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Revista :Estúdio

versão impressa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.12 no.33 Lisboa mar. 2021  Epub 31-Mar-2021

 

Artigos Originais

Ciudad y silencio en las imágenes de Sergio Belinchón. Leer el paisaje genérico

City and silence in the images of Sergio Belinchón. Read the generic landscape

María Paula Santiago Martín de Madrid1 

1 Universitat Politècnica de València, Centro de Investigación Arte y Entorno (CIAE/UPV), Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes, Camino de Vera, s/n, 46022, Valencia, España.


Resumen

El presente texto se centra en diversos proyectos realizados por el fotógrafo Sergio Belinchón (Valencia, 1971) en los que el artista pone de manifiesto algunas de las características propias de los entornos urbanos contemporáneos. Al respecto, las imágenes derivadas de su trabajo asumen un sentido crítico frente al poder que ejerce la homogeneización y lo genérico. Una homogeneización que no solo afecta a la mirada, a la cultura o al consumo, sino a aspectos vivenciales que inciden directamente en nuestra manera de entender las ciudades y entornos, así como nuestra manera de habitarlos y relacionarnos con ellos.

Palabras clave: Fotografía; ciudad; espacio urbano; arte; arquitectura; paisaje

Abstract

This text focuses on various projects carried out by the photographer Sergio Belinchón (Valencia, 1971) in which the artist reveals some of the characteristics of contemporary urban environments. In this regard, the images derived from his work assume a critical sense of the power exercised by homogenization and the generic. A homogenization that not only affects the gaze, culture or consumption, but also experiential aspects that directly affect our way of understanding cities and environments, as well as our way of inhabiting them and relating to them.

Keywords: Photography; city; urban space; art; architecture; landscape

1. Introducción

El fotógrafo que nos ocupa, si bien nace en Valencia (España) en la década de los setenta, gran parte de su carrera la ha desarrollado en Berlín. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosas becas y premios y su trabajo lo podemos encontrar en espacios tan relevantes como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Desde mediados de los noventa, Belinchón ha venido realizando proyectos cuyo referente es el espacio urbano de diferentes ciudades acompañado de un paradójico silencio y vacío. Algo que, en la urbe contemporánea, resulta totalmente inusual encontrar en estos escenarios de lo colectivo.

Sin duda, el entorno captado por la cámara del artista no solo nos habla de ese lugar que es la ciudad. En este sentido, en el presente texto abordamos diversos proyectos desarrollados desde 1997 como son los titulados Metrópolis (1997 y 2009), Roma (2000), Ciudades efímeras (2001), Some space (2004), Público (2005), Pure (2006) o Natural history (2006). Proyectos estos, a través de los que Belinchón invita a mirar el entorno urbano desde el silencio, el vacío y la ausencia (Figura 1, Figura 2, Figura 3, Figura 4, Figura 5, Figura 6, Figura 7, Figura 8, Figura 9, Figura 10). Una ausencia que, como ya se ha dicho, nos hace reflexionar sobre la sonoridad impositiva que constituye la base de nuestras ciudades contemporáneas y que, podemos afirmar, es propia de la nueva cultura global.

Por otro lado, entendemos que la propuesta que lleva a cabo nuestro artista supone una mirada crítica hacia una realidad en la que lo excesivo y lo sobreabundante, haciendo alusión a las aportaciones del antropólogo Marc Augé, anula para sus habitantes la posibilidades de lectura.

El mundo de la supermodernidad no tiene las medidas exactas de aquel en el cual creemos vivir, pues vivimos en un mundo que no hemos aprendido a mirar todavía. Tenemos que aprender de nuevo a pensar el espacio (Augé, 2004:42).

Figura 1 Sergio Belinchón, Metrópolis, 1997. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 2 Sergio Belinchón, Metrópolis v2, 2009. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 3 Sergio Belinchón, Ciudades efímeras, 2001. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 4 Sergio Belinchón, Ciudades efímeras, 2001. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 5 Sergio Belinchón, Roma, 2000. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 6 Sergio Belinchón, Same Space, 2004. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 7 Sergio Belinchón, Pure, 2006. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 8 Sergio Belinchón, Natural history, 2006. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 9 Sergio Belinchón, Público, 2005. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Figura 10 Sergio Belinchón, Metrópolis v2, 2009. Fuente: https://www.sergiobelinchon.com  

Al mismo tiempo, en estas desmesuradas arquitecturas y solitarios espacios urbanos, los habitantes se presentan como insignificantes personajes. Un espacio público que, según el mismo artista señala, en la mayoría de ocasiones define el comportamiento de sus habitantes y que, en otras, se ve modificado por el uso que hacen de este. Un ejercicio de retroalimentación que pone de manifiesto las características vivenciales de estos entornos. Una vez más, el espacio es lugar, y según apunta Bachelard “el ámbito en el que la vida se manifiesta y en el que lo que nos rodea adquiere intensidad” (Bachelard, 2004). No obstante, en los nuevos contextos urbanos, la reivindicación fenomenológica adquiere un especial significado y tal y como apunta Rivas

El lugar que experimenta la conciencia moderna no es en absoluto un lugar apacible o felizmente definido. Ese lugar es en muchos casos un lugar distorsionado, roto, a la vez querido y odiado, es un lugar urbano, donde todo ocurre entre ruido, de diversas maneras, en múltiples mundos que se mezclan, yuxtaponen o enfrentan (Rivas, 1992:29).

Paralelamente a lo señalado, en los proyectos citados observamos además, alusiones a numerosos conceptos contemporáneos asociados al entorno urbano ―no lugar acuñado por el ya citado Marc Augé, terrain vague de Ignasi de Solà-Morales o tercer paisaje propuesto por Gilles Clément― si bien en el presente texto nos vamos a deterner en el de ciudad genérica planteado por el arquitecto Rem Koolhaas.

2. Naturalezas urbanas y percepción detenida del tiempo

Podemos afirmar que el paisaje contemporáneo abordado por numerosos fotógrafos durante las últimas décadas, no solo recoge elementos de este género, sino que además efectúa una propuesta para repensar los actuales contextos urbanos. Es el caso de los proyectos de Belinchón, dado que en sus trabajos no solo se plantea fotografiar la ciudad en sí misma, sino que utiliza sus arquitecturas para plantear una reflexión sobre la actual construcción del espacio urbano.

De esta forma, el paisaje fotografiado por el artista plantea una nueva naturaleza urbana propia del siglo XXI, donde la ciudad se presenta como escenario y como resultado de una determinada manera de entender la sociedad. En este sentido, cabe pensar en el significado político y económico que tiene determinado tipo de crecimiento urbano como el llevado a cabo en ciudades como Berlín o Shangai. Ahora bien, independientemente de la lectura que hagamos, no cabe duda de que la ciudad es una importante fuente de significados. Así, el protagonismo de la urbe en estas obras muestra una pluralidad de posibilidades e interpretaciones a partir de las cuales podemos aproximarnos a ese espacio de lo colectivo en el que lo social se construye.

Como ya hemos apuntado, el paisaje contemporáneo recogido por Belinchón es urbano y globalizado, pero también es portador de unos significados que, haciendo alusión a la tradición romántica, permiten mostrar el empequeñecimiento de lo humano, así como su pérdida de centralidad y protagonismo. Por tanto, desde nuestra perspectiva, estos proyectos no se limitan tan solo a reflejar un determinado modelo urbano, tal y como podría desprenderse de una serie como la de Ciudades efímeras destinada a mostrar la soledad de los edificios de los complejos costeros fuera de temporada. Aquí, el discurso artístico constata que la arquitectura es un espacio de resonancias poniendo de manifiesto que no solo vivimos en ciudades, sino que vivimos con las ciudades. Habitamos la ciudad y, a su vez, ella nos habita a nosotros. Por ejemplo, en el caso de Ciudades efímeras, una extraña sensación se apodera de nuestra mirada y, la objetividad que poseen, no puede ocultar una invitación hacia la intimidad.

Por otro lado, la ausencia humana que se da en estas obras, así como el vacío y el silencio antropomórfico que presentan nos lleva a pensar no en la grandeza de lo natural (en este caso de lo que podemos considerar como natural-urbano), sino en la temporalidad que envuelve a todo espacio y a todo ser humano. Se trata de imágenes que nos sitúan en un tiempo estancado especialmente en las imágenes referidas a las ciudades/fantasma de veraneo, en una percepción detenida del tiempo. De este modo, los apartamentos bulliciosos del verano nos remiten ahora al silencio y a la ausencia.

3. El paisaje de la ciudad genérica

En las propuestas citadas, como ya hemos apuntado, podemos introducir conceptos urbanos y de definición del territorio, como es el de ciudad genérica, noción acuñada por el arquitecto Rem Koolhaas. Para contextualizar el concepto, cabe señalar que en sus análisis, este arquitecto se ocupa básicamente de las metrópolis del siglo XXI y, de forma muy especial, de las contradicciones que estas ofrecen. Las paradojas detectadas ponen de relieve cómo los terrenos baldíos y las áreas subdesarrolladas se superponen a las redes de comunicación y a los sistemas de cultura instantáneas, hecho que, lógicamente, configura el actual orden/desorden que define los entornos producidos en un mundo globalizado.

De este modo, la ciudad actual está calificada por este arquitecto desde 1997 ―fecha que, por otro lado, coincide con la primera serie fotográfica incorporada en el presente texto― como ciudad genérica. Desde su perspectiva, la misma se configura como resultado de un producto pragmático que surge de los restos de lo que en otro tiempo fue denominado como ciudad. Una ciudad que se constituye a partir de una población desmesurada, un urbanismo caótico, una identidad quebrada y olvidada, una estratificación social compleja, unos barrios despersonalizados y un entramado urbano inexistente salvo para los automóviles (Koolhaas, 2006). Características que han de ser tomadas, en la medida de lo posible, en su sentido más descriptivo y no como juicios de valor.

En este contexto, en las imágenes que nos ofrece Belinchón encontramos una exposición directa e inmediata vinculada a una realidad urbana común en numerosas ciudades contemporáneas. Partiendo de dichas imágenes, ¿cuáles son los rasgos que podemos encontrar en la ciudad genérica y que observamos en los proyectos de nuestro artista? Efectuando un rápido recorrido podemos establecer una serie de características comunes. Características que cada vez se han hecho más evidentes, especialmente desde el momento en el que el modelo genérico ha ido expandiéndose y colonizando nuestra manera de concebir los territorios.

En primer lugar, podemos decir que la ciudad genérica se opone a la identidad, a la ciudad que responde al modelo de ciudad histórica y que, por ello, requiere constantes atenciones. La ciudad genérica, por el contrario, no reclama cuidados, puesto que “no necesita mantenimiento.”

La Ciudad Genérica es la ciudad liberada de la cautividad del centro, del corsé de la identidad. La Ciudad Genérica rompe con ese ciclo destructivo de la dependencia […] Es la ciudad sin historia […] Es igual de emocionante ―o poco emocionante― en todas partes. Es «superficial»: al igual que un estudio de Hollywood, puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana (Koolhaas, 2006:12).

En las imágenes que Belichón nos ofrece de la ciudad de Roma, el artista no nos muestra la ciudad histórica que conocemos que, por otro lado, sería la turística. Por el contrario, lo que observamos puede pertenecer a cualquier ciudad contemporánea del mundo, un mundo donde el espacio urbano está regulado en función de su utilidad, de ahí que cualquier autenticidad en relación con éste sea considerada como innecesaria.

En segundo lugar, la ciudad genérica es una ciudad en la que el ámbito de lo público tiende a desaparecer. Asimismo, la importancia que adquiere la idea de movilidad y tránsito cabe relacionarla con el apogeo del uso del automóvil, que ha llevado a que las zonas destinadas a los peatones sean “una caricatura grotesca de la vida en la ciudad histórica” (Koolhaas, 2006:29). Este aspecto, que nos hace percibir la ciudad desde una posición sedentaria, es recogido de nuevo en Roma donde una destacada ciudad histórica europea es observada desde el automóvil, o más tarde en Pure al abordar el desarrollo en ciudades asiáticas.

La Ciudad Genérica es lo que queda después de que grandes sectores de la vida urbana se pasaran al ciberespacio. Es un lugar de sensaciones tenues y distendidas, de contadísimas emociones […] Comparada con la ciudad clásica, la Ciudad Genérica está sedada, y habitualmente se percibe desde una posición sedentaria. (Koolhaas, 2006:15).

Por otro lado, esta circunstancia hace que los espacios públicos que se ajustan a este modelo de ciudad sean aquellos que definía Marc Augé como no lugares. Es decir, nos encontramos ante espacios de tránsito dedicados, como apunta Koolhaas, a la consolidación automovilística, a la “proliferación de la parafernalia de la conexión” (Koolhaas, 2006:29) y a la construcción de aeropuertos. Construcciones que, por otro lado, se convierten en los nuevos emblemas y en los verdaderos centros urbanos actuales, ya que son los símbolos de lo local y de lo global, espacios que también son contemplados por Belinchón al abordar proyectos como Público.

Otra característica relevante de este modelo de ciudad y que también ha sido planteada por nuestro artista es el hecho de que la ciudad genérica es fractal, una interminable repetición del mismo módulo estructural simple. Debido a ello, en la ciudad genérica la calle o la plaza no son el elemento central. En la misma predomina lo vertical frente a lo horizontal y sabemos que en dicha verticalidad no se potencia la interacción, sino el aislamiento. Por otro lado, en este modelo constructivo, la pluralidad que pueda darse no crea ningún tipo de unidad, ni tampoco sirve para generar noción alguna de comunidad o solidaridad intergrupal. Esta idea de aislamiento que supone este modelo de ciudad podemos observarlo en los ya mencionados proyectos Metrópolis, Ciudades efímeras, Roma y Pure.

Al respecto, Kenneth Frampton había teorizado contra la arquitectura convertida en “práctica sin lugar,” es decir, contra las construcciones que no “garantizan la aparición de una poética consciente del espacio” y que huyen “de las idiosincrasias del emplazamiento” (Frampton, 2002:52-3). Koolhaas retoma esta idea señalando que la totalidad de “Ciudades Genéricas surgen de la tabla rasa.” Si donde se asientan había algo, ellas lo reemplazan y si no había nada, lo inventan.

Una de las características con mayor potencial de la Ciudad Genérica es la estabilidad del tiempo ―sin estaciones, previsión de ambiente soleado―, pero todos los pronósticos se presentan como un cambio inminente y un deterioro futuro […] De lo ético y lo religioso, el tema de la fatalidad ha pasado a estar en el ámbito ineludible de lo meteorológico. El mal tiempo es casi la única preocupación que se cierne sobre la Ciudad Genérica (Koolhaas, 2006:53).

Por último, la arquitectura que predomina en este tipo de ciudad se basa en el uso del muro cortina, que sirve para que se desarrolle un sentido constructivo específico de características postmodernas y banales. Un estilo dominado por la silicona. A este respecto Koolhaas es muy crítico y señala que

El uso de la silicona ha igualado todas las fachadas, ha pegado el vidrio a la piedra, al acero y al hormigón con una impureza propia de la era espacial. Estas uniones dan la impresión de cierto rigor intelectual gracias a la generosa aplicación de un compuesto espermático transparente que mantiene todo unido por cuestiones de intención, más que de diseño: un triunfo del pegamento no de la integridad de los materiales. Como todo lo demás en la Ciudad Genérica, su arquitectura es lo resistente vuelto maleable, una epidemia de lo flexible causada no por la aplicación de los principios, sino por la aplicación sistemática de lo que no los tiene (Koolhaas, 2006:47).

Conclusión

El espectacular crecimiento que en los últimos años se ha producido en el ámbito urbano no ha pasado desapercibido a un amplio colectivo de artistas contemporáneos. Entre ellos, Sergio Belinchón toma como referente de su proyecto fotográfico el espacio de la ciudad, poniendo de relieve la influencia que el mismo ejerce en el comportamiento de sus habitantes. Asimismo, observamos en su obra planteamientos donde se realiza una interpretación del espacio urbano en el que podemos encontrar similitudes con los postulados románticos. En estas nuevas naturalezas urbanas, el individuo se empequeñece ante la inmensidad de las arquitecturas. Unas estructuras que surgen derivadas del deseo por emular determinados modelos urbanos y económicos, lo que explica, en gran medida la destacada influencia que lo genérico ha tenido en el urbanismo de las economías emergentes.

Por otro lado, Belinchón fotografía espacios de lo colectivo que podríamos calificar como no lugares. La ciudad y su espacio público transformado en un desmesurado no lugar. Recordemos que estos espacios destruyen lo que el mismo autor califica como lugares antropológicos, es decir, lugares que generan identidad, historia y relaciones y que surgen de una “relación con el territorio, con sus semejantes y con los otros” (Augé, 2004:61).

Referencias

Augé, Marc, (2004) Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa. [ Links ]

Bachelard, Gaston, (2004) La poética del espacio. Madrid: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Frampton, Kenneth, (2002) “Hacia un regionalismo crítico: Seis puntos para una arquitectura de resistencia”, en Foster, Hal, La posmodernidad. Barcelona: Kairós. [ Links ]

Koolhaas, Rem, (2006) La ciudad genérica. Barcelona: Gustavo Gili. [ Links ]

Rivas, Juan Luis de las, (1992) El espacio como lugar. Sobre la naturaleza de la forma urbana. Valladolid: Universidad de Valladolid. [ Links ]

Recibido: 15 de Febrero de 2021; Aprobado: 01 de Marzo de 2021

1 María Paula Santiago Martín de Madrid es artista visual, doctora en Bellas Artes y profesora titular de universidad en el Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de Valencia. Desde 2017 es directora del Centro de Investigación Arte y Entorno de la Universitat Politècnica de València (CIAE/UPV). En su faceta como artista visual ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas de carácter nacional e internacional. Ha comisariado diversos proyectos artísticos y publicado libros y artículos relacionados con la temática urbana y paisajística, así como participado y dirigido diversos proyectos de investigación I+D subvencionados en convocatorias públicas. Su perfil investigador se centra principalmente en el estudio del paisaje, el territorio y la ciudad en las artes visuales. Email: masanma6@pin.upv.es

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