las expresiones de profesores e investigadores recogemos evidencia en una institución tan compleja como lo es la UNAM.
DESARROLLO METODOLÓGICO
Se utilizó una muestra aleatoria simple de 291 académicos obtenida a partir de la información recopilada para el Estudio sobre la Excelencia del Profesorado del Posgrado de la UNAM, actualizada a partir de los datos disponibles en las páginas web oficiales de los 41 programas de posgrado.
Los participantes tienen las siguientes características. El 54,9% manifestó ser de género masculino y el 44,3% femenino. Con relación a su condición en la universidad la mayoría son investigadores 59,1% y el 40,8% son profesores. Es notable la diversidad con relación a dos aspectos fundamentales: años de servicio y áreas del conocimiento. Sobre la primera de las cuestiones señaladas encontramos datos que van desde los 2 años hasta los 63 con un promedio de 26 años y una desviación estándar de 14,18.
La muestra incluye académicos que laboran en todas las áreas del conocimiento en que la Universidad organiza sus posgrados, tal como se señala a continuación:
. Ciencias Físico Matemáticas y de las Ingenierías - 21,5%
. Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud - 30,5%
. Ciencias Sociales - 11,6%
. Humanidades y de las Artes - 17,8%
Dado el carácter interdisciplinario de los programas de posgrado se constató la participación de los profesores e investigadores que desempeñan su labor en más de un ámbito. Se decidió darle el nombre de Campos Cruzados, que constituyen el 19% del total. Esta diversidad se confirma pues se lograron contestaciones de todos los posgrados de la universidad, cuestión que se considera especialmente significativa.
Con relación al instrumento se diseñó un cuestionario que fue sometido a un proceso de revisión por cinco expertos provenientes de igual número de universidades de la República Mexicana. Para desarrollar este procedimiento se ofreció a cada uno de los dictaminadores una versión preliminar del instrumento y se solicitó su opinión con relación a la claridad, coherencia, relevancia y suficiencia de los planteamientos formulados. Estas categorías son sugeridas por Escobar y Cuervo (2008, citados por Galicia et al., 2017). Además se ofrecía la posibilidad de realizar sugerencias y recomendaciones.
Para decidir con relación a la pertinencia de cada planteamiento, se verificó la opinión de los expertos acerca de sí todos consideraban que la pregunta era adecuada y por ello se incluía en la versión final. En los casos en que la opinión no fue unánime se procedió a la revisión de las opiniones y sugerencias, resolviendo en función de las recomendaciones y argumentos expresados. De esa manera se conformó la versión final del instrumento con 12 preguntas abiertas (anexo 1).
Para su aplicación se utilizó un formulario de Google Forms que fue enviado directamente a las cuentas de correo de los académicos que conformaban la muestra, este proceso se desarrolló desde septiembre del año 2021 hasta abril del 2022. Es conveniente señalar que este proceso de recolección se ajustó a las restricciones de movilidad que para el año 2021 existían en México producto de la pandemia por Covid-19. Se entregó a los participantes la información necesaria relacionada con el proyecto de investigación, sus objetivos y responsable, se ofreció la necesaria garantía de confidencialidad y se solicitó el consentimiento informado.
Para el proceso de análisis se siguió un procedimiento similar al utilizado por Hirsch y Pérez-Castro (2019), que consistió en realizar una lectura minuciosa de todas las respuestas para identificar los valores y otros elementos axiológicos. Dado que se trató de una pregunta abierta, fue necesario agrupar los valores según estuvieran semánticamente próximos (por ejemplo, las expresiones “ser honesto” y “honestidad” refieren un mismo valor) y, al mismo tiempo, tener cuidado para evitar perder la diversidad y la riqueza de las respuestas. Se estableció la frecuencia simple con sus correspondientes porcentajes, después se realizó una clasificación según el grado de abstracción y se procedió a organizar el esquema que se presenta a continuación. La elección de este tratamiento se explica a partir de la naturaleza del proyecto de investigación (de carácter cualitativo) y las características de las respuestas obtenidas a partir de las preguntas abiertas que se incluyeron en el instrumento.
RESULTADOS
En total se obtuvieron 957 respuestas. Aunque la pregunta se refería de manera explícita al tema de los valores, encontramos una diversidad de ideas. De forma preliminar se identifican tres grandes temas: Ética general, Proceso educativo y Valores.
La Ética general representa el 12,23% del total de respuestas. En este grupo se incluyen conceptos con diverso nivel de abstracción, desde asuntos normativos hasta principios asociados con la ética de la investigación. De acuerdo con su frecuencia los resultados más relevantes son: Beneficencia (34), Ética (27), No maleficencia (23), Justicia (10) y Equidad (7). Con pocas menciones aparecen Legalidad, Ética de la Investigación y Bioética.
Es interesante señalar que la Ética (en general o profesional) se expresa como un valor que engloba el conjunto de comportamientos deseables de parte de un investigador. En las respuestas aparecen reiteradamente expresiones como “ser ético” o “tener comportamiento ético”. También es conveniente señalar que la No Maleficencia se refiere a dos acciones diferentes, por una parte, asegurar que los participantes de los procesos de investigación no sufran ningún daño y, por otra, evitar el plagio que perjudica el reconocimiento del trabajo que hacen otras personas.
El Proceso Educativo incluye el 9,09% de las respuestas. Resultan especialmente relevantes según la frecuencia obtenida: Formación Integral (29), Pensamiento Crítico (26) y Conocimiento (20). Posteriormente y con menos menciones encontramos: Uso de estrategias de enseñanza adecuadas, Evaluación Rigurosa, Interdisciplinariedad, Vinculación teoría - práctica, Interés en la disciplina y Capacidad de abstracción.
Estos resultados sugieren que en el posgrado se conjugan elementos profesionales, cognitivos y axiológicos. La importancia que se atribuye a la formación integral es un dato de especial interés (por encima del conocimiento), y esto a su vez se puede vincular con la idea de desarrollar el pensamiento crítico. Se infiere una visión de la importancia del trabajo realizado en la preparación de los profesionales que demanda la sociedad mexicana, quienes deben tener un perfil idóneo que abarque más elementos que lo puramente técnico.
El grupo más importante de las respuestas se ubica en torno al tema de los Valores, incluye 754 respuestas que representan el 78,79% del total y se caracteriza por su gran diversidad. Se identificaron 39 diferentes que resultan significativos para la ciencia y para el desarrollo de la investigación. Esta exposición se realizará primero de forma general y posteriormente según las diversas áreas del conocimiento en que la UNAM clasifica sus posgrados.
Se decidió presentar los datos diferenciados por áreas de conocimiento (en lugar de otras características de los sujetos, tales como género, condición o años de servicio), aunque en algunas publicaciones se reconoce la diversidad de la “ciencia práctica” (Resnik & Elliot, 2023) es frecuente que este asunto se trate de forma global, por tanto resultaba de interés ver cómo el tema de los valores se manifiesta en función de las diversas áreas de conocimiento. Se espera contribuir con la comprensión de como los marcos disciplinares pueden influir en las preocupaciones éticas de los investigadores.
VALORES DE LA INVESTIGACIÓN
Con relación a los valores, encontramos una gran variedad en las 754 respuestas. Sin embargo, es conveniente señalar que los 12 primeros concentran más del 87% del total de este rubro. Esta tendencia se hace más evidente en torno a dos valores fundamentales: Honestidad (131) y Responsabilidad (130), que conjugan el 34,62% de la sección correspondiente. Los resultados completos se pueden apreciar en la Tabla 1.
Fuente: Datos obtenidos a partir del análisis de las respuestas del cuestionario.
a El porcentaje se obtuvo con relación al total de respuestas agrupadas en el rubro de valores.
Honestidad (131 / 17.37%) se refiere a la transparencia en la administración de los recursos públicos y su manejo eficiente, además de actuar con rectitud y probidad en el desarrollo del trabajo científico en todas sus fases, desde la selección de problemas de investigación, el desarrollo de los proyectos y hasta la difusión de sus resultados. Esto es importante en tanto que los recursos de la UNAM provienen de la Nación, cuestión que aparece muy claramente en las respuestas de los académicos. Se presentan algunos testimonios:
. “Uso adecuado y honesto de los recursos y medios materiales de la Universidad” (Posgrados: Filosofía, Filosofía de la Ciencia, y Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud).
. “Honestidad en cuanto a la información y resultados encontrados” (Posgrados: Enfermería y Psicología).
El segundo lugar lo ocupa Responsabilidad (130 / 17.24%), que incluye las expresiones asociadas con la idea de responsabilidad en general, responsabilidad social y, profundizando en esta idea, también las premisas que reconocen la necesidad de que el trabajo de los académicos impacte de forma efectiva en la sociedad abordando problemas de estudio pertinentes. Algunas expresiones de los participantes asociados con estas ideas son:
. “Desarrollar un compromiso social, ya sea a través de proyectos que incidan directamente en las comunidades, o que mejoren el estatus social de algunos sectores de la población” (Posgrado: Ciencias Matemáticas).
. “Ofrecer respuestas que beneficien o que marquen un cambio en la comunidad ya sea de estudiantes, de profesores, en la misma institución e incluso en la sociedad. Un proyecto que esté fundamentado de manera congruente tendrá enormes beneficios por que responde a problemas identificados como una necesidad social en que la institución podrá contribuir de manera significativa” (Posgrado: Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud).
Como puede observarse, en todas estas respuestas es posible identificar la concepción de la investigación y el trabajo académico como un bien social. Dado el carácter público de la institución, los participantes demuestran preocupación por vincular su trabajo con los problemas relevantes de la sociedad contribuyendo así con su solución.
Es evidente que la Honestidad y la Responsabilidad son valores básicos para el desarrollo de cualquier actividad profesional y, sin embargo, el tercer valor más mencionado es también relevante. Se trata de la Integridad Científica (75 / 9.95%) que incluye las referencias al rigor, la objetividad y la capacidad técnica necesaria para desarrollar un proyecto de investigación. Por ejemplo:
. “Habilidad para planear estrategias experimentales adecuadas” (Posgrado: Ciencias Biológicas).
. “La rigurosidad científica que se llega a traducir en una intachable integridad en el trabajo de investigación y docencia” (Posgrados: Ciencias Bioquímicas, Ciencias Biomédicas y Ciencias Biológicas).
Relacionado con la Integridad Científica, en el grupo de valores con más menciones aparecen también Veracidad (1.86%) y Divulgación (1.72%). Entendemos que el trabajo científico de calidad requiere de un compromiso con la verdad relacionado con los resultados obtenidos y su interpretación y de esta manera se puedan prevenir conductas no éticas asociadas por ejemplo con la manipulación o invención de datos.
Resulta interesante que Divulgación aparezca en las respuestas como un valor, lo que puede estar en relación con el compromiso social expresado claramente en la Responsabilidad, pues implica dar a conocer al público los resultados del trabajo realizado. También está asociada con los procesos de evaluación permanente que tienen que llevar a cabo los investigadores, en los que la publicación es un criterio esencial para obtener buenos resultados, y de allí que se ubique como un elemento esencial para la actividad científica. Algunos fragmentos de las respuestas del cuestionario confirman estas ideas:
El cuarto valor en importancia es Compromiso (66 / 8.75%), que supone asumir las tareas que le corresponden con Constancia, Disciplina y Dedicación. En la investigación resulta indispensable para alcanzar resultados efectivos, y que además se asocia con la idea de tener una verdadera vocación científica desarrollada a lo largo de la vida. Algunos fragmentos de las respuestas del cuestionario en relación con este tema son:
. “Disciplina y compromiso en y con el trabajo” (Posgrado: Ingeniería).
. “Comprometidos. Que la investigación no sea un trampolín solo para conseguir puestos” (Posgrado: Ciencias de la Producción y de la Salud Animal).
Vinculada con el Compromiso está Vocación (0.80%), que se menciona con relación al servicio que se presta a la sociedad y también como la inclinación para el ejercicio de las actividades propias de la academia, destacando fundamentalmente la investigación y la docencia. Se incluyen algunas ideas:
. “Vocación en el sentido más amplio de la palabra: de servicio y de amor por el conocimiento” (Posgrados: Ciencias Bioquímicas, Ciencias Biológicas y Ciencias Biomédicas).
. “Vocación por la investigación” (Posgrado: Ciencias Políticas y Sociales).
El Respeto se ubica en el quinto lugar (58 / 7.69%) que se manifiesta en la relación de los académicos con los demás, bien sea sus compañeros de trabajo, los participantes en los proyectos de investigación, estudiantes y otras personas relacionadas con las funciones que se desempeñan al interior de la propia universidad y fuera de la misma. Encontramos algunas reflexiones:
. “Respeto de los datos confidenciales y de identidad de los participantes o sujetos de investigación” (Posgrados: Enfermería y Psicología).
. “El respeto a los colegas y compañeros, tanto en el trato cotidiano con ellos como en la forma de dirigirse a los demás para formular críticas o expresar desacuerdos académicos, pues a veces hay mucha violencia innecesaria y se generan rupturas o rencores personales. Entender que las formas y el trato cortés son tan importantes como los contenidos académicos” (Posgrado: Historia del Arte).
Asociado con el Respeto encontramos otros cuatro valores en la lista de los más mencionados, todos ellos se vinculan con la relación y el trato con los otros. En tal sentido aparecen: Tolerancia (1.59%) entendida como la consideración con las ideas, creencias o prácticas de las demás personas, Solidaridad (2.25%) y Empatía (2.25%), definida como la capacidad de identificarse con lo demás. En este contexto resulta de interés la Inclusión (2.79%) que supone la importancia de considerar la otredad en el trabajo científico, asumir puntos de vista diversos que tradicionalmente no son atendidos. Se menciona de forma expresa la perspectiva de género y la interculturalidad, tanto como objeto de estudio como en la eliminación de sesgos. Por ejemplo, presentamos los siguientes fragmentos:
. “Incluyente en materia de género, pero también de lengua y de cultura” (Posgrados: Filosofía y Filosofía de la Ciencia).
. “Formación en género, interseccionalidad e interculturalidad (aunque no se tornen feministas ni activistas, al menos que tengan conciencia de dónde se sitúan y las implicaciones que tiene)” (Posgrados: Ciencias Políticas y Sociales, Trabajo Social y Estudios de Género).
Trabajo en Equipo ocupa la sexta posición con el 5.04% de las respuestas. Resulta relevante pues da cuenta de una visión del quehacer científico que supera el individualismo y se entiende como un trabajo realizado con la participación de colegas, personal de apoyo, estudiantes y otras personas que realizan diversos aportes al proceso de investigación. En relación con esta idea aparece la Confianza (0.53%). Algunos ejemplos de las respuestas de los participantes son:
. “Valorar el trabajo colectivo por encima del individual” (Posgrados: Estudios Latinoamericanos, Trabajo Social y Estudios de Género).
. “Fomentar el trabajo en grupo de alta calidad que valore la aportación de todos los individuos independientemente de su género, edad, raza, condición social, y nivel educativo” (Posgrados: Ingeniería y Ciencias Físicas).
En los puestos 7 y 8 se refieren dos valores vinculados con lo cognitivo que son indispensables para el avance del trabajo científico: Innovación (4.11%) y Apertura (3.85%). En el primero se incluyen los señalamientos a la creatividad y a la originalidad en la investigación, y supone buscar nuevos procedimientos y temáticas que impliquen el avance del conocimiento en un campo determinado. El segundo implica una actitud abierta a las propuestas y trabajos que se realizan, la disposición a ser flexible y curioso como parte de un proceso de aprendizaje permanente. Algunos ejemplos son:
. “La creatividad como componente significativo debe cuidar y alentar la intuición, la destreza y maestría” (Posgrados: Ciencias del Mar y Limnología y Ciencias de la Sostenibilidad).
. “La originalidad de los temas, la apertura de mente contra grupos cerrados o prejuiciosos” (Posgrado: Letras)
La posición nueve de acuerdo con los resultados obtenidos es Libertad (3.71%) que se vincula con la autonomía y la posibilidad de que los académicos puedan elegir los temas que desean investigar y los procedimientos para desarrollar los procesos de indagación. También está en relación con la libertad de cátedra, la selección y jerarquización de los temas y las estrategias que se pueden emplear en la enseñanza y a la posibilidad de expresar libremente las ideas.
VALORES SEGÚN LAS ÁREAS DE CONOCIMIENTO
Tal como se mencionó, consideramos que los tres primeros valores (Honestidad, Responsabilidad e Integridad Científica) tienen un carácter fundamental y transversal pues aparecen siempre en los primeros lugares. Sin embargo, resulta de interés identificar los que aparecen en los primeros diez lugares con mayor cantidad de respuestas según las diferentes áreas de conocimiento en que la universidad clasifica sus posgrados. La información se sintetiza en la Tabla 2.
En el caso de Ciencias Físico Matemáticas y de las Ingenierías, obtuvimos 128 respuestas que representan el 16,97% del rubo correspondiente, sin embargo, encontramos menos diversidad en la cantidad de valores mencionados (19 de los 39 del total). Aparecen junto a los de primera importancia: Compromiso, Respeto y Creatividad. Es de destacar la menor cantidad de menciones de Libertad y Autonomía y en cambio la relevancia de Veracidad e Inclusión.
En Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud recabamos la mayor cantidad de contestaciones (246 que representan el 32.63%), en las que se evidencia una diversidad similar a la que se obtuvo en el resultado total. Aparecen con mayor cantidad de frecuencias (además de los fundamentales) el Compromiso, Respeto y a diferencia del resultado total se otorga más importancia a la Empatía y a la Veracidad. No aparecen en el grupo principal Libertad y Apertura.
El área de Ciencias Sociales, aunque aportó la menor cantidad de contestaciones (94 - 12.47%) exhibe una gran variedad (27 valores de los 39). Honestidad y Responsabilidad ocupan los primeros lugares e Integridad Científica aparece con menos menciones que Respeto y Creatividad. Llama la atención la importancia que se atribuye a Tolerancia y Veracidad en lugar de Trabajo en Equipo y Humildad.
En Humanidades se mencionaron 22 valores en las 123 respuestas (15.31%). Igual que en el Área de Ciencias Sociales, Integridad Científica se ubica en el tercer lugar, en esta ocasión por debajo del valor de Compromiso. De manera similar Trabajo en Equipo y Humildad no aparecen en el grupo de los primeros diez y son reemplazados por Inclusión y Divulgación, en donde destaca la importancia de la atención a la diversidad y la comunicación de la ciencia.
Finalmente, en Campos Cruzados se obtuvieron 163 contestaciones (21.62%) con 25 valores en total. En general guarda gran similitud con los resultados generales, pues los dos primeros lugares son Honestidad y Responsabilidad. También están Respeto y Compromiso, seguidos de Integridad Científica. Únicamente se excluye del grupo de los primeros diez la Creatividad y en su lugar se ubica la Divulgación.
Al comparar los diez valores más mencionados en las áreas del conocimiento, encontramos coincidencia en cinco de ellos: Honestidad, Responsabilidad, Integridad Científica, Compromiso y Respeto. Empatía se indica únicamente en el área de Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud, y de igual manera Tolerancia ocupa un lugar preponderante exclusivamente en Ciencias Sociales. Esto puede indicar que, aunque predominan los elementos comunes también es posible identificar algunas cuestiones propias de cada área de conocimiento que pueden estar en relación con los esquemas disciplinares.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los resultados evidencian la riqueza del pensamiento ético de los académicos. Aunque la investigación centra su interés en el tema de los valores, a través de estos se despliegan aspectos cognitivos, epistemológicos y sociales que permiten comprender la multidimensionalidad del trabajo que desarrollan los profesores e investigadores de posgrado, y su importancia para el logro de las funciones sustantivas que se atribuyen a las universidades.
La dimensión social de los valores planteada por Douglas (2023), a través de cuestiones como la decisión de qué conocimiento hay que desarrollar, está en relación con el valor de la Responsabilidad. Se insiste en la idea de generar conocimiento pertinente, socialmente útil, que responda a las necesidades de los contextos inmediatos, y esto también coincide con la búsqueda de mejora de la sociedad a través de la investigación, mencionada por Linville et al (2023) y por Resnik y Elliot (2023) quienes lo identifican con el concepto de Responsabilidad Social.
En este escenario es interesante que aparezca en los resultados el valor de Inclusión, en tanto revela nuevas preocupaciones en relación con temas de género e interculturalidad, que, aunque han sido identificados previamente (Hirsch & Pérez-Castro), aquí aparecen con mayor importancia en consonancia con postulados como los de Science Europe (2022) y Shamoo y Resnik (2022) quien abogan por la No discriminación. Sin embargo, este tema plantea a su vez múltiples desafíos que deben considerar los investigadores (Guerra et al., 2021).
Se destaca también la importancia de entender la Divulgación como un valor inherente a la investigación. Esta idea no aparece señalada de forma diferenciada en los documentos revisados y, sin embargo, en otros trabajos se advierte la importancia de formar éticamente a los investigadores en relación con la comunicación de la ciencia (Reyes, 2022). También se reconoce que esta actividad afecta los vínculos entre la comunidad científica y la sociedad (Casado et al., 2018).
Existe un claro consenso en reconocer la Honestidad como un valor fundamental en la investigación, pues prácticamente toda la literatura al respecto lo señala de forma expresa (Hirsch, 2019; Hirsch & Pérez-Castro, 2019; Resnik & Elliot, 2023; Shamoo & Resnik, 2022, entre otros). Se reconoce una doble dimensión, la primera vincula la Honestidad con cuestiones como la rendición de cuentas y una administración eficiente de los recursos públicos, y también se puede vincular con el Compromiso como parte de los valores éticos (Douglas, 2023).
En otros escritos la Honestidad también aparece desde una perspectiva epistémica asociada con el valor Transparencia (Elliot, 2022), y en este caso se vincula con lo que en este trabajo se identificó como Integridad Científica, que a su vez incluye temas como objetividad, rigor y reproducibilidad. Es interesante destacar que, aunque se reconoce la diversidad y complejidad de la ciencia práctica, esta preocupación por el desarrollo adecuado de los protocolos de investigación es declarada por los académicos de todas las áreas del conocimiento.
Es necesario mencionar también la importancia que se atribuye a valores no éticos y que tienen una dimensión cognitiva como la Creatividad y la Apertura, que aparecen de igual manera en los trabajos de Hirsch (2019), Shamoo y Resnik (2022), y Resnik y Elliot (2023). Se evidencia uniformidad en reconocer la necesidad de mantener una actitud de búsqueda permanente de nuevos temas y procedimientos para hacer avanzar el conocimiento. En tal sentido es preciso el desarrollo del pensamiento crítico (Hirsch-Adler & Izarra-Vielma, 2022) para lograr un buen trabajo científico.
Un resultado que llama la atención tiene que ver con la Libertad. De acuerdo con Kasher (2018), en todas las presentaciones de ética en el campo de la investigación y la docencia tiene un lugar destacado y, sin embargo, en los resultados expuestos no aparece en los primeros cinco lugares, ni a nivel general, ni al discriminar por áreas de conocimiento. Es posible que en las concepciones de los participantes del estudio se considere implícito en otros valores (tales como Responsabilidad e Integridad Científica).
Es prudente destacar que, aunque conceptualmente se afirma que el tema de los valores avanza rápidamente (Science Europe, 2022), los resultados son consistentes con otras investigaciones. Parece existir un núcleo estable de valores que resultan definitorios para desarrollar el proceso de investigación, por ejemplo: Honestidad, Responsabilidad, Integridad Científica, Compromiso y Respeto. Alrededor de ellos se pueden ubicar otros igualmente importantes que, sin embargo, no aparecen con la misma frecuencia en las respuestas de los académicos (Libertad y Veracidad, por citar dos ejemplos).
Lo anterior no significa que no existan cambios. Tal como se señaló es posible que surjan nuevas opciones alrededor de asuntos como el género, la interculturalidad, la sostenibilidad y la divulgación, que pueden aparecer de forma más frecuente en futuras investigaciones sobre este tema.
A partir de lo expuesto es conveniente señalar los aspectos novedosos que consideramos aporta este trabajo. En primer lugar, insistir en la importancia de desarrollar el pensamiento crítico, esto resulta afín con las ideas de la evaluación de la evidencia (Douglas, 2023), sin embargo, en la actualidad y en el contexto de la Inteligencia Artificial Generativa, parece más necesario que nunca disponer de herramientas para evaluar críticamente cualquier documento que se presente en la formación de investigadores en el posgrado.
Otro aspecto necesario de resaltar tiene que ver con el trabajo académico como bien social, aunque tradicionalmente se reconocen las relaciones entre la investigación y la sociedad (por ejemplo, a través de las nociones de responsabilidad social). Consideramos que esta visión tiene mayor profundidad y manifestaciones diversas. Se relaciona con la Transparencia (Elliot, 2022) y también con la atención a la diversidad y la inclusión (Science Europe, 2022), tanto en el ámbito de las investigaciones como en la conformación de los cuerpos académicos.
La visión de bien social también puede vincularse con una concepción de la divulgación como una forma de poner al servicio del colectivo el trabajo académico, así la propuesta de publicar se puede considerar como una influencia legítima (Resnik & Elliot, 2023) que debería estar fuera de las ideas de productividad exacerbada presentes en algunos contextos y que terminan por afectar la profesionalidad de los universitarios.
Resulta relevante también la caracterización de valores que se realizó por áreas de conocimiento, es decir que se acepta la existencia de un plano ético general y la necesidad de continuar estudiando para lograr conocer los principios éticos especiales, en línea con lo expuesto por Shamoo y Resnik (2022), aunque en este caso en relación con los marcos disciplinares.
Finalmente, es preciso reconocer las limitaciones de esta investigación pues, aunque se obtuvo una diversidad de respuestas provenientes de académicos de todas las áreas del conocimiento, sigue siendo necesario desarrollar otros procedimientos de investigación que aseguren la representatividad estadística. También es fundamental desarrollar un instrumental que permita hacer comparaciones más efectivas, dada los múltiples significados que se pueden atribuir a un concepto determinado, como se explicó con Honestidad en su acepción ética y epistemológica. De igual manera es relevante realizar procesos de investigación que permitan análisis estadísticos debidamente sustentados y de esa manera se logrará una mayor objetividad en el análisis de estos asuntos.
Los resultados expuestos dejan en evidencia que los académicos conforman una de las reservas éticas de la universidad. Frente a discursos que priorizan la competitividad y la productividad, siguen prevaleciendo el Compromiso, el Respeto, la Integridad la Responsabilidad y la Honestidad, como valores centrales de la investigación en el posgrado.