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Observatorio (OBS*)

On-line version ISSN 1646-5954

OBS* vol.10 no.Especial Lisboa June 2016

 

La red como cronotopo: Internet y prácticas políticas en el Movimiento Estudiantil Colombiano Mane y Occupy São Paulo

 

Liliana Galindo Ramírez*

* Chercheuse Observatoire de la Jeunesse Université Nationale de Colombie Doctorante invitée (Cevipof), Sciences Po Paris/ Doctorante en Sciences Politiques (Pacte), Université de Grenoble, 1030 Avenue Centrale, 38400 Saint-Martin-d'Hères (lilianagalindoramirez@gmail.com)

 

RESUMEN

Este trabajo aborda dos movimientos que emergieron en el año 2011: La Mane en Colombia y Ocupa Sampa en Brasil. El primero es un movimiento estudiantil que comparte características en común con movimientos en España y Chile. El segundo es un movimiento urbano que integra factores locales con diversos elementos simbólicos del movimiento Occupy. La investigación se centra en los usos de internet analizando las disputas por la visibilidad en la calles y en la web. La noción de red como cronotopo se propone como herramienta de análisis para entender la integración de los órdenes espacio-temporales de realidad online y offline. A través del estudio de los grafos realizados basados en las dinámicas en Facebook de ambos movimientos se analiza la emergencia de realidades multi-centradas y multi-temporales: la yuxtaposición entre diversos centros y periferias y entre diversos referentes del tiempo crean un nuevo marco de interpretación de los movimientos contemporáneos que usan plataformas digitales como Facebook. La red como cronotopo se constituye en una herramienta para interrogar procesos socio-políticos actuales de continuidad y cambio.

Palabras clave: Juventud, política, internet, Facebook, Colombia, Brasil.

 

ABSTRACT

This paper compares two movements that emerged during the same 2011 period: the Mane in Colombia and Ocupa Sampa in Brazil. The first is a student movement that has similarities with the cases of Spain and Chile. The second is an urban movement that mixes local factors with many of the symbolic elements of the Occupy movement. The study focuses on the political uses of the internet, analysing battles for visibility in the streets and on the net. The concept of the network as chronotope is used to understand the hybrid forms that integrate online and offline spatio-temporalities. Comparing activity graphs based on the Facebook sites of both movements, a multicentered and a multitemporal social reality emerges: a mixture between several centres and peripheries and between several past-present-future moments that creates a new interpretive framework for the contemporary movements that use digital platforms as Facebook. The network as chronotope is a way to question the current socio-political processes of continuity and change.

Keywords: Youth, politics, internet, Facebook, Colombia, Brazil.

 

Introducción

A inicios de la presente década han tenido lugar en el mundo, una serie de movilizaciones y movimientos, en las que la mediación de Internet y de las redes sociales fue preponderante. Algunos de estos movimientos, como la denominada "primavera árabe", los Indignados en España y el movimiento Occupy Wall Street lograron una visibilización con despliegue internacional. Sin embargo, otros movimientos de ocupación y de protesta en América Latina tuvieron poco o ningún despliegue en medios de comunicación internacionales. Fue el caso de movimientos por la educación y de muchos de los movimientos de ocupación en diversas ciudades latinoamericanas. Esta modalidad de invisibilización está correlacionada con la extensión y envergadura de estas movilizaciones, con su carácter disruptivo frente a los órdenes políticos que contestan y las interrelaciones entre muchos de ellos. Todo ello ocurre en un contexto de mutaciones de los referentes espacio-temporales de la acción en red.

Este trabajo tiene por objeto mostrar, a partir del estudio de los casos del movimiento estudiantil colombiano y del movimiento Occupy en São Paulo –en 2011, año de su aparición-, cómo el surgimiento de nuevas formas de comunicación y los modos en que algunas tecnologías digitales son apropiadas, implican una reconfiguración de la acción política y denotan un nuevo proceso de politicidad en espacio-temporalidades emergentes e híbridas. La “primavera invisible” es la metáfora del origen y despliegue de estos movimientos, de las conexiones entre ellos, de sus acciones en contextos de invisibilización política y de sus formas de protesta y movilización que están mediadas por internet y Facebook en particular. El término “primavera” expresa una doble connotación: por una parte, se refiere a los levantamientos en el Magreb y a su influencia, impacto y vínculos con otros movimientos en el mundo, y por otra, refiere su carácter hetero-nominativo, pues es una denominación atribuida por actores ajenos a los movimientos de manera que esta designación exterior es expresiva de las relaciones de poder que implica. El término “invisible”, denota la multiplicidad de lo que no aparece y las condiciones sociales que producen la invisibilidad: la invisibilidad no es sólo una ausencia de lo visible sino una producción social y política de lo que no aparece. Esta invisibilidad también concierne a la reconfiguración del espacio-tiempo de la acción en red lo que a su vez señala la emergencia de modalidades transformadas de ser en el mundo contemporáneo. La “primavera invisible” es pues un modo de referirnos a aquellos movimientos, con sus dinámicas y vínculos, que no fueron objeto de interés de los grandes medios de comunicación internacionales ni de la academia y que abordamos en este texto. Para ello, en un primer momento son presentados los casos de estudio, pasando por la problematización de las nociones de politicidad en red, visibilidad e invisibilidad, y la red como cronotopo, para finalizar con una reflexión que no busca concluir sino plantear perspectivas de investigación.

 

Movimientos colombiano y brasilero en el año 2011: los casos Mane y Ocupa Sampa

Los casos en los que nos centraremos son la Mesa Amplia Nacional Estudiantil - Mane en Colombia y Acampa Sampa Ocupa Sampa en Brasil. Estos movimientos implican una doble condición: de una parte, su inserción en una tipología de acción política emergente que expresa características en común con otras dinámicas discursivas y organizativas a nivel internacional; de otra parte, la singularidad propia de la producción de saberes y de formas novedosas de acción política colectiva.

 

Mane

Este movimiento recibió amplia influencia del movimiento estudiantil chileno (Aguilera, 2016) y estuvo inspirado por los levantamientos árabes (Sánchez, 2016) y por los Indignados de España (Nofre, 2016). El amplio despliegue del movimiento chileno precede al movimiento colombiano y ambos se articulan como lo fue la experiencia de la organización de una manifestación internacional denominada Marcha Continental por la Educación convocada para el día 24 de noviembre de 2011. Asimismo, como el acta fundacional de la Mane lo Evidencia, el movimiento evoca los sucesos que tuvieron lugar en España y en gran parte del norte de África. Se trató de un movimiento estudiantil sin precedentes en los últimos 40 años de la historia nacional, siendo su antecedente más cercano el movimiento estudiantil de 1971 que fue registrado como la mayor movilización de estudiantes en la historia de Colombia (Pardo, Urrego, 2003). Su invisibilización en los grandes medios no responde pues al carácter poco relevante del movimiento sino que por el contrario, en la coyuntura en la que nace y se despliega, adquiere rápidamente una gran envergadura en términos de su capacidad de convocatoria y movilización, de la dimensión de sus reivindicaciones y de sus alcances, como lo fueron: la creación de una estructura nacional de articulación, coordinación y acción estudiantil²; el acceso vertiginosamente progresivo al discurso público, ante actores y escenarios de la vida política y mass mediática nacional, y la victoria al ganar el pulso por el retiro del proyecto de reforma de la ley de educación superior que había sido propuesto por el gobierno nacional, ante un Congreso con mayorías favorables al presidente Juan Manuel Santos. Se trataba del proyecto de Ley 112 de 2011 “por el cual se organiza el Sistema de Educación Superior”.

Este movimiento estudiantil se articuló alrededor de la Mane Colombia - Mesa Amplia Nacional Estudiantil, configurada como un espacio de encuentro y coordinación de diversas expresiones estudiantiles organizadas y no organizadas1. Todas ellas confluían en su oposición al Proyecto de Ley en cuestión. Su capacidad de movilización fue de carácter nacional; las manifestaciones se mantuvieron en su etapa inicial durante varios meses del año 2011 (desde el anuncio del Gobierno de radicar el proyecto en marzo hasta su retiro en noviembre).  Las reivindicaciones eran ambiciosas al plantear un modelo educativo distinto al propuesto por el gobierno y en particular al exigir el retiro de una reforma de la ley general de la educación superior en Colombia en un país donde habitualmente las reivindicaciones y demandas hechas al gobierno nacional y al Congreso de la República no logran revertir las iniciativas emanadas de estas instancias de las ramas ejecutiva y legislativa. Contrario a las expectativas del movimiento mismo, así como lo indicaron varios de sus voceros en distintas entrevistas, finalmente el proyecto de Ley en cuestión es retirado del Congreso de la República. Tras varios meses de protestas, movilizaciones y de un prolongado y masivo paro nacional universitario (Cruz, 2013), la solicitud de retiro del proyecto, firmada por la entonces Ministra de Educación María Fernanda Campo, es radicada el 11 de noviembre del mismo año2. El retiro se hace efectivo poco después y el movimiento levanta el Paro Universitario.

 

Acampa Sampa Ocupa Sampa

En Brasil se produjeron distintas movilizaciones y actos de ocupación de plazas y de lugares públicos, en el marco del llamado global del 15-O, siendo el 15 de octubre de 2011 el día en que tuvieron lugar diferentes protestas en el mundo, llamado promovido principalmente por el movimiento de Indignación en España y el movimiento Occupy en los Estados Unidos. Es en este contexto que nace el movimiento Occupy en São Paulo. Un grupo de personas en São Paulo críticas del sistema democrático que han conocido y que reivindicaban la democracia real y directa, atendió a este llamado que llegó principalmente por las redes sociales Facebook y Twitter, y desde aquella tarde lluviosa, poco estimulante para la concentración en un espacio al aire libre, del 15 de octubre de 2011 acampó en el Viaduto do Chá -ubicado en la zona Vale do Anhangabaú, en el centro de la ciudad- un grupo de jóvenes que empezó a auto-gestionar formas de organización propias con reivindicaciones a su vez ancladas en lo local y en lo global.

Dentro del movimiento internacional de protesta, los Indignados en España y el movimiento Occupy Wall Street son los referentes de mayor impacto en la ocupación en São Paulo. Dentro de una sucesión de expresiones de similar naturaleza, Occupy Wall Street fue el primer movimiento, que tuvo lugar el 17 de septiembre de 2011 en New York. El movimiento se produjo en otras ciudades y países, pero poco se sabe de sus dinámicas en países como Brasil. Es el caso de Acampa Sampa Ocupa Sampa, movimiento de ocupación en São Paulo nacido de aquella convocatoria mundial del movimiento Occupy para instalar campamentos en diferentes ciudades en octubre de 2011. “Acampa” y “Ocupa” refieren las modalidades de acción del movimiento: ocupación con acampada; “Sampa” se refiere a la ciudad de São Paulo. Lo primero expresa su origen y carácter global (en relación directa con el movimiento Occupy y los Indignados de España) y lo segundo indica su arraigo local. Alrededor de 600 jóvenes acamparon de octubre a diciembre (Oliveira, Segurado, 2014) desarrollando diversas expresiones colectivas offline y online. A la denominación “Ocupa Sampa” que refería la ocupación en São Paulo, se agregó la de “Acampa Sampa” que enfatizaba la toma del lugar bajo la modalidad de acampada de aquella ocupación, en otras palabras, enfatizaba que se trataba de una ocupación y no simplemente de una acampada. Estos jóvenes comenzaron a darse una estructura organizativa propia.

 

Metodología

La investigación incorpora un enfoque de estudio de casos e incorporación de métodos mixtos de investigación, combinando recolección de datos cualitativos y cuantitativos. De este modo, fue recolectada información online y offline por lo que la estrategia metodológica incluyó principalmente:

- Entrevistas presenciales a los jóvenes más activos de los movimientos, para ello fueron identificados dos grupos, a saber: los más activos online y los más activos offline3. En total fueron realizadas 20 entrevistas semi-estructuradas: 10 para el caso brasilero y 10 para el colombiano. Esta selección no buscaba obtener una muestra cuantitativa representativa sino que fue realizada en función de su significación cualitativa.

Una vez realizadas las entrevistas y dado el volumen registrado (134.316 palabras), esta investigación recurrió al programa Atlas Ti con el fin de explorar y analizar el material recolectado. Las entrevistas permitieron abordar cuestiones relacionadas con: la trayectoria de los movimientos y la implicación de los entrevistados en ellos; la estructura organizativa, las características y modo de funcionamiento de los movimientos, las relaciones de los movimientos con el territorio (el barrio, el espacio público), la utilización de las tecnologías digitales y de Facebook en particular y la transformación de las prácticas políticas a partir de la utilización de estas tecnologías digitales.

- Recolección de información online, el núcleo de este componente es una base de datos construida por cada movimiento a partir de los contenidos de sus páginas de Facebook (Mane-Colombia y Acampa Sampa Ocupa Sampa). Estas bases son resultantes de un arduo trabajo de captura y recolección de datos, ya que a la fecha no era posible utilizar ningún programa para realizar esta labor automáticamente. Estas bases incluyen los post de los administradores de las páginas y los comentarios a éstos. La información de los post incluye: contenidos de los post de los administradores, con fecha, hora, tipo de post (video, texto, link, imagen), número de likes, número de comentarios, número de veces compartido. La información de los comentarios a los post incluye: los contenidos de los comentarios, los perfiles de Facebook de los autores de los comentarios, fecha, hora y número de likes. Los periodos definidos fueron: para la Mane, desde el registro del movimiento en Facebook el 3 de octubre hasta el 24 de noviembre de 2011, día de la Marcha Continental Latinoamericana convocada por la Mane y a cuyo llamado se sumó Acampa Sampa; para este último, el periodo fue desde el registro del movimiento el Facebook el 15 de octubre de 2011 hasta el 28 de diciembre, día de su última Asamblea del mismo año.

 

Politicidad en red: visibilidad-invisibilidad y dinámicas online-offline

La idea según la cual en la era de internet asistimos a un proceso de visibilización intensiva y extensiva de los acontecimientos de la vida individual y colectiva contemporánea, está muy extendida. Según ello, este fenómeno se produce en razón a la expansión viral de la información por medio de las diversas plataformas virtuales asociadas al universo digital. Sin embargo, contrario a creer que se trata simplemente de una ampliación de las dinámicas de visibilización online de lo que ocurre offline, de lo que se trata es de un proceso de reconfiguración de las prácticas de visibilización y de invisibilización tanto en línea como fuera de línea.

A propósito de la noción de visibilización, Bourdin (2010) señala que si el sujeto que percibe no ve, ello responde a una doble razón: por un lado, su percepción está condicionada por marcos sociales; por otro lado, el objeto no percibido obedece a condiciones políticas de aparición. En tal sentido, el carácter visible o no de determinados fenómenos sociales no se reduce a un asunto de percepción, sino que esta situación remite a un cuestionamiento de las condiciones sociales y políticas de producción de aquello que es perceptible o no (qué, quién y cómo se ve, o no), para determinados actores, según los contextos específicos de los cuales se trate. En el contexto contemporáneo, ello depende igualmente de los espacio-tiempos que se reconfiguran en el marco de las convergencias y divergencias entre las dinámicas online y offline.

Así, son constatables varias formas de invisibilización en el caso colombiano y brasilero, así como en el caso de otros movimientos latinoamericanos de protesta y ocupación: a) la invisibilidad de estos movimientos latinoamericanos en los medios de comunicación internacionales4; b) los esfuerzos de los gobiernos por invisibilizar el carácter político de las movilizaciones; y c) la invisibilidad de las repercusiones y conexiones entre estos movimientos y las protestas y revoluciones globales (la denominada primavera árabe, los indignados y el movimiento Occupy) que tuvieron lugar en el contexto de emergencia de los casos estudiados.

También emergen otras visibilidades, como lo son las construcciones discursivas que aparecen en plataformas digitales y que muestran acciones, reivindicaciones, formas de convocar y organizar, tensiones y disputas internas de los movimientos. Entendemos la acción en el espacio digital como una práctica social. Del mismo modo, el discurso, desde los estudios críticos del discurso, es entendido como práctica social (van Dijk, 2000). En tal sentido, tanto los discursos como las acciones no discursivas que circulan por internet son objetos de comprensión del mundo social que implican una síntesis de un conjunto de circunstancias sociales, técnicas, económicas, culturales y políticas de emergencia y en consecuencia implican un potencial revelador de los contextos, realidades y actores que los producen. Ahora bien, en el mundo digital, se producen mutaciones y procesos no siempre equiparables ni reductibles a aquellos del mundo offline.

En lo que concierne a la actividad de los movimientos contemporáneos a través de las plataformas virtuales como Facebook, se evidencian nuevas formas de invisibilidad que plantean otro tipo de desafíos, como lo es frente a los gobiernos contestados, la incertidumbre sobre la capacidad de materializar o no en las calles el potencial latente del inconformismo que se expresa y toma cuerpo por internet a través de las redes sociales. La cuestión del “número” (Boullier, 2013), no como simple dato cuantitativo sino como un asunto clásico de importancia en el campo de la ciencia política en términos de las disputas sobre, por ejemplo, la cantidad de manifestantes que asisten a una marcha como indicador de fuerza, capacidad de movilización y legitimidad; se traslada, al contexto del universo digital, en el cual la importancia sobre el número de personas que apoyan una determinada causa, protesta o reivindicación resulta incierta. El espacio-tiempo digital visibiliza adhesiones y simpatías (es el caso de los likers) que se expresan en números, ello sin hacer visible el número de personas dispuestas a movilizarse en las calles.

A su vez, tanto la presencia en las calles como el permanecer en casa se entienden cada vez menos si no se tiene en cuenta el tipo de actividad en la web: activistas en línea que consideran haber participado a través de su acción en internet (como publicar contenidos, hacer llamados a movilizarse, invitar amigos a eventos de protesta) y no consideran indispensable su presencia en las calles; compartir la indignación que circula por la web e informarse de manifestaciones por internet a las que posteriormente asiste. La acción y las dinámicas online, si bien están en interconexión con lo que ocurre offline, no son pues un mero reflejo, como si se tratara de un espejo “virtual” de lo “real”, ni se reducen simplemente a una relación de oposición según la cual una dimensión niega de manera total o parcial a la otra: las dinámicas online y offline corresponden a dos órdenes distintos de la realidad que se entremezclan y cuya complejidad no es posible dilucidar a priori. Las relaciones entre los universos online y offline corresponden a la superposición e hibridación de aquellas realidades. Como veremos, los cronotopos offline se entrelazan en relaciones de flujo o de tensión con los cronotopos digitales.

Las prácticas políticas, con las lógicas, concepciones y modalidades de organización que conllevan, son indicativas de una politicidad que implica procesos de ruptura o discontinuidad en relación con formas convencionales precedentes y que señalan a su vez procesos de transformación en los horizontes de sentido y en las formas de ser y estar en el mundo social y colectivo. La politicidad, entendida como el conjunto de procesos de emergencia, despliegue, configuración y reconfiguración de lo político en el contexto de la era digital, se define y reconfigura en red. Si bien es posible constatar en medios académicos y no académicos una noción de la red como antónimo de jerarquización y verticalidad, consideramos, junto con Pereira (2013), que la concepción a priori anarquista de la red no siempre encuentra su correlato en las realidades concretas de las experiencias de las acciones colectivas. De igual modo, la noción de red no debe ser reducida a las redes digitales. Las redes sociales in extenso existen desde que existe el lazo social, interpersonal y colectivo5. Lo que la noción de red vehicula es variable y relativo según el contexto espacio-temporal en que las redes en cuestión se insertan. El contexto actual, es aquel de una co-existencia de diversos órdenes de realidad en donde se yuxtaponen prácticas, medios y dinámicas de las dimensiones online y offline de la vida social de los jóvenes y de su entorno.

Considerando junto con Foucault (1988) que el poder no se posee sino que se ejerce, las acciones de las y los jóvenes mediadas por el uso de plataformas digitales como Facebook operan en los procesos de reproducción y de reconfiguración de las correlaciones de fuerza, de las estrategias de visibilidad e invisibilidad, de posicionamiento y ampliación de la legitimidad de las demandas y reivindicaciones de los movimientos juveniles y estudiantiles, como efecto de aquella yuxtaposición de las realidades online y offline. Es justamente en estas zonas de intersección que se producen las dinámicas más potentes de movilización y de acción colectiva. Ni sólo la acción por los medios convencionales físicos ni sólo la práctica del “clic” se traducen en dinámicas de potente movilización y visibilidad.

En este escenario, la “primavera invisible” denota una forma contemporánea de relación entre los procesos latinoamericanos y los procesos globales de producción de realidades híbridas (online-offline) en contextos mediáticos, mass mediáticos y políticos en mutación que se definen y redefinen en las relaciones de poder que están en juego. El que el término “primavera árabe” no sea el resultado de una auto denominación en el contexto de las revueltas, movilizaciones y revoluciones árabes sino de una construcción dada por una élite política afirmada por los mass media internacionales es una evidencia de las disputas por el poder de nombrar y de volverse visible en los espacios públicos. La primavera invisible a su vez indica el fenómeno de invisibilización de las múltiples expresiones y dinámicas de movilización y protesta en el contexto de las revoluciones y revueltas árabes así como en los contextos de despliegue de los movimientos de indignados y de ocupación.

 

Los casos latinoamericanos y los movimientos globales

Como fue mencionado anteriormente, en 2011, los medios de comunicación internacionales difundieron informaciones relativas a la denominada “primavera árabe”, los Indignados y el movimiento Occupy en contraste con otros movimientos que recibieron mucha menos atención. Poco se sabe sobre las numerosas y variadas expresiones locales que hubo en el mundo y más específicamente en América Latina, y al hablar de los movimientos estudiantiles, la referencia con frecuencia se limita al movimiento estudiantil chileno. Frente a otras movilizaciones estudiantiles, grandes medios internacionales registraron informaciones sobre las protestas en Canadá en contra del aumento de las matrículas. Tanto la prensa internacional como la academia disponen de menos informaciones y análisis relativos al movimiento estudiantil colombiano y a los movimientos locales de ocupación, como aquel que tuvo lugar en São Paulo.

Por otra parte, tanto en el caso de la Mane - Colombia como en el de Ocupa Sampa en Brasil el contexto global es el de la crisis económica a la cual se asocia la aparición de distintos movimientos en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, las economías colombiana y brasilera en esa coyuntura se encontraban en una situación distinta. Los indicadores de crecimiento económico en ambos países permanecían en cifras positivas. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE- durante el año 2011 la economía colombiana creció en 5,9% con relación al año 2010 y el PIB creció en 6,1% en el cuarto trimestre de 2011 comparado con el mismo trimestre del año anterior. El PIB en Brasil creció un 6,2% con relación al año 2010. En Colombia, tal crecimiento económico seguía conviviendo con unos niveles de desigualdad tan elevados que ubican al país como uno de los más desiguales de América Latina y del mundo, mientras que Brasil llegó al menor índice de desigualdad de su historia6 aun si los índices de desigualdad siguen ubicando a ambos países entre los más desiguales del mundo.

La crisis económica en Europa operó con frecuencia como una fuente explicativa del malestar ciudadano y principalmente juvenil. Si bien claramente no es este el caso en lo relativo a los contextos económicos en Colombia y Brasil lo que si coincide en los casos europeos como el de los Indignados es la cohabitación de un fuerte protagonismo de los jóvenes -hostiles a las desigualdades e injusticias sociales de un sistema económico-, con la participación de otros sectores y actores, tanto en Ocupa Sampa7 como en la Mane8. En ambos casos hubo un despliegue de formas de acción y de apropiación del espacio público físico como del espacio digital a través de páginas web, blogs, youtube, livestream y redes sociales digitales como Twitter y Facebook. En el espacio físico, su apropiación de distintos escenarios (Mane: la calle, las universidades, los buses del sistema de transporte público, las plazas; Ocupa Sampa: el Viaduto do Chá, las calles y las plazas en las manifestaciones); en el espacio virtual a través de la producción, circulación, distribución y consumo de contenidos. Ambos como espacios interconectados en donde la publicación en línea llegó a personas a las que el movimiento no hubiese llegado por la vía exclusiva de la movilización en las calles, y en donde la movilización en el espacio físico incentivó iniciativas desplegadas en la web. 

Tal como ocurrió en las revueltas de la llamada primavera árabe, de los Indignados y en Occupy Wall Street, en Latinoamérica un mismo ciclo parece reproducirse en tres fases: i. invisibilización en medios masivos (televisión, prensa nacional e internacional); ii. visibilización intensiva y extensiva en redes sociales digitales; y iii. visibilización en medios masivos.

Previo al inicio del ciclo para los casos latinoamericanos, el tercer momento del ciclo de la “primavera árabe” coincide con el consumo de informaciones por parte de jóvenes brasileros y colombianos por distintos medios (televisión, Facebook). Las movilizaciones que se producen en las calles en un primer momento no son transmitidas en los grandes medios de comunicación nacionales. Posteriormente, cuando esto ocurre, en los primeros registros aparecen con una connotación negativa que descalifica a los jóvenes, resalta los eventuales episodios de violencia, indica la inconsistencia de las reivindicaciones y minimiza la amplitud de las movilizaciones. Al mismo tiempo, los jóvenes movilizan sus recursos digitales y expanden la (contra)información más allá de sus propias redes de amigos cercanos: mensajes y post con contenidos de texto, imagen, sonido, video e hipervínculos circulan por las redes digitales y alcanzan un nivel de saturación en el espacio de las redes sociales digitales al punto en el que la movilización se vuelve inocultable y los grandes medios de radio, prensa y televisión nacionales terminan difundiendo, de distintas maneras, contenidos, entrevistas e informaciones relativas a los movimientos, a sus reivindicaciones, actores y demandas. Esta dinámica se produce en una co-existencia de las prácticas online y offline de los jóvenes.

Tanto en Colombia como en Brasil, confluyen varios factores que coinciden en favorecer el despliegue de los movimientos, entre ellos: la experiencia de militancia previa de muchos de quienes serían los miembros más activos offline, la circulación de información por internet, la puesta en contacto entre quienes aparecen por Facebook y el encuentro físico presencial que materializa la movilización en las calles. En el caso de Brasil esta dinámica corresponde al origen mismo del movimiento. En el caso colombiano corresponde a su funcionamiento, esto es, no es así como nace ya que este movimiento va de las calles a la mediación digital, (Galindo, Oliveira, 2014) pero sí se fortalece a través de esta dinámica.

 

De las calles a internet, de Latinoamérica al mundo… y viceversa.

Primero Túnez, después fue Egipto, y más tarde en gran parte del norte de África y el medio oriente, luego en España, Irlanda, Grecia e Israel; cientos de miles de estudiantes, desempleados, trabajadores y ciudadanos del común colman plazas y parques, contra un orden económico internacional inicuo y que se encuentra en fase de declive. En América Latina los estudiantes de Puerto Rico, Colombia y otros países se movilizan bajo el norte de la lucha social en Chile que ya completa más de 3 meses de tomas y marchas estudiantiles (…).

Así inicia la declaración de la Mane en su primera reunión realizada en Bogotá los días 20 y 21 de agosto de 2011. En este acto, se condensa un sentido de pertenencia a una dinámica global de movilización y protesta. Más allá de las diferencias existentes en términos de la especificidad cultural, social y económica propia de los contextos en que cada una de estas movilizaciones tuvo lugar, se constata una participación de jóvenes en una lucha estudiantil pero también intergeneracional que logró capturar la atención de otros sectores sociales transformando el panorama de la movilización social y política global.

Como ocurrió en cada uno de estos contextos específicos, en Colombia, la movilización manifiesta en un contexto global de protestas, surgió con un claro anclaje local en el que miles de estudiantes se movilizaban en oposición a la Reforma de la Ley 30 propuesta por el gobierno nacional. Rápida y progresivamente el movimiento se hizo visible en redes sociales digitales y en medios de comunicación (radio, prensa y televisión) nacionales. Se pone de manifiesto una dinámica de aparición pública de las movilizaciones y del movimiento que va de las calles a internet (especialmente redes digitales) y de allí a la gran prensa nacional. El movimiento estudiantil colombiano no aparecía en la prensa nacional con la importancia que luego adquirió sin haber producido autónomamente antes un proceso de saturación en las redes sociales digitales que hacían imposible su ocultamiento en los grandes medios nacionales. Si bien en este aspecto se produce un tránsito de la visibilidad que va de las redes digitales a los medios convencionales (prensa, radio y televisión nacional) existen unos flujos dinámicos y recíprocos (no por ello simétricos) en donde se producen otras visibilidades que van de los medios convencionales a las redes digitales. Estos tránsitos constituyen zonas de convergencias y divergencias entre las capas de la realidad online y offline. El movimiento tuvo un despliegue que fue de las calles a la web, mientras que el caso brasilero se produjo de la web a las calles.

Ocupe as ruas e mude o mundo!

Uno de los eslogan del Ocupa Sampa

Se não fosse o chamado da Espanha, essa interligação global da juventude proporcionada pela Internet a ocupação não aconteceria.

Joven activista entrevistado – Ocupa Sampa.

En Brasil, como fue mencionado anteriormente, la ocupación se originó en el marco de aquel llamado del 15-O, bajo la fuerte motivación derivada del movimiento de indignación en España. Una serie de circunstancias pre-existentes contribuyeron a la materialización de la reunión de voluntades y de iniciativas de distintos jóvenes con el fin de concretar la ocupación: jóvenes con experiencias de socialización en contextos de militancia en otras organizaciones, un malestar presente ligado al inconformismo de las y los jóvenes frente al sistema democrático que han conocido y esquemas de exclusión social y política se tradujeron en un potencial que devino en acampada. Previo al 15-O, en el periodo del llamado movimiento Occupy, varios jóvenes que se habían conectado a través de  redes sociales digitales se dieron cita presencial para acordar la puesta en marcha de la iniciativa9. También fue una acción online y offline aquella movilización que vinculó los dos casos aquí estudiados: la Marcha o Jornada Continental por la Educación el 24 de noviembre de 2011, que nace como iniciativa de la Mane Colombia y a la cual se suman varios países y movimientos latinoamericanos, entre ellos Ocupa Sampa. En las páginas de Facebook se aprecian registros en este sentido. En aquella marcha también participaron jóvenes en otros países traspasando las fronteras del continente americano10.

Varios de los jóvenes voceros de la Mane estuvieron en contacto con activistas de otros movimientos de otras partes del mundo, de manera virtual y también presencial11. Otros voceros participaron en reuniones políticas12 y eventos con organizaciones y movimientos sociales en diversos países de América y Europa. El análisis de los casos latinoamericanos muestra rasgos y aspectos comunes con otros movimientos globales:

 

 

En este contexto, se configura no sólo una manera de actuar singular en cada contexto local sino que también emerge aquella politicidad que reconfigura los órdenes de visibilidad e invisibilidad y las conexiones globales directas e indirectas entre distintos movimientos en distintas latitudes del mundo, que contesta las maneras convencionales de ejercer la política desde una expansión de lo político mediada por la apropiación de espacios públicos físicos y digitales. Así como se evidencia una transversalidad en aspectos discursivos y organizativos entre distintos movimientos globales, se hace también evidente la necesidad de investigar lo local re-pensando lo global. La riqueza de lo que emerge en contextos específicos e híbridos es la riqueza del mundo social y político contemporáneo en transformación.

 

La red como cronotopo: espacios en tiempos de mutación y mutaciones espacio-temporales.

¿Cuáles son los espacios reales? ¿Acaso lo son sólo los espacios físicos como la calle o la plaza pública? ¿Cuál es el tiempo real? ¿Sólo aquel en que se transmiten acontecimientos “en vivo y en directo”? ¿No convendría más bien replantear nuestra manera de formular las preguntas y con ello revisar los postulados que están detrás de ellas? La distinción entre lo real y lo virtual, entendida como una distinción de lo no digital y lo irreal respectivamente, conduce sin duda a un camino errado de comprensión de los fenómenos contemporáneos.

Los espacio-tiempos de la red no corresponden a espacios “irreales”, sino a realidades13 multicentradas y multitemporales. Realidades, porque son el producto de procesos de producción material, social y simbólica concretos, tanto en términos de la producción de la base tecnológica y científica subyacente que hace posible la existencia de dispositivos, plataformas y herramientas digitales, como en términos de las acciones individuales y colectivas y de los usos sociales que crean, deconstruyen y recrean significaciones, estéticas, interacciones y formas de estar en el mundo. Multicentradas, porque en la era actual nadie controla internet, sin embargo tampoco ocurre que todos controlen internet, sino que asistimos a una diversidad de estructuras de actuación en red que en algunos casos tienden a una horizontalidad (usos de la red en movilizaciones y protestas) y en otros se afirman estructuras de administración central alimentada y sostenida de manera “descentrada” por parte de millones de usuarios (como sucede en Facebook); en todos los casos se reproducen formas de vida en sociedad que expresan niveles de jerarquización y centralidad, aunque estos niveles no estén focalizados en un centro único y absoluto. Multitemporales, porque allí se conjugan el tiempo lineal (pasado, presente, futuro), los tiempos del yo y los tiempos sociales, así como lo intempestivo, el tiempo de lo inesperado. El espacio no se desprende de estas realidades sino que, es en dinámicas espacialmente situadas que este conjunto de elementos se imbrican para dar como resultado fenómenos contemporáneos que pasan por la mediación de internet.

En este sentido, la noción de cronotopo viene originariamente de Bakhtin siendo utilizada en el campo de la literatura, y es retomada por Feixa y otros autores para referirse a la comprensión de fenómenos de los estudios de juventud (“chronotopes of youth”),

To focus on the concept of chronotope is to elevate the time/space dimension of the social experience to a powerful analytic tool. The academic use of the concept “chronotope” derives from the work of Russian literary critic Mikhail Bakhtin. (…) The notion was borrowed from physics and mathematics, especially Einstein’s Theory of Relativity. It refers to the inseparability of time (chronos) and space (topos), where time is a fourth dimension of space. For the social sciences, the chronotope is a double-sided concept. On the one side, it can be seen as the time of space (the historical dimension of geography or social memory); on the other side, it can be seen as the space of time (the geographical dimension of history or the social locality).” (Feixa, Leccardi et Nilan, 2016).

Esta noción permite situar, ampliar y precisar una concepción no binaria ni fragmentaria del espacio y del tiempo y desde los trabajos de Feixa et al., (2016) se traduce en una contribución contemporánea en el abordaje de diversas temáticas y problemáticas de los estudios de juventud. Aquí la retomamos y la re-situamos para hablar de la red como cronotopo. Así, sin oponer el espacio al tiempo, podemos situar actores sociales, dinámicas de (in)visibilización, formas de apropiación (de la ciudad, de lo urbano, de lo público, de las tecnologías), entre otras.

En primer lugar, el tiempo del espacio de la red corresponde a las multitemporalidades del espacio glocal, tiempo-pulsión vital humana, espacio-disposición humana de la vida. Aquí se conjugan: a) la inmediatez del clic con la mediatez de aquello que permanece o trasciende, esto es los actores, las acciones y los contextos que le son intrínsecos; b) el pasado que está presente en el futuro de la acción en red, como lo es el futuro resultante de la movilización, online y offline, que contiene en si el acumulado de las trayectorias colectivas, de las reivindicaciones movilizadas y de las estructuras organizativas, comunicativas, sociales y políticas que participan en la producción de aquellos resultados buscados, esperados u obtenidos; y c) el futuro que está presente en el pasado de la acción en red, como lo son las utopías, las reivindicaciones, las expectativas, la perspectiva de futuro presente en las acciones individuales y colectivas que se cristalizan en la combinación de la acción online y offline.

En segundo lugar, el espacio del tiempo de la red es un espacio transfronterizo, transnacional y translocal -transladando aquí estas tres nociones de José Manuel Valenzuela (2013)-, es un espacio dinámico y mutante que vincula en un mismo referente espacial lo local y lo global y los referentes espaciales que se producen a través del intercambio y del lazo entre diversos actores individuales o colectivos cuya acción está mediada por internet. Es un espacio apropiado, reapropiado y resignificado en red, por actores que no necesariamente y no siempre se encuentran presencial y físicamente sino a través de internet pero cuyas miradas, reivindicaciones, acciones y significaciones conllevan implicaciones a diferentes niveles y transitan en el espacio glocal14.

De acuerdo con Feixa, Sánchez y Nofre (2014, 87), podemos analizar fenómenos visibles en la web como eventos cronotópicos “es decir, como acontecimientos emblemáticos que condensan los espacios y los tiempos de una sociedad determinada”. Así, podemos pensar en la red como cronotopo como aquellos espacio-tiempos visibilizados a través de la acción en red en el que los tiempos de la acción en línea y los espacios físicos y virtuales están yuxtapuestos como parte de una misma complejidad, y a través suyo se pueden apreciar los flujos entre las realidades online y offline. Este cronotopo expresa la materialidad de la acción como concreción de los tiempos y los lugares de la acción en línea que se cristalizan en la red. Un ejemplo de esta concreción son los likes, los comentarios, los shares o contenidos compartidos en Facebook, que son entidades propias del universo digital, pero no derivan exclusivamente de éste.

Más que como un no-lugar anómico y atemporal, el cronotopo de la red puede verse como un lugar nómico que construye nuevas temporalidades y relaciones sociales, un espacio-tiempo sui-generis, que se condensa y acelera en determinados momentos, como los casos que aquí analizamos. A continuación, los retomamos para situar este planteamiento confrontándolo con el trabajo de recolección de información concreta relativa a los movimientos específicos estudiados. Para ello nos basamos en el análisis de redes sociales (apoyado en el uso del programa Node Xl) para presentar dos grafos elaborados a partir de la base de datos constituida para cada caso con las informaciones presentes en las páginas de Facebook, como fue precisado en la metodología. Estos grafos, utilizados en trabajos previos, ponen en relación los post publicados en el muro de las páginas de Facebook por parte de los administradores de las mismas (representados en triángulos) y las personas que realizan comentarios en respuesta a esos mensajes (representadas en círculos).

Como vemos, en los grafos aparecen unas zonas de concentración, más densas para el caso de la Mane, y no tan densas en el caso de Acampa Sampa Ocupa Sampa. El resultado de esta espacialización muestra unos conglomerados que corresponden a posts más o menos comentados, de allí que fluctúe la densidad de la concentración de comentarios a los posts y que sea posible identificar también personas que hacen comentarios a varios posts. Los triángulos que aparecen sueltos representan los posts que no fueron comentados.

 

La primera victoria de la Mane y su primera fractura interna

Nos focalizaremos en un caso específico, a saber: el post del 17 de noviembre en la página de Facebook de la Mane.

 

 

La más densa de estas zonas, corresponde al post publicado el 17 de noviembre, tras el levantamiento del paro universitario decidido de manera polémica tras hacerse efectivo el retiro del proyecto de Ley en el Congreso de la República. Esta densidad es precisamente la expresión hibrida (online-offline) de esta polémica. El levantamiento del paro marcó dos acontecimientos para el movimiento estudiantil colombiano. Por una parte, es el símbolo de una victoria frente al Gobierno nacional presidido por Santos que cede frente a la demanda de retirar el proyecto de Ley en cuestión, un hecho inhabitual en un país con amplia tradición en que el gobierno y el Congreso de la República permanezcan inflexibles frente a las demandas y movilizaciones sociales. Por otra parte, en esa misma coyuntura se produce el primer gran sisma interno, de disputas y de fragmentación del movimiento, puesto que la decisión de levantamiento del paro no es fruto de un consenso sino que hay amplios sectores que no comparten que el paro sea levantado.

Esta disputa hace visibles prácticas convencionales y mutaciones del movimiento que pone en tensión la actividad partidista y no partidista junto con las prácticas y expectativas que le son asociadas de uno y otro lado. Las entrevistas realizadas a los jóvenes más activos en línea y fuera de línea, junto con los 348 likes a ese post, los 809 comentarios registrados, las 101 veces que fue compartido y el análisis del contenido de los 374 comentarios sistematizados frente a ese post permiten apreciarlo. Dentro de estas disputas aparece la relación Mane – gobierno nacional así como un cuestionamiento sobre la democracia. Ello se produce en dos ejes en interrelación, uno interno, relativo a las tensiones en el seno de la Mane y otro externo relativo a los límites de la democracia y a la ampliación de las prácticas democráticas, en materia principalmente de educación, aunque no exclusivamente. El vínculo entre ambos se expresa en la desconfianza fundada frente al gobierno como representación abstracta (el gobierno en cuanto tal) y como representación concreta (el gobierno de Juan Manuel Santos) con actores concretos con los que a su vez están en relación de tensión y de diálogo.

 

La acción en red de Acampa Sampa Ocupa Sampa

 

 

Nos focalizaremos en el carácter multicentrado y poco denso de este caso. La menor  densidad aquí visible muestra que este movimiento está menos en la idea de reaccionar en línea masivamente. Su acción está más centrada en el territorio y en el espacio físico en donde muchas más personas, respecto a aquellas que aparecen en la página de Facebook del grupo, participan de la ocupación en el campamento instalado en el Vale do Anhangabaú.

Dentro de los post más comentados está: “GUARDA CIVIL METROPOLITANA ATUANDO NA RETIRADA DAS BARRACAS DO ACAMPAMENTO” publicado el 26 de noviembre. Se trata de un post con 18 comentarios, con la autoría de 13 cuentas o perfiles. Se trata de un post que, a través de internet, anuncia un episodio de desalojo del campamento. Es una forma de producción comunicativa que apela a los recursos de la web para registrar y denunciar un acontecimiento en el espacio físico de la ocupación. Aquí nos encontramos frente a una unidad de espacio-tiempo que condensa el lugar en que se instala el campamento con los tiempos de presencia y acciones de desalojamiento por parte de la fuerza pública local. Los comentarios incluyen preguntas, denuncias y declaraciones de solidaridad.

El post más difundido, 57 veces compartido, es publicado un día después, esto es, el 27 de noviembre “Durante a madrugada deste sábado, por volta das 4 horas, a Tropa de Choque se posicionou frente a frente com os manifestantes e obrigou o Acampa | Ocupa Sampa a retirar as barracas.” Vemos como la acción mediada por internet visibiliza la acción en las calles y las tensiones entre el movimiento y las autoridades locales. Hay posts que no cuentan con muchos comentarios pero se destacan por el mayor número de likes, que es un indicador de simpatía.  El post con mayor número de likes es publicado el 18 de diciembre:

“Acabou de acontecer uma intervenção durante o "show de natal" do Bradesco da Av Paulista (prox ao MASP). Os manifestantes pautaram a participação do banco no financiamento das obras de Belo Monte através da Vale do Rio Doce. Denunciaram também o extermínio das populações indígenas. Em breve vídeo com tudo o que aconteceu. Obs: não houve detidos.”

Este post es interesante pues la simpatía se expresa aquí a través de las 18 veces  compartido, un total de 21 comentarios realizados por 14 personas y 89 likes. Al igual que los otros post, este se refiere a un episodio de presencia del movimiento en el espacio público físico (acompañado de la presencia de la fuerza pública). Estos comentarios muestran tanto declaraciones de solidaridad y regocijo “toda a força, irmãos!”, “q tesão!!! parabéns!”, hasta la visibilización de una acción que va de las calles, pasa por internet - “to indo pra Paulista! O pessoal já saiu de lá?”, “hj a noite sobe. finalizando. sem falta!!”- y desde aquí se constituye en motivación para ampliar la movilización en las calles. En los tres casos se conjugan situaciones de tensión, se identifican actores en disputa, emergen los espacios donde tiene lugar la acción de protesta y de resistencia y se evidencian flujos temporales que conectan lo que ocurre en la ocupación con aquello que es publicado en la web tanto por parte de los administradores de la página como por parte de personas cercanas al movimiento.

 

Reflexión final

De manera relativamente paralela a la presencia de los movimientos en las calles y en una amplia multiplicidad de espacios públicos físicos y mediáticos, la utilización de la web y de las redes sociales por parte de los movimientos funcionó como plataforma de despliegue de su accionar por otros medios pero también evidenció una reconfiguración de la manera misma de concebir y ejercer la acción de protesta. Protestar es salir a las calles, pero es también movilizar las demandas, discursos y agendas del movimiento por la web: crear contenidos y ponerlos en circulación por la red procurando el mayor número posible de “veces compartido”, generar comentarios en el “muro”, obtener un creciente número de “me gusta” frente a mensajes o links ‘posteados’, filmar videos de las manifestaciones y subirlas a la red para luego promover su difusión, entre otras, como estrategias de visibilización y posicionamiento en la escena pública, ganando en presencia, en ampliación de la difusión y de la capacidad de movilizar. La apropiación de Facebook por parte de los movimientos recupera, de manera diferenciada, ciertas potencialidades de la red que opera como un sistema de producción, circulación y consumo de significaciones, con capacidad de multiplicarse a través de la acción en línea de sus simpatizantes.

Las redes digitales no son solamente un medio de expresión sino un nuevo escenario de disputa, de controversia, de visibilización y de comunicación, en suma, de puesta en juego de la correlación de fuerzas, de poderes y potencias sociales e individuales. El sentido mismo de la comunicación política se transforma sustancialmente, la comunicación bidireccional es sobrepasada por una comunicación telemática15. La apropiación singular que los jóvenes hicieron de la red social Facebook generó una plataforma para la extensión de los procesos de contestación (sin que las estructuras de coordinación fueran tecnófilas libertarias). Esta plataforma es dependiente de las modalidades particulares de apropiación y no de las herramientas digitales en sí mismas. No es Facebook quien produce la contestación.

A pesar de las diversas referencias que es posible encontrar en la variedad de literatura disponible, algunas fundadas en la especulación otras en trabajos de investigación con exploración empírica, las interrelaciones entre lo digital y lo no digital, entre las dinámicas online y offline están lejos de haber sido superadas. De allí que autores como Boullier trabajen en la perspectiva de reformular profundamente la manera de aproximar estas cuestiones por lo que propone una contribución frente a lo que serían las ciencias sociales de tercera generación, que afronte la radical novedad de las configuraciones socio-técnicas y que intente comprender cuál puede ser el lugar de las ciencias sociales en la producción de nuevas convenciones para explotar la nueva materia prima digital (Boullier, 2014). El juego de la visibilidad y de la invisibilidad se vuelve a barajar. La acción en la web visibiliza la acción en las calles y esta a su vez se traslada a la red para ampliar la movilización en las calles. Las disputas por la visibilidad y el poder se redefinen en un escenario socio-político y mediático en mutación. La acentuación de los procesos de digitalización de la vida social y política complejiza los órdenes de realidad y las disputas por la visibilidad y la invisibilidad que transforman las prácticas políticas y producen una politicidad emergente, generándose con ello, entre otras, nuevos desafíos conceptuales y metodológicos, que demandan la profundización de lecturas comparativas y transnacionales. Conviene mantener una alerta encendida para avanzar hacia la construcción de referentes analíticos e interpretativos que reconozcan la diversidad de actores y la heterogeneidad de prácticas implicadas en estos procesos de reconfiguración de las realidades online y offline, sin perder de vista su carácter contextual.

Cabe igualmente preguntarse por el rol de los actores de la invisibilidad. Puede decirse que los mass media producen invisibilidades que corresponden a aquello que no muestran, esta invisibilidad es la contracara de la visibilidad que construyen según formatos, criterios y dinámicas de selección de lo que “es noticia”. Los actores que se movilizan producen invisibilidades: la potencia de la capacidad de movilización online no es visible a priori, las plataformas digitales como Facebook también producen formas concretas de visibilidad e invisibilidad: es visible el número de likers pero no el número total de aquellas personas que salen a las calles o que están dispuestas a hacerlo. Pese a ello, se aprecian indicadores de simpatía (likes), de opinión (comentarios) y de difusión (shares), que son un insumo para aprehender lo que conllevan y expresan.

La red como cronotopo, en consecuencia, no es una fuente de respuestas pero si un modo de interrogar la cohabitación de realidades espacio-temporales de la acción y la movilización en red en la actual era digital.

 

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NOTAS

1 Las cinco grande organizaciones nacionales: Federación de Estudiantes Universitarios –FEU-, Organización Colombiana de Estudiantes –OCE-, Federación Universitaria Nacional -FUN-, Proceso nacional Identidad Estudiantil, Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios –ACEU-, además de una multiplicidad de colectivos de estudiantes y la adhesión de jóvenes no afiliados a ninguna estructura organizativa partidista ni estudiantil.

2 http://www.senado.gov.co/images/stories/pdfs/retiroreformaley30.pdf. Consultado el 07-12-2014.

3 Los más activos online fueron identificados a través de la aplicación Netvizz que permitió ver los perfiles con mayor número de “me gusta”, de comentarios y de veces compartido en las páginas de Facebook de los movimientos. Los más activos offline fueron identificados por ser voceros o activistas reconocidos por los movimientos.

4 La referencia a los medios de comunicación internacionales denota un campo disímil que ha de ser precisado. Nos referimos aquí a un campo desigual donde existen hegemonías mediáticas, y a su vez, visibilidades e invisibilizaciones.

5 Una ampliación al respecto puede consultarse en el trabajo de Pierre Mercklé (2011).

6 http://www.ipea.gov.br/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=15607. Consultado el 07-12-2014.

7 “Eram pessoas de tudo quanto era lugar. Tinha professor, estudantes, de outros estados, outros paises (que faziamos LiveStream), trabalhadores, indignados e ativistas. Tinha Punks, Anarquistas, pessoas de ruas, adultos e crianças, pessoal do Passe Livre, das biscicletas, alguns do movimento dos Sem Teto” (Joven activista entrevistado – Ocupa Sampa).

8 El movimiento fue iniciado y liderado por estudiantes de universidades públicas. Posteriormente se sumaron amplios sectores de las universidades privadas, profesores, trabajadores y progresivamente el movimiento ganó la simpatía y respaldo de padres y madres, de artistas reconocidos, y de gran parte de la ciudadanía.

9 “Um ano antes do Ocupa Sampa, eu entrei em um coletivo chamado manifestação.org, que teve seu auge e seu fim no Ocupa Sampa. Nesse coletivo, a gente percebeu que muitos movimentos sociais falhavam na comunicação, então agregávamos jornalistas, designers, enfim, a gente fez esse coletivo para ajudar todos os movimentos sociais e estabelecer uma ligação entre eles. Quando chegou o chamado da Espanha, via facebook, as primeiras pessoas a chamar as reuniões, na verdade, foi o pessoal dos centros acadêmicos da USP. Esse pessoal da USP chegou nas reuniões com uma perspectiva partidária, também tinham alguns coletivos como o meu, punk e um pessoal do MPL (Movimento Passe Livre). A reunião foi no MASP (Museo de Arte de São Paulo), com aproximadamente 50 pessoas. Nesta primeira reunião, já foi decidida a questão dos partidos. Não queríamos partidos políticos e deixamos isso bem claro já na primeira reunião” (Entrevista a joven activista de Ocupa Sampa).

10 “Desde la Mane logramos contactar a organizaciones estudiantiles en Brasil, Chile, Ecuador y Argentina y México sobre todo, en México. (…) Teniendo presente la situación en Brasil y en Argentina, la unión de la Fech y la Mane para esta convocatoria fue lo que le dio el salto, eso fue lo que la movió tanto y ahí si por supuesto las redes sociales, eso se movió muchísimo por redes sociales, la jornada continental. Al final para nosotros fue un éxito, nosotros no esperábamos que fueran a marchar o que hubiera expresiones de movilización en Canadá, en Estados Unidos, en España, en Puerto Rico y aparecieron un montón de cosas que no esperábamos” (Entrevista a joven vocero de Mane).

11 “Yo en lo particular me reuní con los muchachos del movimiento estudiantil de España” (Joven vocero entrevistado – Mane).

12 “Me han invitado a dar charlas sobre lo que pasa en Colombia y tal a organizaciones sociales y en reuniones políticas” (Joven vocero entrevistado – Mane).

13 Al respecto, Leca (2001, pp. 221) pone en cuestión la « verdad objetiva de lo real » por lo que según él no debemos y no podemos hacer más que proceder a formular tentativas de « puesta en orden » sin tener el poder ni el deber de constatar que lo real está en orden. Es con este carácter de relativización de lo real que se inscribe nuestra propia tentativa de « puesta en orden » de las realidades en línea y fuera de línea en tanto manifestaciones intermedias entre « los hechos » y « las herramientas » para aproximarlas. 

14 Como señala Feixa (2014, 325): “Mientras la Generación @ experimentó la globalización del espacio mental y social de los jóvenes, la Generación # está experimentando el repliegue hacia espacios más cercanos y personalizados (…). No se trata de una vuelta a los espacios ‘cara a cara’ tradicionales sino de una reconstitución de los espacios sociales en forma híbrida, uniendo lo local y lo global, en forma glocalizada (Beck y Beck-Gernsheim 2004)”.

15 Cardon y Granjon (2010, 81, 82) mencionan el neologismo telemática en referencia al informe Nora-Minc (1978), señalando como la información vertical no es bien recibida por ser resentida como la prolongación de un poder y como una manipulación. Esta idea está en la base de lo que los autores denominan la entrada del médiactivisme en la era de internet.

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