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Revista :Estúdio

versión impresa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.11 no.30 Lisboa jun. 2020  Epub 30-Jun-2020

 

Artigos Originais

Elementos Psicodelizantes en la Obra de Vicente Ameztoy

Psychedelizing Elements in the Work of Vicente Ameztoy

Edurne Mendia Rezola1 

1Pintora, Universidad del País Vasco, Facultad de Bellas Artes, Departamento de Pintura (FBBAAEHU). UPV Campus de Bizkaia, Barrio Sarriena, s/n, 48940 Leioa, BI, Espanha.


Resumen

Este texto surge a partir de una investigación en la que se examinaron la experiencia psicodélica y manifestaciones artísticas ligadas a este tipo de vivencia visionaria. Para constatar algunos recursos visuales, formales y temáticos, recurrimos a un análisis de la obra del singular pintor Vicente Ameztoy (1943-2001) y principalmente a su último trabajo, el ciclo decorativo que realizó para la ermita de Remelluri.

Palabras clave: Pintura; psicodélico, extrañeza; sagrado, profano

Abstract

This text arises from an investigation in which the psychedelic experience and artistic manifestations linked to this type of visionary experience were examined. To verify some visual, formal and thematic resources, we turn to an analysis of the work of the singular painter Vicente Ameztoy (1943-2001) and mainly to his latest work, the decorative cycle he made for a hermitage in Remelluri.

Keywords: Painting; psychedelic; strangeness; sacred; profane

Introducción

El origen de este texto y el interés por este pintor surgen a partir de una investigación sobre analogías entre la experiencia psicodélica y ciertos procesos creativos. Siendo Vicente Ameztoy (1943-2001) un artista que creemos que utiliza en sus cuadros valores y recursos asociables a la experiencia psicodélica, nos permite ofrecer una visión local de este fenómeno (nació y desarrolló la mayor parte de su obra en el País Vasco) y además poner en valor la obra de este singular artista, relativamente poco conocido y que se mantuvo al margen de los círculos expositivos. Se trata de un pintor difícil de clasificar, capaz de manejar fuentes dispares sin ningún tipo de complejo. Quizás si hay un rasgo común que se repite a lo largo de toda su obra, ese sería la sensación de extrañeza.

1. Extrañezas en la obra de Ameztoy

En primer lugar destacaríamos las extrañezas de carácter espacio temporal. En el prólogo al catálogo de Karne & Klorofila, una exposición que recopiló el trabajo de Ameztoy de 1976 a 1990, Vicente Molina Foix remarcaba la extraterritorialidad y la extratemporalidad de su obra (Molina & Ameztoy, 1990), y cómo alteraba el tratamiento del espacio y el tiempo, con el objetivo de generar una realidad singular.

En la cuestión del espacio, Molina Foix destacaba el uso que Ameztoy hacía del paisaje. No solo como fondo para sus figuras, sino que la interacción entre ambos tenía una intensidad por la que llegaban a fundirse uno con otro.

Por otra parte estarían la extrañezas paradójicas, que se engloban bajo el termino tabolismo, una palabra a la que se ha recurrido en diferentes textos para describir su obra. Este término alude al modo en que dos elementos contrapuestos de una contradicción se unen por una especie de hilo invisible (Molina & Ameztoy, 1990). Según explicó el propio pintor, el tabolismo es agrio y dulce al mismo tiempo, suave y áspero. Algo que en principio parece bello pero al mismo tiempo puede ser hiriente (Arteleku, 1990). En ese sentido, uno de los aspectos más valorables de su obra quizá sea lo indefinible que es.

Las extrañezas étnico-familiares son asimismo un tema recurrente en su obra. La pintura de Ameztoy plantea, desde la relación del ser humano con el paisaje, un interrogante sobre lo identitario. Hay multitud de referencias a lo “vasco” desde diferentes ópticas, que pueden ir desde la extrañeza, lo delirante, lo irónico, o el respeto hacia a la naturaleza a la que pertenece. También su familia aparece a menudo a lo largo de su obra, así como la gente próxima a ese mundo rural y también los utensilios, atuendos y labores que lo caracterizan.

Otro tema presente en el trabajo de Ameztoy son las extrañezas rituales ligadas a la espiritualidad, bien observada desde el prisma del ritual vasco, bien entendida como mística, sobre todo en su

trabajo final, el santoral de Remelluri. En sus escritos en Karne & Klorofila, por ejemplo, el pintor se lamenta de la pérdida del sentido religioso natural de nuestros antepasados como fruto de la

imposición católica (Molina & Ameztoy, 1990).

Finalmente destacaríamos las extrañezas que hemos definido como ambientales. Podría decirse que sus cuadros aparecen rodeados de una especie aureola de quietud y ensueño. Algunos elementos que los envuelven son la fina lluvia, el verdor delavegetación, la transparencia olaluminosidad. Situadas en esta atmósfera, sus figuras parecen levitar y generan una sensación de ingravidez (Artium, 2010).

2. Aspectos psicodélicos en la Ermita De Nuestra Señora De Remelluri

Una vez situada la obra del pintor dentro de este marco, hemos querido analizar los elementos psicodelizantes en los cuadros del ciclo decorativo que realizó entre 1994 y 2001 en la ermita de Nuestra Señora de Remelluri, en Labastida (Álaba) y que constituye la última obra de Ameztoy.

Esta parte de la Rioja Alavesa es una zona con un paisaje completamente diferente al que él acostumbraba a pintar. Este paisaje tiene por sí mismo cierta componente mística, de hecho fue una zona utilizada por anacoretas y eremitas, un lugar de aislamiento (Ameztoy, 2000). El propio pintor comentaba, en una entrevista, que pasó numerosas noches en cuevas de esa zona de Toloño, con algo de queso, pan, vino y nueces, prácticamente como un eremita (Merino, 2000). Calificó la experiencia como gratificante, pero también como un trabajo de desesperación.

El paisaje del cuadro del paraíso (Figura 1) es un lugar real situado en el valle de Valdegovía, que a Ameztoy le pareció ideal para representar y situar el segundo anterior al pecado original. Representa el momento en el que este se perderá por ceder a la tentación que, según el relato bíblico nos dice, Eva provocó. En él vemos como juega con la atemporalidad. “Eva ofrece a Adán una amanita muscaria y en el momento que éste accede a comer de ella, el reloj digital marcará el primer segundo” (Ameztoy, 2000:23). Se sitúa por tanto en la antesala de lo que él llama “la gran debacle” que es fruto de la acción de un dios “implacable, envidioso y negativo”.

Figura 1 Vicente Ameztoy, Paraíso, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 142 x 213 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Los demás elementos del cuadro ofrecen distintas lecturas que quedan en manos del espectador. Una gran pantalla evoca la omnipresencia del gran hermano y el dios vigilante, o tal vez una ironía con respecto a la frivolidad del espectador que permanece impasible viendo la hecatombe que se aproxima a través de una pantalla, como si de un reality show se tratara.

También el personaje del mono podría interpretarse como una nota irónica, una referencia al evolucionismo. En una entrevista incluida en el archivo de vídeo para la exposición Etxe-ondotik (2013), Ameztoy es preguntado al respecto y comenta cómo varias ideas del cuadro provienen de un punto de vista infantil, con lo que relaciona el mono: “El mono era algo que surgió en el cuadro desde el principio, como un observador que iba viendo cómo se iba haciendo el cuadro (Amasa Villabona Udala, 2012).

Hay varios elementos un tanto “heréticos” en el cuadro, como la representación humana de Dios a través del color carne. También la representación andrógina de Adán y Eva o la sustitución de la manzana prohibida por una Amanita Muscaria. Uno de los más llamativos es el mono humanizado, que con traje, es testigo de lo que ocurre. También hay una pantalla, otro elemento que temporalmente no se corresponde y además ofrece la lectura de la tecnología omnipresente a la que nos hemos referido. Otras “herejías” presentes son la representación del paraíso a través de un paisaje real, y a juicio de Golvano, una posible alusión a “paraísos artificiales que las diversas drogas han contribuido a activar imaginariamente” (Golvano en Ameztoy, 2000:30).

De cara a enumerar los principales aspectos psicodélicos del conjunto de la obra que engloban esta representación del paraíso y los cuadros de los seis santos, el primero y más evidente sería la vertiente espiritual, y a la vez, la ruptura de la dualidad sagrado-profano. La disolución de esta frontera deja que lo espiritual penetre en la realidad cotidiana. Ameztoy, en cualquier caso, ya había tocado algunos aspectos religiosos en sus pinturas, como la historia de Adán y Eva (Figura 2 y Figura 3).

Figura 2 Vicente Ameztoy, Eva-Adán,1987. Acuarela sobre papel. 113 x 70 cm. Colección particular. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Figura 3 Vicente Ameztoy, Eva-Adán,1987. Acuarela sobre papel. 113 x 70 cm. Colección particular. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Además de lo sagrado-profano, otra dualidad que se disipa de manera obvia es la referencia a lo real o lo imaginario. El santoral de Remelluri implica una tradición de historias propia, pero a la vez aparecen las historias del pintor. Cada uno de los santos se representa a través de personas cercanas al pintor, como pueden ser su hija (Figura 4), personas pertenecientes a la bodega o incluso su autorretrato para encarnar la Figura de San Vicente (Figura 5).

Figura 4 Vicente Ameztoy, Santa Eulalia, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 110 x 70 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Figura 5 Vicente Ameztoy, Santa Eulalia, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 256 x 186 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Otro aspecto psicodélico muy presente es el de la mirada infantil, a través de la cual busca sensaciones relacionadas con lo religioso en su pasado. También en una entrevista que le hizo el periodista Hasier Etxeberria comenta este aspecto, a raíz de la pregunta sobre el cuadro del paraíso: “El cuadro del paraíso es una elucubración a partir de ideas que vienen de la infancia, yo creo, porque el paraíso… a mí por lo menos en vida no se me ha cruzado en el camino. Puede considerarse algo mítico, pero para realizarlo tienes que acudir a ideas infantiles prácticamente” (Ameztoy en Amasa Villabona Udala, 2012).

Ameztoy decía del paisaje de Remelluri y las implicaciones que este tiene en sus cuadros, que es “un lugar para cambiar la mirada y todo lo que eso significa” (2000:14). Las alteraciones en la mirada y el cambio en la forma de ver son ideas recurrentes cuando se habla de los cambios en la percepción producidos por la experiencia psicodélica.

Ameztoy usa también el recurso de la atemporalidad de modo consciente. Los santos aparecen descalzos para desposeerlos de temporalidad; aunque considera, además, que el pie descalzo confiere cierta emoción. También evitó ropajes que pudieran identificarse con una época concreta de la historia, o al contrario, usa sincronías que producen extrañeza o aportan un toque de humor (Figura 6 y Figura 7).

Figura 6 Vicente Ameztoy, San Cristóbal, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 110 x 70 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Figura 7 Vicente Ameztoy, San Esteban, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 110 x 70 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Asimismo encontramos multitud de desviaciones retóricas. Alguno ejemplos que se pueden nombrar serían: la sustitución de la manzana por una amanita (un tropo), la sustitución parcial de la vegetación y las puertas por la silueta del cuerpo de San Vicente (inperpenetración) (Figura 5), la comparación o acoplamiento presente entre la careta de San Ginés y la cabeza azul (Figura 8), o varios tropos proyectados, como el humano en el diácono San Esteban (Figura 7) o el espantapájaros en el comediante San Ginés (Figura 8). Aunque como Figura sea más sutil, también se proyecta continuamente lo profano en lo sagrado y viceversa, interrelacionando continuamente lo material y lo inefable, la realidad y la fantasía.

Figura 8 Vicente Ameztoy, San Ginés, 1993-2000. Óleo sobre tabla. 110 x 70 cm. Ermita de Remelluri, Labastida. Fuente: imagen cedida por Iñigo Royo 

Otros recursos que hemos relacionado con la psicodelia y que podemos encontrar ejemplificados en este trabajo serían la animalidad y las hibridaciones, siendo el mono del paraíso el ejemplo más evidente, aunque en todos los cuadros hay presencia de animales con cierta carga simbólica.

El mundo microscópico y la inmersión en el reino vegetal son también indudables y ya se ha mencionado por el protagonismo que tiene el tratamiento del paisaje en toda la obra de Ameztoy. Lo mismo ocurre con lo alucinatorio o aquello que no cabe dentro de la percepción de una realidad convencional.

Conclusión

Las historias de las vidas de los santos tienen de por sí un componente delirante que Ameztoy trae a los cuadros, y a los que ayudan multitud de elementos como pueden ser la pantalla en el paraíso, un pez que nada en el aire, un camión de reparto en un cuadro religioso o todo ese aire irreal que hemos citado una y otra vez y de alguna manera incomoda a la vista y a sus conexiones con las realidades asumidas.

Hasta ahora, la primera y única exposición antológica dedicada a este artista tuvo lugar en San Sebastián en 1990 y fue concebida como una recopilación de sus obras más significativas de las décadas de 1970 y 1980. Aunque ha sido un pintor respetado por la crítica del País Vasco, Ameztoy ha sido un gran desconocido fuera de su tierra, y a día de hoy no está representado en ninguna de las colecciones públicas españolas (Alzuri, Atxaga, Golvano, Sarrionandia, & Viar, 2019). Afortunadamente, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha organizado una exposición (del 17-10-2019 al 26-01-2020) que presenta por primera vez en la capital española una visión de conjunto de la trayectoria artística de Ameztoy y que ayudará a dar a conocer su obra en general y particularmente este proyecto final, el santoral y paraíso de Remelluri, siendo una excelente ejemplificación de valores psicodélicos, tanto por su vertiente más espiritual (por el contenido de los cuadros y la trasgresión casi mística de la dualidad sagrado-profano) como por el uso de elementos desviantes que desafían nuestra idea de realidad y los recursos estéticos que logran sintonizar lo delirante y lo popular .

Referencias

Alzuri, M., Atxaga, B., Golvano, F., Sarrionandia, J., & Viar, J. (2019). Ameztoy. Bilbao: Bilboko Arte Ederren Museoa Museo de Bellas Artes de Bilbao. [ Links ]

Amasa-Villabona Udala (2012). Vicente Ameztoy Villabonan [ Archivo de vídeo]. Recuperado el 3 de enero de 2020, de https://www.youtube.com/ watch?v=ZwOK6d9AEAcLinks ]

Ameztoy, V. (2000). Eliztarrak-Mundutarrak/ Sagrado-Profano. Donostia: Gipuzkoako Foru Aldundia, Koldo Mitxelena Kulturunea y Arteleku. [ Links ]

Artium. (2010). DokuArt. Biblioteca y Centro de Documentación. Recuperado el 3 de enero de 2020, de Vicente Ameztoy: Obra. URL: URL: http://catalogo.artium.org/artistas/ vicente-ameztoy/obraLinks ]

Merino, J. L. (2000). Pintar la serie de Remelluri ha sido un trabajo de desesperación. El País. Recuperado el 3 de enero de 2020, de URL: https://elpais.com/diario/2000/10/15/paisvasco/971638814_850215.htmlLinks ]

Molina, V., & Ameztoy, V. (1990). Karne & Klorofila. Donostia: Gipuzkoako Foru Aldundia. [ Links ]

Recibido: 06 de Enero de 2020; Aprobado: 21 de Enero de 2020

Correio eletrónico: mendiaedurne@gmail.com

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