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Observatorio (OBS*)

versão On-line ISSN 1646-5954

OBS* vol.11 no.1 Lisboa mar. 2017

 

La memoria histórica de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas desde el documental televisivo de divulgación histórica: acercamiento crítico.

 

Arley Enrique Morrell*; Yankiel Sarduy Melendres**

* Asistente editorial, Departamento de Estudios de la Comunicación Social, Universidad de Guadalajara, México, (arleyenrike@gmail.com) / Profesor Asociado B, Academia de Comunicación, Universidad del Valle de Atemajac, México.

** Estudiante Maestría en Comunicación, Departamento de Estudios de la Comunicación Social, Universidad de Guadalajara, México, (yankosarduy@gmail.com)

 

RESUMEN

El presente texto es una reflexión crítica del estudio: La memoria histórica de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas desde el documental televisivo de divulgación histórica, realizada entre enero de 2012 y junio de 2013 como ejercicio de grado de dos estudiantes de periodismo de ese centro de educación superior cubano. La investigación sistematizó la historia de la casa de altos estudios al caracterizar tres etapas de desarrollo coincidentes con cambios radicales en el país y su sistema educativo. Esa memoria audiovisual construida en un contexto conmemorativo, catalizó el ejercicio de memoria y su institucionalización como historia oficial del centro educativo. Las siguientes reflexiones en torno al estudio empírico realizado, aborda sus marcos teórico y metodológico, las limitaciones y aportes del ejercicio de realización fílmica y la relación del proceso con la construcción del pasado mediáticamente, revelando que la carga significativa del sentido histórico tuvo lugar en el diálogo entre la verdad histórica y la identidad, cognición y emoción, situado una dimensión social (educación) donde sus actores (educandos-educadores) se autentifican en la rememoración de una experiencia de formación compartida (estudiar en la universidad).

Palabras claves: Historia, memoria histórica, documental televisivo, educación superior, Cuba.

 

ABSTRACT

This reflection criticize the research: Universidad Central Marta Abreu de Las Villas´s historical memory from historical diffusion´s Television documentary, developed from January 2012 to June 2013 as college thesis of two Journalism students from that Cuban university. The study systematize the history of the University to characterizes three developing stages coincident with radicals changes on politics and educational system of Cuba (Authentic Governments y Fulgencio Batista dictatorship, 1940-1959; Cuban Revolution Triumph at 1959 and beginning of Economic Crisis in 1991). Such stages was exposed in documentary trilogy of independent filmmaking. That visual memory construed in the University 60 Anniversary context, catalyze the memory work and its institutionalization as official history of that educational center. Nevertheless, the approach faces format and aesthetics limitations of a television product, at least separated from political agendas; but however restring interpretative options in the process of building a historical relate, even though increase the significance of the historical sense on the dialogue between the historical truth and the identity, cognition and emotion, located in a social dimension (education) where his actor (students-professors) self-identify at a share formation experience´s remembrance (study at the university).

Keywords: History, historical memory, TV documentary, higher education, Cuba.

 

Introducción

Toda aproximación a la realidad desde las ciencias sociales implica modificarla, construirla. Según Jeffrey Alexander (1992) las teorías estructuran la realidad que estudian los científicos. Por su parte Bourdieu (Bourdieu, Chamboredon y Passeron, 1971) alerta a los sociólogos, extensivo al resto de la comunidad académica, sobre tal distinción en la construcción del hecho a investigar y las relaciones con las tradiciones teóricas que delimitan corrientes, paradigmas, escuelas y disciplinas.

Ser conscientes de las propias invasiones y subjetividades en el intersticio de hacer ciencia, es entender tal trabajo como parte de la re-producción de lo social y por tanto sujeto a las normatividades e institucionalidades que las propias ciencias sociales estudian y las abstracciones que enmarcan su ejercicio.

Una investigación empírica, por demás histórica, no queda al margen, y generalmente tales señaléticas no abundan en la enseñanza de pregrado, al menos en el sistema de educación superior de Cuba. Egresado de ese entorno, se pretende revisitar una investigación realizada como ejercicio de grado de la carrera de periodismo en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV).

Empleando a posteriori la vigilancia epistemológica propuesta por Bourdieu (Bourdieu et al, 1971), recuperando los presupuestos indiciales de Ginzburg (1999, 2008) y apostando por la función transformadora de la ciencia social, se reflexiona sobre el ejercicio de investigación conducente al rescate de la memoria histórica de una universidad a través de documentales.

La finalidad es comprender un proceso investigativo donde el diálogo entre lo empírico y teórico, entre historia y memoria, fluyó en un paralelismo convergente con resultados que desbordaron el ejercicio académico para modificar la historia oficial de la Universidad Central “Marta Abreu de Las Villas”.

La producción de todo conocimiento está condicionada históricamente (Kuhn, 1971), y ello incluye las comunidades académicas y sociedades donde y hacia quienes se genera ese conocimiento. Para analizar el campo de la comunicación, Raúl Fuentes Navarro (Fuentes y Vidales, 2011) establece tres dimensiones: cognoscitiva, institucional y sociocultural. Desde estas dimensiones se aborda la investigación objeto de las siguientes reflexiones.

 

Discusión

En el orden institucional, la Educación Superior en Cuba se rige por un único sistema y cada programa formativo responde a lineamientos del Ministerio de Educación Superior y la Universidad donde se imparte. La Licenciatura en Periodismo, establece sus normas según la regulación ministerial y una comisión de carrera responsable de elaborar, modificar y evaluar los planes de estudios.

El programa se inicia en la UCLV en septiembre de 2006, concebido para cinco años de formación, con una permanente vinculación práctica al incluir al final de cada semestre un mes de prácticas profesionales. La inexistencia de antecedentes comunicológicos en la universidad, lleva a incluir al departamento de Periodismo en la Facultad de Humanidades, regida por la Licenciaturas en Letras, en tanto carrera fundadora. Además la cuestión espacial, que coloca en un mismo edificio del campus a las Facultades de Psicología y Ciencias Sociales.

Dicha relación pauta los abrevaderos en la conformación del claustro. La fortaleza del tronco común humanista brindadas por el departamento de Letras, así como histórico y filosófico del departamento de Historia y Marxismo, enriquecen las materias de tronco común. Mientras las especializantes y propias del campo, se establecen con profesionales de la prensa de la ciudad de Santa Clara y jóvenes egresados de la capital del país.

La juventud del programa, la composición de su claustro y adscripción institucional, marcan el proceso formativo. Como parte del mismo, el ejercicio final de graduación de los estudiantes debe ser una tesis, lo cual demandó crear espacios para la investigación con escasez de bibliografía y de docentes-investigadores avezados en el campo de la comunicación.

De tal modo, los trabajos de investigación más comunes se relacionan con historia de la prensa, análisis de contenido y del discurso, rutinas productivas y un peculiar modelo asumido como investigación, pero cuyo resultado es un producto comunicativo (serie de reportajes, entrevistas, documentales).

La investigación aquí referida se adscribiría en esta tipología denominada por el claustro como investigación o tesis para la producción. Una clasificación híbrida que buscaba el sustento teórico y metodológico lo más exhaustivo posible de un ejercicio práctico de la profesión abocado a un fenómeno social.

 

La idea, el problema y el proyecto. Ruta nada lineal

La dimensión institucional se relaciona intrínsecamente con la sociocultural. En el caso a abordar porque en el año 2012 la UCLV arribó a su aniversario 60. Durante todo ese año se promovió un movimiento conmemorativo abocado a mostrar el desarrollo, particularidades y tradiciones de la institución cubana declarada Monumento Nacional en el 2008.

Una campaña institucional que dirigió el recién creado Vicerrectorado de Extensión y Comunicación y prioritaria para el Consejo Universitario con nuevo rector electo en mayo de 2012. Estos factores conmemorativos y nuevas directivas institucionales, junto a la colaboración sostenida de los dos estudiantes de periodismo con el sistema de medios de la universidad y las actividades de extensión, facilitaron que un ejercicio de clase deviniera un proyecto de investigación para titulación apoyado por las autoridades universitarias, pues se proponía una síntesis de la historia del centro de educación superior mediante un documental.

El acercamiento práctico como realizadores topó con la carencia de financiamiento, lo cual devino en la elección de una realización independiente, casi artesanal en su infraestructura. Sin embargo, el mayor obstáculo resultó ser la ausencia de sistematizaciones sobre la institución educativa, a pesar de existir una sala y personal dedicado a preservar la memoria de la UCLV desde 1982.

En tal sitio se halló documentación mal preservada, carente de catalogación y verificación, así como amplios vacíos de información y conocimiento sobre la trayectoria del centro de educación superior. Para los realizadores, devino la misión de no exponer sino construir, es decir constituirse en historiadores, arqueólogos que mantuvieron la visión de que podía lograrse la construcción de una memoria histórica de la UCLV desde documentales televisivos, históricamente sustentada.

Dicho objeto presume los retos al pasar de una actividad práctica a una científica, y simultáneamente lidiar con las tensiones y demandas de la exposición mediante códigos audiovisuales y en formato audiovisual televisivo. La historia como temporalidad de la sociedad, siempre se ha concebido como ciencia social y humanista anclada en las fuentes documentales y su análisis expuesto en una narración objetiva de los hechos pasados, lo que ya fue, en formato escritural.

La búsqueda de las fuentes para los investigadores-realizadores supone entonces la permanente asunción de que la narración en construcción no es un escrito sino un producto audiovisual, con las posibilidades y limitaciones que implican los formatos y modos discursivos. Por ello, más que una historia pasado se pretendía recuperar acontecimientos y personas que dieran sentido y pertenencia en el presente a una comunidad universitaria. De manera inconsciente, los estudiantes incluían en su proceso centralmente a los destinatarios de esa recuperación del pasado, que asumieron hilvanar desde la categoría memoria histórica.

 

Historia o Periodismo. Marcos disciplinares y epistémicos

El curso del estudio y sus resultados estaban constreñidos por las demandas del formato televisivo y la orientación a priori de los mismos, pues lo que se hallase iba a ser expuesto ante la audiencia de la comunidad universitaria como público meta.

Pretensión elevada pues en Cuba la Historia, en tanto disciplina, se ha desarrollado en torno a la cuestión de lo nacional en confrontación con injerencias externas (Guerras contra el reino de España en el siglo XIX y diferendo con Estados Unidos en el XX), como macro narrativa a la cual responde la comunidad académica sustentada por y legitimadora del proyecto político de la Revolución de 1959. Una comunidad influenciada en gran medida por el marxismo y la concepción materialista de la historia como principal anclaje teórico.

Ello ha establecido una institucionalización de lo historiable y plausible de recordar, rememorar, alrededor de una historia política y del proceso catalizador de la Revolución, que instauró un Gobierno popular, centralizado, unipartidista y de pretendida vocación socialista, erigido en una abrupta asunción de la praxis marxista soviética.

Por tanto, asideros teóricos y prácticos resultaban casi nulos a la hora de afrontar el fenómeno desde la memoria y la correspondiente investigación. De otra parte, el paulatino acercamiento a las interrogantes propiamente históricas tensionaban las exigencias sintéticas, temporales, estéticas y de intencionalidad, propias de la realización televisiva y documental, sumado al desconocimiento de las esencias narrativas del relato histórico y un fenómeno también comunicativo.

La indagación teórica a la par del abordaje empírico en el campo, tanto a nivel de la búsqueda, selección e interpretación de las fuentes, como en el ámbito de la realización documental, involucró a los realizadores-investigadores no solo en la consecución de guiones y dirección, sino en la fotografía, el diseño sonoro, la producción y hasta la dramatización.

Si bien resultó una debilidad técnica palpable en faltas de quienes asumieron roles sin la correspondiente especialización, posibilitó unicidad dramática y de consecución del relato televisivo sujeto a la construcción de una narrativa, de la cual se fue tomando consciencia durante el proceso, imbricando las matrices históricas y comunicacionales.

Como marcos conceptuales y epistémicos, las propuestas de la historia oral, la microhistoria y la historia reciente; resultaron bases por donde iniciar la construcción de una memoria de la institución basada en testimonios y contrastada e interpretada no solo a partir de ellos, sino con cualquier otro documento que refiriese el hecho a narrar, pero insuficientes para alcanzar el fin social del estudio.

A favor de la investigación se asumieron postulados de historiadores como el estadounidense Robert Rosenstone (1995), que apoya la construcción de la historia mediante secuencias de imágenes, a través de la cinematografía. Como carencia, el débil acercamiento a los autores de procedencia anglosajona, alemana y francesa, pues se llegó a ellos mediante visitaciones de otros investigadores, fundamentalmente latinoamericanos y españoles, tanto por las dificultades técnicas de adquirir textos traducidos como incluso de acceder a versiones en inglés.

Particularmente valioso devino el trabajo de la española Sira Hernández Corchete (2007), con su acercamiento al documental de divulgación histórica, quien sin embargo no reconoce la necesidad de la historiografía para sustentar un documental de divulgación histórica, de un estudio minucioso para contribuir de forma fidedigna a la producción de conocimiento histórico (Morrell y Sarduy Melendres, 2013), y por ende ajena a discusiones norteamericanas que sí apuestan por ello como Rosenstone (1995) y White (1988).

La propuesta de Cristina Híjar sobre los usos de la memoria se recuperó a priori para un corpus que hilvanase “las apelaciones emocionales, la construcción de comunidad en el acto compartido de la recepción y la cohesión ideológica” (Morrell y Sarduy Melendres, 2013, p.24).

Tal idea resume la contradicción que esboza el objetivo del estudio y la categoría asumida: memoria histórica. Noción manifiesta de un debate en el espacio académico de los historiadores que ha desbordado dicho marco en cuanto al posicionamiento de los procesos mnémicos en la ciencia social desde una visión sociológica.

Por ello resultó imprescindible e insuficiente recurrir a la sociología de la memoria iniciada Maurice Halbwachs y uno de sus estudiosos y seguidores Gerard Námer (1998); tanto como las aproximaciones de historiadores como Pierre Nora (1998), Julio Aróstegui (2001; 2004) o el propio Robert Rosenstone (1995).

No ha bastado el primer paso dado por la escuela de las mentalidades, los cambios en la concepción de la historia social y la irrupción de la microhistoria, para romper el sesgo decimonónico de “la objetividad” de la Historia, del deslinde del logos, el ethos y el pathos; diseccionado por la institucionalización de las ciencias sociales y su re-producción en los submundos de la ciencia y la educación.

Si estos investigadores son exponentes de miradas a la Historia y lo historiable, también sostienen escisiones entre lo propiamente histórico y mnémico, o cuando más la supeditación de lo segundo como momento de la totalidad histórica.

Asunciones que emergieron durante el estudio en un entendimiento de la memoria histórica como:

la construcción de la experiencia de un sujeto en el presente, mediante un discurso objetivado por la contrastación de memorias vivas (individuales, colectivas y sociales) con lugares de memoria, fuentes escritas y audiovisuales, los cuales permiten comprender el pasado y la multiplicidad de relaciones existentes en un marco social específico (Morrell y Sarduy Melendres, 2013, p.13-14).

Un concepto operativo, de esencia descriptiva e integradora, donde la balanza se inclina hacia el presente, pero gracias a su carga de pasado en una medida condicionada por su materialidad y condicionante de la construcción narrativa, discursante y visual propuesta.

Memoria histórica que externaliza la defensa de corrientes posmodernas de la historiografía de una historia no general, nacional o política, sino sus opuestos, donde lo individual, local, minoritario, se visibiliza a partir de la construcción de su sentido en maneras y espacios alternativos, no oficiales, pero incompleta al no considerar los fines, usos y tensiones que los sujetos y herederos de los relatos hacen de ellos.

Mas, estos apologéticos procedentes en gran medida de España, y naciones con pasados recientes signados por traumas de dictaduras como Alemania y las naciones latinoamericanas con dictaduras en su historia contemporánea, carecen de rigurosidad al instrumentar el método histórico, la crítica de las fuentes, en lo visual y lo oral. Tales preocupaciones y diversidades son palpables a nivel metodológico en la investigación.

A nivel enunciativo, resulta una etimología conciliadora, pues memoria histórica expresa ese pacto donde la historia, engloba el boom de la memoria, por el cual debe redireccionar prácticas y objetos, pero sobre todo su método; lo cual implica buscar nuevos apoyos en otras disciplinas, auxilio en la semiótica, estudios de la imagen, la oratoria y locución por citar algunas, ante las nuevas fuentes a validar y objetos por aprehender.

 

Uso de fuentes del conocimiento histórico en un documental televisivo

La propuesta de métodos y técnicas para abordar los hechos históricos relativos a la UCLV llevó a establecer criterios de selección de las fuentes vivas, como eje principal para elaborar el relato. Ello a partir de las posibilidades que ofrece el testimonio para conectar con los públicos emotivamente a partir de sus experiencias, y los vívidos detalles que aportan datos no aprehensibles por otras fuentes del conocimiento.

La investigación buscaba periodizar el surgimiento y desarrollo de la institución. Por lo cual durante la investigación se delimitaron tres etapas de evolución del centro y cuatro dimensiones de análisis y organización de las fuentes: docencia, investigación, orden político y extensionismo. Cada etapa corresponde con un periodo de la historia nacional y la educación, lo cual se hizo coincidir con cada uno de los tres documentales que conforman la serie titulada: Orgullo y delirio por una Universidad1, a modo de paráfrasis de una frase de un testimoniante.

La primera etapa se aborda en el episodio Camino a la Universidad que transita desde los antecedentes de la institución desde el siglo XIX hasta la entrega del título Dr. Honoris Causa en Pedagogía a Ernesto Guevara en 1959. La segunda etapa Universidad para el pueblo, trata el periodo comprendido entre 1959 y 1990. Esta parte muestra el impacto de la creación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), el sindicato, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Partido Comunista de Cuba (PCC), así como la repercusión del programa de becas en la composición social de la UCLV. Figuran también procesos determinantes en la organización y papel de la Universidad como la Reforma Educativa de 1962, el movimiento de alumnos ayudantes, la vinculación a la producción, avances científicos-docentes y la colaboración internacional.

Sobre lo acaecido entre 1990 y 2012 versa la tercera parte, cuyo título da nombre a la trilogía Orgullo y delirio por una Universidad. Con una aproximación a los efectos de la caída del campo socialista comienza este material audiovisual, en el cual también refleja el desarrollo científico alcanzado en el centro de educativo, la universalización de la enseñanza y una caracterización actual de la UCLV. Además se realiza un recuento de los movimientos cultural y deportivo en la UCLV y se destacan los valores que hicieron al centro merecedor de la condición de Monumento Nacional, en 2009.

Los criterios de selección de los sujetos a entrevistar se basaron en su vínculo con la universidad como estudiante, trabajador y profesor, o ambos. Vínculo que no debía limitarse a una cifra o matrícula más, sino determinado por la participación activa en los procesos universitarios tantos administrativos, pedagógicos y académicos, como extensionistas y culturales.

De ello resultaron un total de 61 testimonios, contrastados entre sí y con seis entrevistas semiestructuradas a personalidades del ámbito de la educación, el patrimonio y la historia. Abordaje realizado asumiendo estos criterios de selección, y aprovechando el efecto de bola de nieve para el acercamiento a los sujetos. Elección hecha con la conciencia de los olvidos que podría provocar, por lo cual cada testimoniante, cada historia de vida, y hecho fue sujeto a contrastaciones múltiples, entre sus relatos, y con documentos escritos y visuales, para lograr una verdad no solo lo más objetiva posible, sino lo más sentida posible.

Las entrevistas se emplearon para mostrar criterios de especialistas y voces legitimadas respecto al acervo de la Sala de Historia de la UCLV, con su responsable, además egresada de la UCLV. También con el Ministro de Educación Superior entre 1976 y 2005, para conocer y contrastar datos referidos a los avances, cambios e impacto de la institución en ese periodo.

Con una función de confirmación testimonial se entrevistó al médico de la columna comandada por el Che, actualmente investigador en el Centro de Estudios Ernesto Guevara, sobre la presencia del mismo en la universidad. De igual forma se logró un diálogo con la esposa del Che, a su vez egresada de la UCLV, que no permitió ser grabado, pero cuyos datos enunciados reafirmaron hipótesis y modificaron otras respecto al rol de la universidad en la Batalla de Santa Clara de 1958, y la posterior relación del Che con la institución.

Con los testimoniantes se buscó a sujetos claves en los diversos procesos y acontecimientos de la universidad. Se entrevistaron a todos los exrectores vivos, y además a estudiantes que fueron líderes estudiantiles, fundadores de organizaciones y posteriormente docentes, directores y decanos en la universidad.

La dimensión social se incluyó con aquellos estudiantes, trabajadores y docentes que impulsaron los movimientos sindicales, culturales y deportivos en la universidad, y que lograron proyección nacional en el mundo del arte y la cultura. La composición de género quedó establecida por 41 hombres y 20 mujeres.

Nunca fue intencional, pero sí evidencia del protagonismo masculino en los procesos educativos superiores y de la Revolución Cubana, sobre todo en sus primeras tres décadas. Como dato significativo se puede indicar que la UCLV nunca ha tenido una mujer como rectora.

Otro criterio relevante fue la representatividad de los sujetos respecto a su vivencia generacional, estudiantil, docente y política. De igual forma la peculiaridad de algunos testimonios que completaban o contradecían hechos y procesos referidos a la institución y su impacto en los cambios educacionales, políticos y culturales del país, principalmente entre los años 1959 y 1964, periodo de transformación social de la universidad y radicalización de la Revolución Cubana.

Tampoco se quiso pasar por alto una representación de las generaciones más jóvenes de docentes y estudiantes, pues se pretendía la recuperación del pasado, pero conscientes de que ese presente también es parte de la historia de la institución y debía plasmarse.

Entre los testimoniantes claves se amerita indicar a cuatro estudiantes fundadores, devenidos docentes y profesores de mérito de la UCLV todos procedentes de la Escuela de Pedagogía, con décadas de labor y vida en la ciudad universitaria, cuyos relatos de los primeros años motivaron la búsqueda de documentos y datos que llenasen determinados vacíos históricos en los textos existentes y en el propio imaginario de las fuentes vivas. Sobre esta etapa devino central también el aporte de la profesora Carmen Navarrete, hija de uno de los fundadores de la Universidad, y cuyos archivos personales cedió para la investigación.

De manera similar, el acercamiento a una pareja, Avertano Hernández y Carmen Cordero, posibilitó el acercamiento a la generación de estudiantes que en los sesenta ilustraría el cambio dado con la Revolución y engrosaría el claustro. Ello posibilitó acceder a decenas de personas y objetos y documentos de sus archivos personales centenares de otros documentos, que fueron contrastados con los libros de las actas del Consejo Universitario, las fotografías y sueltos dispersos en la sala de historia y el archivo de la institución, sin ningún orden, catalogación, y en ocasiones los mínimos requerimientos de preservación.

A este cúmulo de materiales se le agregó una exhaustiva revisión de los archivos históricos de tres ciudades de la región central: Santa Clara, la capital; Remedios y Cienfuegos; la Biblioteca Provincial de Santa Clara y la de la propia UCLV. También se hallaron materiales en la biblioteca de Cienfuegos, los archivos de Casa de las Américas, la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, y fílmicos del Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) y el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).

Se realizó una amplia revisión y análisis de la prensa local, diez publicaciones, de la propia universidad, seis, y de la revista Bohemia de carácter nacional. La prensa local y las publicaciones estudiantiles fueron las más útiles, junto a algunos textos de la revista Bohemia para reafirmar y detallar lo indicado en actas y acotar espacio temporalmente los hechos relatados por los testimoniantes.

En el caso de los materiales fílmicos, el más antiguo hallado correspondía a un reportaje realizado en 1964 como parte de un Noticiero ICAIC, no obstante se encontraron referencias en actas, cartas y prensa, a filmaciones de acontecimientos desde 1958, pero dichos materiales no fueron hallados.

En audio se hallaron cinco fuentes: un audio de un grupo musical de trabajadores de la UCLV, una revista radial por el 40 aniversario de la radio universitaria, el testimonio de un trabajador sobre visitas del Che, y dos discursos: uno del propio Ernesto Guevara en la inauguración del curso escolar 1962-1963 y de Antonio Núñez Jiménez al recibir el título de Profesor de Mérito de la UCLV en 1982.

Las palabras del Che contrastadas con la transcripción de su discurso de 1959, permitían evaluar las consideraciones sobre los cambios en la institución en tan pocos años y la influencia del proceso revolucionario. Llevando a problematizar las luchas internas docentes y estudiantiles, que reflejaban las propias transformaciones del país y la concepción de la educación.

Cambios internos que tanto documentos como testimonios demuestran fueron protagonizados por los estudiantes, y que en los relatos se confirmaban mediante actas oficiales y notas de prensa con indicios de la existencia de una lucha de clases al interior de la institución.

En videos, aparte del reportaje mencionado, se hallaron materiales periodísticos de carácter descriptivo de la televisión local y nacional, cuatro de esos materiales son grabaciones de momentos conmemorativos en el 2012, en los cuales se involucraron los investigadores y forman parte de las fuentes.

El recurso más importante para el proceso de realización audiovisual y como contraste de fuentes en la investigación fueron las más de mil fotografías recuperadas de archivos, prensa y los propios testimoniantes. Junto a la función de representación visual de los acontecimientos, las imágenes fueron sometidas a procesos de catalogación con los testimoniantes, identificando fechas, lugares, sujetos y escenarios fotografiados.

Muy importante el que las fuentes fotográficas propiciaban el acto de recordar en los testimoniantes, con mayor fuerza que le diálogo entre supervivientes o coetáneos y la presencia en los espacios físicos o conmemoraciones.

El volumen de información recopilado y de acontecimientos a narrar superaban inmensamente los 27 minutos concebidos para cada documental. A su el proceso de investigación y filmación, se enfrentaba a un núcleo académico desbordado en su acervo epistémico e institucional por el estudio que superaba la plasmación de una historia en la pantalla para lograr una reconstrucción de la misma, retando discursos oficiales y develando tensiones históricas pre y posrevolucionarios no develadas, así como la concepción de un ejercicio académico y desde donde objetivarlo “científicamente”.

 

Documental instrumento o producto. Tensiones entre formatos y fines

Una carencia del estudio fue la discusión historiográfica a partir de la crítica a las distintas fuentes, fundamentalmente las escritas y visuales (fotografías), que hubiera permitido ilustrar las incongruencias de cartas, actas y hasta informes oficiales ante varios hechos, pero también su utilidad para posicionar en tiempo y espacio los distintos conflictos que la riqueza de los testimonios contrastados, la experiencia no escrita, re-dimensionaba y en ocasiones contradecía los significados, proveyendo otro sentido a los acontecimientos.

El permanente vínculo de lo local, con lo regional, lo nacional y hasta lo internacional; no solo expandió la comprensión de lo interpretado, sino que elaboró una generalidad de la educación superior cubana, de la nación en los últimos sesenta años; lo cual ofrece una reflexión de lo macro sobre la significación desde lo micro.

Intencionalidad que la trilogía expone a partir de los testimoniantes, pero sobre todo en el superobjetivo de los documentales de apelar a través de las experiencias compartidas de sujetos de distintas generaciones, para exponer una pertenencia, una identidad, que se hace común, no solo en esas vivencias, sino en las emociones que suscitan durante el acto/trabajo de memoria como selección de recuerdo y olvido compartidos (Ricoeur, 2003).

Superobjetivo implícito en la trilogía, que los recursos audiovisuales captan y presentan en planos detalle de rostro y manos, en los tonos logrados cuando el narrador hila acontecimientos o sintetiza procesos donde existía consenso entre las fuentes. Una intención manifiesta en la secuencia final donde se simultanean los créditos con una selección en recorte sobre negro de varias fuentes vivas de distintas generaciones, en la que expresan emotivamente, incluso con lágrimas: qué significa la universidad para ellos.

A pesar de ello la riqueza que provee la trilogía en cuanto lo cognoscitivo, no llegó a ser captada en los resultados y las conclusiones presentes en el informe escrito del estudio, sesgadas por cuestiones de estructura y concepciones, en este caso de la comunidad académica evaluadora del ejercicio de investigación, que mantuvo el imperativo profesionalizante por encima de la discusión historiográfica y comunicológica que desbordaba marcos institucionales y disciplinares.

La elección del género documental pareciera obvia respecto a otros modos de presentar los relatos sobre el pasado, una síntesis atractiva pero argumentada, persuasiva en su intención de veracidad amalgamada con apelaciones emotivas. Estas modalidades del documental (Renov, 1993), junto a las posibilidades de inserción en la opinión pública, especialmente a grandes audiencias mediante la televisión, resaltan el valor enunciativo y de divulgación del pasado en la serie.

No obstante, más allá del evidente éxito de formato y recepción del audiovisual ante un texto escrito o un monumento, esta serie documental deviene en una narrativa del pasado que recupera fuentes de la historia como disciplina científica y criterios de argumentación para solidificar su veracidad, sin renunciar a las emociones y valores estéticos como matriz que busca cohesionar colectividades y lograr pertenencia al hacer sentido sobre el pasado.

Este propósito hace del documental en tanto ejercicio de memoria, y de los procesos mnémicos en lo social un proceso comunicativo, no por la palpable inserción en el entorno mediático, sino por constituirse en ente significante, en un proceso de producción de sentidos sociales en el presente, que aunque asienten sus asideros en el pasado, como temporalidad social, precisan siempre ser recuperados en los imperativos de una sociedad no concebible en sus estructuraciones sin un anclaje anterior.

 

Conclusiones

El proceso investigativo ofreció aportes en los terrenos práctico y teórico. Por un lado apoyó a promover un ejercicio de recuperación de la memoria y la historia institucional más allá del marco conmemorativo. El ejercicio de investigación no solo devino en la sistematización más completa y actualizada realizada sobre esa institución de educación superior cubana, sino que desencadenó procesos de identificación, discusiones y búsquedas, pautados por el protagonismo de los propios miembros de la comunidad universitaria.

Comunidad, que no se está limitada por el espacio territorial del campus, el marco temporal, o de la presencialidad, sino por la voluntad de retorno y pertenencia de los sujetos que la recuerdan, sosteniendo un imaginario que se materializa en las decenas de fuentes que brindaron sus voces y archivos personales para acceder a los datos, y los complejos asideros que ofrece la memoria para cohesionar sujetos y estructuras en un campo simbólico y espacial. Ello reafirma la hipótesis de la centralidad del espacio formativo y vivencial de la UCLV como amalgamador de una pertenencia a partir de la experiencia de formación compartida.

Fue una investigación parte aguas para los estudios históricos en una institución donde la  carrera de Historia no existe a nivel de pregrado pero sí con un núcleo profesoral consagrado y espacios de fórums y talleres  dedicados a la historia nacional y local, donde ahora también se inserta lo institucional; apuesta que inserta la perspectiva cultural y la microhistoria dentro del espectro académico cubano. Además lo problematiza al disponerse al diálogo con la memoria, el uso variado de las fuentes del conocimiento histórico, en particular la oralidad, lo cual implicaría posteriores reflexiones antropológicas.

A destacar también el intento de relacionar lo local con lo nacional, perceptible en la constante contextualización de lo ocurrido en la universidad con el marco nacional e incluso internacional, en particular el informe escrito recoge un capítulo contextual sucinto pero álgido en los cuestionamientos al desarrollo de la educación superior en Cuba, pero cuyos visos más completos yacen en los audiovisuales.

Si bien la estructura teórica presenta ausencias del estado de la cuestión de la memoria y la historia, se intenta ver la primera no solo como fuente y objeto del conocimiento histórico sino como objeto de conocimiento, reconociendo la necesidad de lo emocional como parte de la racionalidad humana, y por tanto de su pertenencia y verdad, siempre situada sociohistóricamente.

Ello presupone e ilustra como el investigar, queda enrolado en institucionalidades, prácticas y legitimaciones que pueden arrastrarse desde los procesos de juicio hasta los paradigmas y hábitos que generan, pautados como actos sociales de sujetos situados y condicionados en un espacio social específico. Pero a su vez, la oportunidad de indicar otros rumbos situados en espacios interdisciplinares.

Otra aportación relevante, radica en la evidencia que hace el estudio de las contradicciones entre las dimensiones institucionales, académicas y socioculturales en la investigación, que no deja de ser una práctica condicionada, y que demanda grados de reflexividad, negociaciones y ajustes que redireccionan los fines del estudio.

Igualmente aportadora es la tension entre las concepciones que bifurcan el empleo del género documental como una herramienta para hacer sentido sobre el pasado, o sea, un soporte de enunciación de una narrativa histórica con las ventajas que los recursos mediáticos ofrecen para impactar a la opinión pública, frente a la noción de concebirlo como un objeto colectivo, grupal y/o individual con la sufieciente carga significativa y problematización para erigirse como relato y sentido de los mundos sociales pasados y presentes que interpela.

Esta inserción en el campo de la comunicación, muestra la centralidad de lo comunicacional en sus perspectivas interaccionistas simbólicas y de producción de sentido, que en el estudio se refirió al sentido histórico y los usos del conocimiento social producido, revelando las posibilidades de la reflexión comunicológica para otras disciplinas y objetos de conocimiento.

Conocimiento y saber que obtiene su validez, eficacia y objetividad en el uso que las colectividades hacen de él, no solo las académicas, lo cual lleva a la pertinencia social de toda actividad investigativa. Ningún relato histórico, ninguna narrativa puede excusar aquello que le es propio como condición para la formación de sentido de los sujetos. He allí el intento, de la historia en audiovisuales, cuya verdadera carga sensorial le es inherente a la memoria, y los grupos que la configuran, reciben y asumen en sus configuraciones culturales y de pertenencia, para el ser en sociedad.

 

Referencias bibliograficas

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NOTAS

1 La serie puede visualizarse en: https://www.youtube.com/playlist?list=PL_04X24mHPWTKUojs5K7yiIfXn9g9s6nw

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