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Revista :Estúdio

versão impressa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.3 no.5 Lisboa jun. 2012

 

OBSERVAR

Cadencia de presagios cristalinos. Los módulos ideales de Antònia Vilà

The ideal module of Antonio Vilà

 

Eugènia Agustí Camí*

*Espanha, artista visual e professora no Departament de Pintura, Facultat de Belles Arts, Universitat de Barcelona. Doctora en Belles Arts.

Endereço para correspondência

 

 

RESUMEN
Antònia Vilà nos presenta la abstracción desde una particular visión: la formada por la concatenación de sus series de planchas y estampas, y por los pliegues de sus libros, siendo el tiempo el factor que dirige las pausas del ritmo serial de su obra.

Palabras clave: Antònia Vilà, abstracción, serie, geometría, grabado.

 

 

ABSTRACT
Antonio Vilà presents us abstraction from a peculiar scope: a view of the gathering of his prints and his books, while time is the factor that runs the pause of the serial rythm of his work.

Keywords: Antònia Vilà, abstraction, series, geometry, printmaking.

 

 

Cadencia de presagios

Antònia Vilà relata en el contexto de su exposición Sidera (2011), cómo durante la nevada que tuvo lugar en la isla de Sakhalin (Rusia) en 2006, sus habitantes percibieron primero la nieve en tonalidad amarilla y en segunda instancia en color rojo. Esta noticia marcó una inflexión que refiere "conmovió por sorpresa su relación abstracta con la nieve". Fue entonces cuando sus modelos de estrellas de nieve se tiñeron de rojo como una invocación a la arena de Mongolia que desplazada llegaba a tintar la nieve en Berlín. El largo viaje del color transportado a través de copos enormes se inscribe en un rito que se desliza en material físico a través del aguafuerte y sus profundas incisiones en el hierro.

La impronta del grabado es para la artista un lenguaje donde la relación escritura e imagen registra la emoción, la acción y el pensamiento. Disconforme a la regularidad de la geometría, la cadencia de su imaginario se decanta por alternativas que se tornan bellamente obsesivas por su procedencia inestable, la del metal. Este es el medio elegido para desarrollar su obra.

Sucede que al abandonar el metal para devenir papel, la geometría deja de ser evidente para quienes tradicionalmente la formulan en términos matemáticos, a cambio, se transfigura para los contemplativos. Acontece a quién manipula los tipos movibles para dar forma a una frase sin haber leído el contenido del texto: la conciencia de corporeidad del módulo repetible precede a captar el sentido de la imagen.

Pienso en Antònia Vilà tapizando el infinito para hacerlo accesible y cedernos así su intuición sobre la geometría, en forma de pequeños espacios cuál entregas remitidas, ya sean páginas de libro, estampas o láminas de metal grabado. De este modo se nos aparecen las alusiones a la nieve y la ilusión de su cristalización. Alusiones a la geometría e ilusión por cristalizar la abstracción. Murales sobre el cielo y bóvedas celestes constituidos desde la peculiar faceta del módulo, que amplia y extiende las perspectivas de la imagen. La misma que define y mantiene su unicidad, porque sus grabados son como el color y los colores, unidad y despliegue, y toman sentido con la casuística de esta configuración: el presente siempre deviene de un precedente donde ambos participan acordes.

"Cristalografiar" no existe como verbo pero toma sentido en su manera de hacer, clara y precisa. El tiempo, decisivo en la captura de la nieve, determina también los intervalos en que esta se hace visible. Desde este medio frágil e intangible, Antònia Vilà nos introduce en la abstracción desde una sedimentación particular: la formada por la encadenación de sus series de planchas y estampas, y concatenadamente por los pliegues de sus libros, siendo el tiempo el enlace en la distribución proporcionada y, el acento que dirige las pausas del ritmo serial de su obra (Figura 1 y Figura 2).

 

 

 

Extraer nieve del hierro es ganar terreno, es la contundencia que contradice también la fragilidad del tiempo.

 

Copos de nieve ideales

La actividad plástica entorno a la nieve centra su obra en la última década. Sobre la impresión de pureza que nos produce la nieve a los mediterráneos, quienes manifestamos atracción porque nos despierta con su fresco hálito exótico, compartimos estímulos. Exótico por su asociación a país lejano, exótico a la vez por su condición abstracta, por la rareza que nos produce como elemento que se origina en el agua, se desprende de las nubes en invisibles cristales y se compacta durante su caída en suspensión hasta llegar al suelo en forma de copos blancos.

La condensación del agua en hielo que cristaliza en simétricos motivos, ilimitadamente variados, aúna una síntesis fí?sica, matema?tica y qui?mica. Las formas de los cristales de nieve se deben a sus procesos de crecimiento. El polígono de seis ángulos y seis lados participa de su idealidad y toma nuevas formas en Sidera al circunscribirse al nuevo universo estelar deudor de Archivo de Nieve (2006, Figura 3), Nevada (2006, Figura 2), o País de nieve (2003). Existen copos de tres y doce puntas, pero no en cambio, de cinco u ocho. Siempre evolucionan formando figuras hexagonales, su heteromorfismo es infinito, cada cristal es u?nico pero la simetri?a de todos ellos es la misma. Frágiles y efímeros perduran al ser grabados en metal, y contrariamente a ser una reproducción del mundo exterior se codifican como una modelización del mundo interior, y gracias al color Vilà hace que dominen el espacio.

 

 

 

Eslabones como páginas de libro. La construcción secreta

Si en Sidera despliega sus grabados en las paredes evolucionando en muro de papel, el trancurso a ese nuevo espacio pasa por la distancia entre los contextos de su creación. Se originan en el ideario, cristalizan al amparo de la geometría y se hacen realidad en instalaciones, grabados y libros. Hacer grabado y Hacer nevar confluyen en el tercer estadio, el libro, que contiene simbólicamente todos los anteriores (Figura 4).

 

 

Verter contenido en las páginas de un libro es encadenar eslabones, letras, palabras, sentido, acciones. En mayúsculas y minúsculas, en versalitas o en negrita, abriendo paso desde los signos de puntuación y el orden de los elementos para vencer precisamente con el uso, a la ortografía. Ese pulso con el formato libro interesa a Antònia Vilà por ser en sí mismo un instrumento transmisor de información, porque la información que nos comunica es externa al propio objeto y, en última instancia, porque este formato manifiesta un contenido diferente al propio libro. La opción de expresarse en el interior de este volumen y no hacerlo específicamente con la palabra, da origen a un medio abierto y extenso, como el devenir formativo de los propios cristales de nieve.

A través de pasos modulares los elementos discursivos de la artista basados en entidades discretas y bellamente simples, van siendo la justa medida que se repite en una construcción arquitectónica. Construir de manera secreta como sucede en la generación de los níveos cristales que crecen en similitud y exactitud desde la prístina geometría, es construir la abstracción explicándola de manera natural, "la nieve va poniendo de relieve una realidad abstracta que atañe a espacio y tiempo, dos valores esenciales en la construcción de la obra y su proceso" (Antònia Vilà, comunicación personal).

¿Cómo un libro puede compilar un contenido esférico? El gesto que describe el acto de pasar páginas sucesivamente a medida que avanzamos en nuestra lectura define un arco imaginario. Una geometría se inscribe discretamente en el reservado espacio del bloque de papel unido por el lomo: trescientas, doscientas, cien , cincuenta hojas actúan como eslabones que transportan en cada gesto líneas de texto, dibujos, fotografías. Ese movimiento consecutivo de derecha a izquierda es la clave para el enlace de las sucesivas acciones que contiene el libro como volumen. Es la ínfima alteración que nos transmiten sus construcciones cuando alzamos la vista para fijarnos atentamente en la palabra reservada: sea "bóveda", sea "cúpula", sea "cristal", sea "nieve", sea "celeste", sea "firmamento".

Ese ideal de la superfície semiesférica que se sostiene sobre un prisma de muchas caras, la imagen facetada que se va creando a mano alzada a base de porciones de segmentos rectilíneos. Finalmente acontecen en la ilusión de una forma esférica, tal que una membrana permeable a través de la cuál se filtran las múltiples referencias, sus querencias: ese mismo sitio al que acudir siempre. Es la geometría y es el grabado, es el libro y es el metal, es la bóveda celeste y es la abstracción, es el color y es el lugar.

 

 

Artigo completo submetido em 20 de janeiro e aprovado em 8 de fevereiro de 2012.

 

Endereço para correspondência

Correio eletrónico: euagusti@ub.edu (Eugènia Agustí).

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