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Revista :Estúdio

versão impressa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.3 no.5 Lisboa jun. 2012

 

CORPOS

Antonio León Ortega, un escultor de frontera

Antonio León Ortega, a border line sculptor

 

Alberto Germán Franco Romero* & M. Ángeles Maqueda Pérez**

*Alberto Germán Franco Romero: Espanha, escultor e profesor de escultura na Facultad de Bellas Artes de Sevilla. Licenciado en Bellas Artes, Universidad de Sevilla.

**M. Ángeles Maqueda Pérez: Espanha, artista visual. Doctora en Bellas Artes. Professora do Departamento de Escultura e Historia de las Artes Plásticas da Facultad de Bellas Artes, Universidad de Sevilla.

Endereço para correspondência

 

 

RESUMEN
La obra de Antonio León Ortega se muestra como alternativa a los cánones preestablecidos en la escultura religiosa de España y Portugal desde el SXVII, y sin renunuciar a estos, aporta una visión personal, bañada de nuevas propuestas plásticas aprendidas en el ambiente del Madrid del primer cuarto de SXX..

Palavras chave: alternativa, escultura, religiosa, España, Portugal

 

 

ABSTRACT
The work of Antonio León Ortega is shown as an alternative to the canons preset in religious sculpture of Spain and Portugal from the XVII, and not renouncing to theese, brings a personal, bathed vision of new proposed plastic learned in the atmosphere in Madrid in the first quarter of XX..

Keywords: alternative, sculpture, religious, Spain, Portugal

 

 

Introducción:

Teniendo en cuenta la importancia que la escultura religiosa posee en ambas márgenes que baña el Guadiana, y el paralelismo del concepto heredado de la influencia italiana, tanto en españa como en Portugal, y que Antonio León Ortega, perpetúa en su obra estas bases argumentales, consideramos que este es el marco ideal para dar a conocer la obra de un Artista de raigambre ibérica.

Esta investigación ha sido fruto de casi veinte años de búsqueda de un número ingente de piezas que se encuentran repartidas por varios paises, sobre todo por España y más en las províncias limítrofes con Portugal como son Huelva, Badajoz, Cáceres y Salamanca.

Para comprender mejor la importancia de su escultura e idiosincracia de la misma, vamos a realizar un recorrido breve por las etapas de su trayectoria, y así comprender mejor las influencias recibidas y las aportaciones que lega a nuestro patrimonio, como algo singular y enriquecedor.

 

1. Etapas de la obra de Antonio León

Habiendo hecho un estudio pormenorizado de su obra escultórica, y acompañando a nuestro personaje en el transcurrir de su vida, podemos establecer diversas etapas, paralelas a sus circunstancias vitales y necesidades expresivas.

Así pues, podríamos dividir su trayectoria en.

1.1.Etapa intuitiva (1920/1927)

Siendo un niño debe de dejar los estudios primarios para ayudar a la economía familiar, como pastor de cabras.

En él se despierta una inquietud por plasmar en pequeñas piezas de madera, talladas a punta de navaja, y la temática eran aquellos animales con quienes pasaba largas horas (Figura 1).

 

 

1.2.Etapa de formación académica (1928/1932)

Antonio es becado y ayudado por la dueña de la finca donde trabajaba de pastor, y marcha a Madrid para cursar estudios de Artes y Oficios y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

Compaginó esta formación con colaboraciones en talleres de escultores de renombre de la época, como José Capuz y Adsuara, conociendo a otros como Mariano Benlliure e incluso tener entre sus compañeros a artistas como el escultor Juan de Ávalos.

Este es un momento crucial en su obra, que le hace forjar esquemas distintos con un concepto amplio de la escultura y no ceñido exclusivamente a los cánones que imperaban en Andalucía, herederos de las escuelas sevillana y granadina del SVII, con grandes reminiscencias de un barroco que también imperaba en los arquetipos del presepio portugués de la época, de un barroquismo ampuloso y detallista.

Destacó en disciplinas como la anatomía y modelado y se nutrió del ascetismo castellano y el esquematismo y síntesis que sus maestros levantinos le mostraron.

Este es un periodo en el que se forja un Antonio León ecléctico con un firme propósito de buscar un propio camino formal (Figura 2).

 

 

1.3. Etapa de búsqueda (1933/1938)

Una vez finalizados los estudios académicos en Madrid, y forjados los pilares de una sólida formación como escultor, el ayamontino vuelve a su pueblo, donde se encuentra con tiempos difíciles y en los que lucha por darse a conocer como escultor, afianzando los conocimientos adquiridos en su anterior etapa.

Comparte taller con el también escultor José Vázquez Sánchez, e incluso llegan a realizar obras conjuntas como el Jesús Nazareno de Moguer, hasta que a finales de la década este último se abre camino en Sevilla y él marcha a Huelva para iniciar una interesante y larga andadura profesional.

1.4. Etapa clásica barroca 1939/1949)

Esta etapa comienza compartiendo estudio con el pintor Gómez del Castillo, quien policromaba las obras, que León tallaba, hasta que se produce una ruptura, a raíz de la realización del Cristo de la Buena Muerte de Huelva, pues quedaron en firmarlo conjuntamente, pero del Castillo, lo hizo en solitario a espaldas de nuestro protagonista.

Es cuando se independiza y comienza su andadura en solitario, precisamente con el Cristo de la Vera Cruz para Ayamonte, en el que se reivindica a sí mismo, pues su factura es prácticamente idéntica del de la Buena Muerte (Figura 3).

 

 

Es como si él quisiera demostrar la autoría de aquel que no pudo firmar, y le sirve de punto de partida para darse a conocer de forma autónoma, como escultor de imágenes, en un momento en el que surge una gran demanda de estas, a causa de todo el patrimonio desaparecido en la Guerra Civil.

Se ve muy encorsetado pues tiene que ceñirse a la línea imaginera de aquellas obras perdidas, en su inmensa mayoría barrocas y de la escuela o corte sevillanos.

En estos momentos, nuestro artista siente la necesidad de demostrar sus conocimientos de modelado, talla y anatomía, por lo que incurre en cierto modo en una acentuación exagerada de esta última, siendo en algunos casos algo dura y poco natural.

Pero es avanzada la segunda mitad de los años cuarenta cuando las formas se van suavizando y el barroquismo se muestra con más mesura, los rizos de los cabellos se van aliviando y sus esculturas comienzan a abandonar poco a poco los esquemas de aquellas imágenes que se perdieron.

Paulatinamente Antonio León va a ir desafectando las expresiones y su propia serena y calmada personalidad comienza en obras como el Jesús Nazareno de la Puebla de Guzmán (Huelva). Sin embargo anteriormente tuvo algunas iniciativas aisladas, que a modo de ensayo, atisban sus predilecciones estéticas, como es el caso del Ángel Confortador de la Oración en el Huerto de Huelva, que evoca de una manera flagrante el más puro helenismo Griego, encarnado en la Victoria de Samotracia (Figura 4).

 

 

Así pues, consigue conferirle levedad a la materia y aplicarle efectos como el de eteriedad, característica principal de la obra referida que se ubica en el Museo del Louvre de París.

1.5. etapa de afirmación personal (1949/1962)

Ahora huye de teatralidades y sus imágenes comienzan a ser más reflexivas y espirituales, buscando más la parte divina que la humana. Es un periodo de búsqueda introspectiva en su propia forma de ver y sentir la religión.

Dentro de esta etapa cabe destacar el grupo del Sagrado Descendimiento de Huelva, en el que se toma la libertad de realizarlo de talla completa ala usanza de los maestros castellanos del SXVII, e incluso podríamos decir que existe un cierto paralelismo con la línea de la escultura religiosa en Portugal, en la que también predomina este concepto de talla completa, herencia de todas las influencias italianas en la Península ibérica.

Otro grupo en esa misma línea es la Virgen de las Angustias de la Hermandad del Santo Entierro de Huelva (Figura 5).

 

 

1.6. Etapa de introspección analítica (1962/1973)

En esta, el ayamontino llega a una parquedad de recursos expresivos, que nos recuerdan a la escultura románica, pues sus cristos son mayestáticos y la frontalidad e hieratismo de sus vírgenes nos hacen pensar en una obra más simbólica que expresionista.

Él se refugia en su mundo interior y elimina estucos dejando las maderas desnudas, o en todo caso con unas veladuras de color sobre la misma, evidenciando la huella de la gubia e impregnando su producción de un arcaísmo casi hermético, absolutamente antagónico al barroquismo que se estilaba en la Andalucía de la época.

1.7. Etapa de recapitulación (1973/1985)

Nuestro escultor parece mirar hacia atrás y querer a rememorar obras ya realizadas anteriormente, bien por añoranza o debido a las limitaciones físicas e la edad, pues podía resultarle más cómodo recurrir a lo ya hecho.

Lo cierto es que sigue esquemas propios de otras épocas, y el más patente es el del Cristo de la Fé de Huelva en el que plasma aquel crucificado que hiciera en el 49 como es el de los estudiantes, pero ahora envuelto en un tratamiento más simple y un rostro en la línea de la etapa anterior de rasgos románicos (Figura 6).

 

 

Y se puede decir que su última obra de envergadura son las seis piezas de barro cocido, que figuran en la fachada de la Catedral de la Merced de Huelva, donde se reafirma en ese espíritu ascético medieval

 

Conclusión

La importancia de Antonio Léon Ortega, creemos que no sólo puede trascender a nivel de la Província de Huelva, sino que también puede ser un espejo de la Portugal artística que en un segundo plano está dando escultores con idénticas inquietudes, escultores que se vieron impregnados por los postulados que la Francia de finales del SXIX marcó a artistas bolseiros portugueses en París y artistas españoles que recibieron la misma influencia através del Madrid donde estudió León Ortega.

Así pues, estamos hablando de escultores con otras inquietudes, que luchan por vencer a lo rancio y establecido y que en este caso, la obra religiosa es un pretexto para buscar nuevos argumentos con los que dar a conocer las propias experiencias de aquel niño pastor que fue siempre buscando la esencia de lo sencillo, natural y humilde, sin aspavientos ni teatralidades que puedan parecer verdades fingidas.

 

 

Artigo completo submetido em 20 de janeiro e aprovado em 8 de fevereiro de 2012.

 

Endereço para correspondência

Correio eletrónico: afranco4@us.es (Alberto Germán Franco).

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