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Cadernos de Estudos Africanos

versão impressa ISSN 1645-3794

Cadernos de Estudos Africanos  no.36 Lisboa dez. 2018

 

DOSSIÊ

 

El Intercambio de Saberes entre Mozambique y los BRICS. Estudio de la Movilidad de Estudiantes en las Sociedades Emergentes

 

The knowledge exchange between Mozambique and the BRICS. Study of student mobility in emerging societies

 

 

Edorta Camino-Esturo

Facultad de Ciencias Sociales Universidad del País Vasco, Campus Universitario de Leioa, s/n, País Vasco, España, edorta.camino@ehu.eus

 

 


RESUMEN

La dinámica de la movilidad de estudiantes en Mozambique y los BRICS se caracteriza por un aumento en los desplazamientos a lo largo del periodo 2011-2015, siguiendo la tendencia mundial. Dentro de este cluster, Rusia representa un referente académico y científico para los estudiantes de los BRICS, manteniendo una posición central y un alto potencial de atracción de estudiantes. Por su parte, Mozambique logra posicionarse en el listado de países importadores de estudiantes, provenientes del continente africano mayoritariamente. Un cambio paradigmático y diferenciado en la movilidad tradicional africana, condicionada por la constante diáspora de estudiantes hacia países occidentales.

Palabras clave:  movilidad internacional de estudiantes, índice de elegibilidad, universidad, BRICS, Mozambique, África


ABSTRACT

The dynamic of student mobility in Mozambique and the BRICS is increasing over the period 2011-2015, following the global trend. Within this cluster, Russia represents an academic and scientific reference point for BRICS students, maintaining a central position and a high potential for attracting students. Mozambique, for its part, is in the list of importing countries of students, coming from the African continent for the most part. A paradigm change in traditional African mobility, conditioned by the constant diaspora of students towards Western countries.

Keywords:  international student mobility, eligibility index, university, BRICS, Mozambique, Africa


 

 

Más que cualquier otro segmento de la sociedad, las universidades están constantemente involucradas en el intercambio internacional de ideas, datos y conocimiento. En los países en vías de desarrollo, las universidades son el vínculo central con la ciencia, la erudición y la vida intelectual de todo el mundo. En gran parte de África, donde las infraestructuras de Internet siguen siendo inadecuadas, las universidades son las instituciones con mejor conexión. Las comunidades académicas utilizan las principales lenguas internacionales de la ciencia, y muchos miembros de la comunidad académica han realizado estudios en el extranjero (Altbach, 2008, p. 7).

El 30 de septiembre del 2016, durante el 4th Meeting of BRICS, los ministros de educación de cada país miembro firmaron la Declaración de Nueva Delhi sobre Educación. El documento contenía las intenciones de los países BRICS para llegar a desarrollar políticas conjuntas en materia educativa, que fomenten un mayor desarrollo de la cooperación transnacional y posibiliten la transferencia de conocimiento. Uno de los puntos trataba específicamente la cuestión de la movilidad de estudiantes y la necesidad de facilitar el proceso de movilidad y el intercambio de estudiantes (BRICS Network University, 2016).

La internacionalización de la educación superior entre los BRICS es una de las múltiples acciones que han propulsado desde los gobiernos de estos denominados países emergentes. Este proceso de internacionalización está inmerso en una dinámica global cada vez más masificada, donde las universidades tratan de ampliar sus fronteras en el escenario competitivo mundial. En este contexto, los BRICS comienzan a realizar su “revolución” en la educación superior (Carnoy, Loyalka, Dobryakova, Kuhns, & Wang, 2013) y empiezan a construir alianzas que les permitan mejorar y ampliar sus conocimientos, así como unificar esfuerzos que permitan convertirles en centros de investigación competitivos y atractivos para la acumulación de estudiantes de calidad.

La mejora de las expectativas educativas y la búsqueda de una formación académica de mayor prestigio es una de las pautas que motiva a diferentes estudiantes de todo el mundo a desplazarse desde sus países de origen hasta una universidad extranjera (UNESCO, 2006). Por definición, un estudiante internacional es aquella persona que “abandona su país o territorio de origen con la intención de estudiar en otro país o territorio” (UNESCO, 2009, p. 36) y debe de cumplir las tres condiciones siguientes: tener ciudadanía extranjera; no ser residente permanente en el país anfitrión; y poseer una calificación positiva para el nivel de estudios en el que está matriculado. Asimismo, la movilidad internacional de estudiantes está considerada como un flujo específico dentro de la migración cualificada (Ermólieva, 2011; Bermúdez, 2015).

Mozambique participa activamente en esta movilidad internacional de estudiantes. La cantidad de desplazamientos que se realizan desde y hacia este país luso-africano é cada vez más numerosa, al igual que en toda África subsahariana (Fellesson & Mählck, 2013, p. 5). Pero este fenómeno no es nuevo en la historia educativa mozambiqueña. La formación de un exclusivo número de intelectuales que se desplazaron desde las antiguas colonias portuguesas a la metrópoli posibilitó un proceso de cambio en las estructuras sociales, políticas, económicas y educativas de los países africanos durante los años 60 y 70. Portugal formó a diversos estudiantes ilustres en la historia reciente de África. La Casa dos Estudantes do Império de Lisboa se convirtió en una residencia de referencia para estudiantes que se desplazaban desde las diferentes colonias. Allí convivieron Agostinho Neto, Amílcar Cabral o “Pepetela”, los cuales propulsaron el proceso de desarrollo y cambio sociopolítico (Castelo, 2011).

Actualmente, después del periodo pos-independencia que se caracterizaba por un destino preferente de los estudiantes africanos hacia los países del “Bloque del Este”, especialmente la antigua URSS (Faria & Liberato, 2012, p. 139), Mozambique se abre a las oportunidades que le ofrece situarse en un lugar estratégico, limítrofe con Sudáfrica, una de las potencias emergentes más importantes en el panorama internacional. Esta geolocalización posibilita mantener unas estrechas relaciones con Sudáfrica y por extensión con los BRICS, en el ámbito de la “maximización del conocimiento” para aumentar “las posibilidades de que Mozambique se puede aprender de las políticas prestadas y contextualizadas de esos estados” e “impulsar el desarrollo económico y social en el país con base en la inversión del conocimiento” (Uetela, 2015, p. 277).

El objetivo del presente trabajo es describir, analizar y comparar el proceso de la movilidad de estudiantes entre Mozambique y los BRICS en este contexto internacional, mediante un procedimiento esencialmente cuantitativo. Se asienta teóricamente sobre la creciente producción académica, dedicada a investigar este fenómeno global, que diversos autores y autoras (Knight, 2005, 2010; Altbach & Knight, 2006; Altbach, 2008; Didou, 2009; Gürüz, 2011; Costa & Faria, 2012; Bermúdez, 2015; Luchilo, 2006, 2007, 2015) llevan desarrollando en los últimos años.

El estudio ha sido elaborado a través de un tratamiento estadístico y un análisis cuantitativo de la información aportada desde el portal del UNESCO Institute for Statistics (UIS). El tratamiento de las bases de datos a través de Excel ha producido una nueva información para llevar a cabo el análisis del fenómeno de la movilidad internacional de estudiantes.

La investigación se ha operacionalizado en torno a dos fórmulas relacionadas con diferentes conceptos que permiten comparar los flujos de movilidad de los países analizados. En primer lugar, la tasa de movilidad hacia el exterior (UNESCO, 2009) expresa el porcentaje de estudiantes internacionales que realizan su movilidad. En segundo lugar, el Índice de Elegibilidad (Valle & Garrido, 2009a) expresa el potencial de atracción que tiene un país en relación a la movilidad estudiantil que se produce en un conjunto de países. Este índice establece una posición de elegibilidad entre 0 y 1, siendo 1 el máximo nivel de atracción que puede tener un país. Según los cálculos obtenidos, Valle y Garrido (2009a, p. 112) ofrecen también una escala cualitativa para aplicarla a los gradientes, establecida de la siguiente manera:

 

 

La movilidad de estudiantes en el contexto global. Una asimetría entre países exportadores e importadores

La internacionalización de la educación superior es un fenómeno global que se encuentra cada vez más desarrollado y popularizado. Mediante este tipo de migración cualificada, se movilizan, en mayor o menor medida, estudiantes de todos los continentes. Los desplazamientos de estudiantes quedan registrados en las bases de datos de la UNESCO y generan una serie temporal de entradas (inputs) o salidas (outputs). Según el balance de los flujos de estudiantes que se produzca en cada país, se establece una clasificación entre países importadores y países exportadores de movilidad (Valle & Garrido, 2009b). Los primeros son aquellos países o territorios caracterizados por recibir más estudiantes de los que envían, y los segundos, por enviar más de los que reciben. En este sentido, la obtención del saldo migratorio de estudiantes de un país se realiza a través del cálculo de la diferencia entre el número de estudiantes que entran y los que salen de sus fronteras, e informa sobre el perfil importador o exportador de un país.

En el caso de los países de los BRICS, entendido como el grupo de aquellos países de economías emergentes (o ya emergidas) compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, están situados en una posición destacada en la distribución de la movilidad de estudiantes. Son países que aportan una gran cantidad de estudiantes al ecosistema de saberes internacional, aunque se clasifican de diferente manera, ya que algunos de ellos son países importadores, tal es el caso de Rusia y Sudáfrica, y otros, en cambio, se sitúan en la escena internacional como países exportadores de movilidad, es decir, Brasil, India y China (Figura 1).

 

 

En el gráfico, la línea de puntos marca la división entre los países importadores y los exportadores. Los países que se sitúan por encima de la divisoria son netamente importadores y, por debajo, exportadores. Mozambique presenta un balance migratorio prácticamente nulo; Rusia y Sudáfrica presentan unos saldos positivos, de países importadores, mientras que China, Brasil e India poseen un saldo negativo, a favor de una mayor exportación de parte de la masa estudiantil de sus países.

La movilidad de estudiantes en Mozambique. Un país anfitrión y referente para la movilidad africana

El mapa de la Figura 2 refleja los flujos la distribución de la movilidad enviada desde Mozambique. El fenómeno adquiere dimensiones globales que implican unos esfuerzos económicos y unas estructuras académicas y de servicios que permitan construir el proceso de movilidad. La sostenibilidad de este proceso depende, en gran medida, de unas dinámicas propiciadas por el nivel de desarrollo humano de las poblaciones de cada país. El incremento paulatino del nivel de bienestar en los países africanos y especialmente en Mozambique ha permitido una disposición para la inclusión en el mercado de internacionalización de la educación superior. En estos momentos, una parte de los estudiantes de Mozambique está en disposición de realizar o ampliar sus estudios fuera de sus fronteras y asimismo de recibir a estudiantes de otros países.

 

 

Como se aprecia en el mapa, los flujos de estudiantes se dirigen hacia diferentes países con diversos volúmenes de movilidad. En el año 2015, los países que más estudiantes recibían de Mozambique eran Portugal, Sudáfrica y Brasil. Cada uno de ellos recibían el 26,42%, el 15,56% y el 14,54% de estudiantes respectivamente, de un total de 2.256 estudiantes enviados a estudiar en países extranjeros. No obstante, la relación de los estudiantes que se envían con los estudiantes que se reciben se presenta desigualmente distribuida. Aunque el saldo de movilidad de estudiantes en Mozambique es, por una mínima diferencia de estudiantes, el de un país importador (se podría considerar con un balance 0, por la poca diferencia entre entradas y salidas de estudiantes), la distribución de estos desplazamientos, en general, presenta unos desequilibrios entre el país de procedencia de los estudiantes recibidos y el país de destino al que se desplazan los estudiantes enviados. Es decir, no aparece la misma correlación de países en el doble sentido del proceso de movilidad, sino que varía según sean movimientos de salida (outgoing) o entrada (incoming).

En el proceso de recepción de estudiantes, Mozambique ha ido adquiriendo protagonismo como país anfitrión, especialmente en el entorno africano, quizá fomentado por el aumento de las estructuras universitarias. No en vano, en el periodo comprendido entre 2005 y 2012, Mozambique pasó de disponer de 14 a 42 instituciones de educación superior (Noa, 2012, p. 73), lo cual puede ser un buen reclamo para atraer estudiantes de países africanos o del resto del mundo y, sobre todo, de países de habla portuguesa como Portugal y Brasil, los cuales movilizan el 16,5% y el 13,23% respectivamente del total de estudiantes que realizan sus estudios superiores en Mozambique en el año 2015. El conjunto de países africanos, de muy diferente condición lingüística y cultural, supone el 42,01% de las movilidades hacia Mozambique.

Existen tres categorías de países que participan en el proceso de movilidad de estudiantes con Mozambique. Por un lado, los países que eminentemente exportan estudiantes para estudiar en Mozambique, especialmente del ámbito africano, como son Angola, Tanzania, Santo Tomé y Príncipe o Burundi. Por otro lado, aquellos países que son receptores de la movilidad mozambiqueña en todo el mundo, como pueden ser Sudáfrica, Arabia Saudí, India, Estados Unidos, Turquía o Reino Unido. Por último, aquellos países que tienen una relación más equilibrada entre los estudiantes enviados (outputs) y recibidos (inputs), como pueden ser Portugal, Brasil o Rusia (Figura 3).

 

 

No obstante, estas relaciones de mayor o menor equilibrio en el intercambio de los flujos de estudiantes no son estables, sino que mantienen unas dinámicas y unos cambios periódicos en los destinos de las movilidades por diferentes motivos, normalmente relacionados con modificaciones en la cantidad de las becas y ayudas al estudio que ofertan los diferentes países anfitriones, lo cual genera una reestructuración de los desplazamientos (Costa, 2012).

En los últimos años, la variabilidad de los destinos elegidos para realizar la movilidad internacional ha configurado un nuevo escenario de la movilidad, resultando un mapa diferente entre el año 2011 y el 2015. En tan solo cinco años, algunos países anfitriones que se situaban como destinos habituales de la movilidad internacional mozambiqueña han ido perdiendo fuerza frente a otros nuevos destinos emergentes.

Sudáfrica es un claro ejemplo de país que ha sufrido una disminución importante en este flujo unidireccional de estudiantes del país vecino y ha perdido un número importante de estudiantes frente al 2011, perdiendo la hegemonía que ostentaba como país anfitrión de la movilidad mozambiqueña (Figura 4). En esta misma situación se encuentra Rusia, la cual ha sido una de las perjudicadas en el cambio de destino habitual de los estudiantes mozambiqueños.

 

 

Hay que tener en cuenta que estos desplazamientos no suponen, desde el punto de vista cuantitativo, una exagerada pérdida para los países anfitriones, los cuales están habituados a recibir una gran masa de estudiantes (ver Figura 1), pero desde el punto de vista cualitativo y en el ámbito africano, esto evidencia un cambio sustancial en las preferencias o disponibilidades de los estudiantes mozambiqueños.

Por otro lado, aparecen otros países que consiguen recibir más estudiantes que en el quinquenio anterior. En el gráfico de la Figura 4, podemos observar que estos destinos se encuentran situados por encima de la línea divisoria que reparte la distribución de estudiantes entre los diferentes años y, así pues, Portugal vuelve a recuperar la hegemonía de los desplazamientos desde este país luso-africano, en perjuicio de Sudáfrica, que pierde casi la mitad de los desplazamientos.

Otro actor significativo que entra en la escena de la movilidad mozambiqueña hacia el exterior es Brasil, el cual sigue siendo el tercer país de destino, pero adquiere un mayor peso específico en el conjunto de los desplazamientos. En esta mejora de su influencia como país de destino, se encuentran países tan diversos como Arabia Saudí, India, Estados Unidos o Turquía. India ve incrementar sus estudiantes mozambiqueños y supera a otros países anfitriones tan tradicionales en el panorama internacional como son Australia, Reino Unido o Italia.

El intercambio de estudiantes entre Mozambique y los BRICS. La atracción interna del conocimiento académico ruso

Al analizar la movilidad internacional de estudiantes de Mozambique en cuanto a su relación con los BRICS, comprobamos que las diferencias de escala producen otra lectura diferente, ya que el fenómeno de la movilidad pasa desde un ámbito local, con una serie de características intrínsecas de los flujos, a situarse en una posición de país periférico en la movilidad de estudiantes. Las dimensiones que adquieren los desplazamientos son de índole global y también lo son las relaciones derivadas de estas movilidades.

El número de desplazamientos por razones de estudio ha aumentado en todos los países, tal y como viene informando la UNESCO (2006, p. 34), produciéndose un auge “espectacular” de las movilidades de estudiantes que buscan una formación cualificada a nivel universitario. En esta dinámica, Mozambique y los BRICS no se encuentran en una situación distinta y todos ellos incrementan la movilidad, aunque, dependiendo de cada país, las diferencias son notables (Figura 5).

 

 

Así pues, este proceso aumentativo de los desplazamientos hacia otros países por razones de estudio presenta unas desigualdades entre los países analizados. Aunque los incrementos son generales, las diferencias entre los diferentes países analizados son visualmente comprobables. En el caso de Mozambique y Sudáfrica, las diferencias en el periodo analizado son de unos cientos de estudiantes, mientras que en los casos de India y, especialmente, China, la cantidad de desplazamientos aumenta en varios cientos de miles de estudiantes.

Estos guarismos evidencian una clara apuesta por la internacionalización de las universidades asiáticas y la expansión de los estudiantes pertenecientes a estas dos potencias mundiales por toda la superficie mundial. Lo que ocurre es que estos desplazamientos desde China e India se concentran básicamente en algunos países (Estados Unidos, especialmente) y, de este modo, a nivel mundial se producen unas zonas más “despobladas”, las cuales se sitúan fuera de las corrientes internacionales de movilidad, y una “ecúmene” donde se concentra el mayor número de estudiantes internacionales.

Por otro lado, no solo existen diferencias en el número de estudiantes que realiza la movilidad por país, sino también en la variabilidad de países anfitriones a los cuales envía estudiantes ese determinado país emisor y, a su vez, en la concentración del destino de las movilidades de cada uno de estos países (Figura 6). Por ejemplo, como hemos visto anteriormente, China desplaza fuera de sus fronteras a 759.457 estudiantes, los cuales se reparten entre 82 países y la mayor parte de ellos se concentran en Estados Unidos (el 38,32%). El caso de la India es muy similar, ya que el 44,49% del total de sus estudiantes internacionales (253.367) concentra su movilidad en Estados Unidos y su diversidad de destino es de 83 países. Para estos dos países asiáticos, la segunda preferencia es Australia (China con un 12,82% e India con un 14,56%) y la tercera opción es el Reino Unido, con un 11,35% y un 7,74%, respectivamente.

 

 

Asimismo, Brasil mueve a 39.012 estudiantes, distribuidos en 66 países y con preferencia también por Estados Unidos (34,22%) como primer país elegido, luego se encuentra Portugal (13,94%) y después Francia (10,33%). La movilidad internacional de estudiantes rusa es de 55.158 estudiantes, repartidos en 76 países y cuya elección prioritaria es, en este caso, Alemania, concentrando el 18,04% de su movilidad, posteriormente República Checa (9,62%) y Estados Unidos (9,43%).

Y en último lugar, Sudáfrica moviliza a 6.961 estudiantes en 65 países, distribuidos por orden de prioridad entre Estados Unidos (25,56%), Reino Unido (17,41%) y Australia (8,93%); y Mozambique, por su parte, posee el menor número de estudiantes internacionales, 2.204, los cuales se distribuyen por 49 países, principalmente Portugal (27,04%), Sudáfrica (15,93%) y Brasil (14,88%).

En la Figura 6 también podemos observar la tasa de movilidad hacia el extranjero y las diferencias existentes entre los países analizados de los BRICS, junto con Mozambique. En el caso de China, existe una relación entre la gran aportación a la movilidad internacional y la tasa de movilidad. Ésta indica que el 1,9% de los estudiantes provenientes de este país asiático realiza una movilidad internacional a lo largo de su vida. Mozambique también posee una de las tasas más altas en esta relación, con un 1,3%, aunque sea un porcentaje mucho más bajo que la media africana subsahariana en el año 2007, cuando alcanzaba niveles superiores al 5% (UNESCO, 2009, p. 37). Rusia, India y Sudáfrica poseen unas tasas medias de movilidad, con un 0,9%, 0,8% y 0,7% respectivamente, y Brasil se sitúa con la tasa más baja de movilidad hacia el exterior, con un 0,5%. En general, estas tasas no son demasiado elevadas, sobre todo respecto a países de las mismas áreas mundiales donde se localiza cada uno de estos países analizados.

Estas tasas bajas de movilidad pueden hacer suponer, en el mejor de los casos, que las estructuras universitarias propias de cada país son de un cierto nivel académico y que pueden cubrir las expectativas educativas de la mayor parte de los estudiantes universitarios o, por el contrario, que no se dispone de los recursos necesarios para poder estudiar en países extranjeros. En definitiva, la tasa de movilidad hacia el exterior es un indicador que presenta algunas disparidades a nivel mundial, pero que facilita la comparación de los comportamientos y las dinámicas internas entre los diferentes países o regiones en cuanto a su posición en la internacionalización de los estudiantes. En este sentido, países de economías avanzadas como Noruega o Estados Unidos, con una buena cobertura académica, presentan unos gradientes diferentes en cuanto a la tasa de movilidad, con un 6,9% y un 0,3% respectivamente, lo que refleja la diversidad del fenómeno.

Finalmente, el cálculo del Índice de Elegibilidad nos aporta información sobre el potencial de atracción que existe entre todos los países analizados. Los seis países implicados (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y Mozambique) conforman un cluster o grupo de relaciones de movilidad interuniversitaria que posee unas dinámicas internas y externas. Las dinámicas externas se mueven paralelamente a la propia internacionalización de cada país en el ámbito internacional y las internas siguen unas pautas de intercambio endógeno de estudiantes que presentan unas características propias, solamente comprensibles y mensurables dentro del propio grupo. Es decir, estos índices de elegibilidad son datos extraídos de las movilidades entre estos países y, por lo tanto, la introducción de otra variable en el país podría alterar el resultado.

En este caso, la falta de datos publicados y actualizados sobre la movilidad hacia China repercute en el resultado final del potencial de atracción de este país asiático, siendo lógico que tenga una mayor presencia en la escena internacional y una gran capacidad de recibir estudiantes dentro de sus fronteras (Bermúdez, 2015, p. 110), con lo que aumentaría, a su vez, el Índice de Elegibilidad. En el presente estudio, los datos utilizados para relacionarlos con el resto de países serán los referidos a Macao y Hong Kong, exclusivamente, con lo cual poder obtener, al menos, una aproximación a la realidad china.

En el caso del cluster BRICS-Mozambique, el potencial de atracción que existe entre los países para realizar los desplazamientos de estudiantes ha variado desde el 2011 al 2015 (Figura 7). La línea discontinua que divide ambos momentos define el país o territorio que ha logrado mejorar su capacidad de atraer estudiantes respecto de los otros países. En este sentido, los países que se encuentran por encima de la línea han mejorado su posición y, por el contrario, los que se encuentran por debajo han disminuido su atractivo.

 

 

A lo largo de este periodo, Mozambique y China (Macao y Hong Kong) han ido ganando posiciones respecto al resto de países. Ambos territorios salieron de una situación de poseer un nulo atractivo para realizar la movilidad estudiantil por parte del resto de países a, en 2015, lograr una posición más destacada, aunque todavía escasa. Brasil e India también han aumentado su capacidad de atracción y consiguen unos índices de 0,55 y 0,48, respectivamente. Brasil se mantiene en un segundo puesto respecto a Rusia, que consigue mantenerse en un nivel de atracción alto con un índice en torno al 0,62, el cual no ha variado prácticamente en todo este periodo. Rusia es elegida, dentro del cluster, como país principal para realizar la movilidad por Brasil, China e India, lo cual indica el carácter de país central dentro del grupo, frente a países que pueden encontrarse en posiciones de atracción periféricas como Mozambique y China. El gran damnificado en este periodo analizado es Sudáfrica, que ve cómo disminuye su atractivo y pasa de situarse en una posición moderada a obtener un protagonismo escaso en el año 2015. En este año, mantiene su atractivo principal respecto a la movilidad de estudiantes provenientes de Mozambique, pero pierde influencia de este colindante país africano que aumenta sus preferencias hacia Brasil.

Conclusiones

El presente artículo ha observado la movilidad internacional de estudiantes en Mozambique y los BRICS. A nivel global, los países y territorios son clasificados como importadores o exportadores de movilidad, según el balance de entradas y salidas (inputs-outputs) de estudiantes en cada país. Mozambique acredita la condición de territorio importador de movilidad con un mínimo saldo positivo de los desplazamientos a favor de los estudiantes recibidos y, al mismo tiempo, presenta un incremento de las movilidades a lo largo de los últimos años, tanto de estudiantes que se envían a estudiar fuera como de los que se reciben, reproduciendo los patrones observados por la UNESCO (2009).

El aumento considerable de los centros universitarios en Mozambique ha posibilitado que la dinámica de pérdida de estudiantes, característica de muchos países africanos, se revierta en pocos años y comience a producirse una afluencia de estudiantes, africanos en su gran mayoría, con el 42,01% de la movilidad total hacia Mozambique.

En cuanto a la movilidad hacia el exterior, los estudiantes de Mozambique mantienen la tendencia a elegir los países de habla portuguesa, cuyas universidades, en general, presentan un mayor nivel de productividad científica y mayor prestigio que las africanas. Los estudiantes mozambiqueños siguen mostrando una preferencia mayoritaria hacia Portugal o Brasil, aunque Sudáfrica es un destino habitual por su cercanía y, asimismo, prestigio académico. No obstante, se aprecia que existe una rápida variabilidad en la elección de los destinos, ya que, en tan solo cinco años, desde el 2011 al 2015, algunos países como la mencionada Sudáfrica o Rusia están perdiendo parte de la movilidad mozambiqueña.

La geolocalización de Mozambique a la vera de Sudáfrica, uno de los componentes de los denominados BRICS, posibilita las relaciones con el resto de asociados en diferentes aspectos, entre ellos el educativo. El intercambio de estudiantes entre Mozambique y los BRICS es un proceso compartido, pero con ciertos desequilibrios, ya que no presenta una cantidad de desplazamientos equitativos. Un aspecto que diferencia a estos países es la cantidad de estudiantes que aporta cada uno de ellos. China e India son los países que más estudiantes movilizan a nivel mundial y son los países más exportadores en el grupo o cluster de los BRICS y Mozambique. Por el contrario, Mozambique y Sudáfrica son los que menos estudiantes movilizan hacia el sistema mundial. Sin embargo, en términos generales, las tasas de movilidad hacia el exterior de todos los países del cluster son bajas y ninguno de ellos llega a valores superiores al 2%.

Las interrelaciones de movilidad de estudiantes dentro del cluster están caracterizadas por una sostenida preferencia a realizar la formación académica en Rusia. Con un Índice de Elegibilidad en torno al 0,62, este país exsoviético mantiene un potencial de atracción alto en el periodo 2011-2015 y se descubre como un referente central en el ámbito académico y científico para los estudiantes de los BRICS. Mozambique y China (Hong Kong y Macao) logran aumentar su atractivo en el cluster, aunque todavía con una valoración escasa y una posición periférica. Brasil e India amplían su capacidad de atracción, en detrimento de Sudáfrica, que ve disminuir ligeramente el interés de los estudiantes por desplazarse a sus universidades.

 

Referencias

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Recebido: 30 de setembro de 2017

Aceite: 2 de janeiro de 2018

 

 

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