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Revista :Estúdio

versão impressa ISSN 1647-6158

Estúdio vol.12 no.35 Lisboa set. 2021  Epub 30-Set-2021

 

Artigos Originais

Debris: un ejemplo de recolección

Debris: an example of harvesting

Eva Monroy Pérez1 

1 Universidad de Vigo, Facultad de Bellas Artes, Departamento de pintura, Rúa da Maestranza, 2, 36002 Pontevedra, Galicia, España.


Resumo

Este artículo se centra en el estudio de la obra de la artista sevillana Julia Llerena en relación a la práctica artística de la recolección de detritus. El objetivo del artículo se centra en desplegar las principales ideas que surgen en torno al concepto de recolección y acumulación de objetos a través de la obra de Julia Llerena dejando entrever la mirada de la artista como arqueóloga del presente. La práctica de la recolección es una tendencia artística actual en la que se encuentran diversos referentes de artistas que trabajan en este ámbito a nivel mundial fruto de los descartes de objetos, desperdicios y basura en general que generan las sociedades consumistas contemporáneas.

Palabras Clave: recolección; detritus; acumulación; arqueología contemporánea

Abstract

This article focuses on the study of the work of the Sevillian artist Julia Llerena in relation to the artistic practice of collecting detritus. The aim of the article focuses on displaying the main ideas that arise around the concept of collection and accumulation of objects through the work of Julia Llerena, revealing the gaze of the artist as an archaeologist of the present. The practice of collecting is a current artistic trend in which there are various references of artists who work in this field worldwide as a result of the discarding of objects, waste and garbage in general that contemporary consumerist societies generate.

Keywords: collection; detritus; accumulation; contemporary archeology

1. Observaciones generales

El avance descontrolado del tardocapitalismo actual trae excesos de todo tipo. La superabundancia convierte lo novísimo en obsoleto y desfasado llevándolo a un estado de detritus a una velocidad cada vez más vertiginosa. La incapacidad de sentir el presente debido a la velocidad en la que suceden los acontecimientos y la superficie cambiante de nuestra realidad más inmediata provocan una sensación de pérdida de sentido individual y social. Además a esta sensación de desamparo habría que añadir el problema de suma actualidad medioambiental que genera la proliferación descontrolada de objetos y su consecuente desecho. Parece que el mundo sucumbe a la problemática de la acumulación en su sentido más despectivo.

En este contexto se puede hacer una lectura de la artista sevillana Julia Llerena (1985) que en línea generales propone una mirada fija en el suelo, a saber, una recolección de todo tipo de desechos que llamen su atención. Esta recolecta de despojos en zonas tanto urbanas como naturales se enmarca dentro de una tendencia artística de actualidad que tiene su origen remoto en el ready made duchampiano, el dadaísmo, el Nuevo Realismo y el apropiacionismo. Lo cierto es que esta forma de trabajar parece intensificarse a partir de la década de los noventa con el asentamiento definitivo y más grotesco del capitalismo más avanzado. Existen una serie de referentes como Portia Munson, Mark Dion, Ai Weiwei, Song Dong, Ursula Stalder, Anu Tuominen entre muchos otros que parecen trabajar también esta línea. Julia Llerena comienza esta línea de trabajo a partir de 2013 en relación al máster sobre Creación e investigación que cursa en la Universidad de Complutense de Madrid. Desde entonces ha realizado numerosas exposiciones destacando su primera exposición individual en 2018 bajo el título “El todo como objeto” como parte del circuito Art Nou así como “Palabras, menos una” en la Cibrian Gallery (San Sebastián, 2020).

En este artículo se ofrece unas pinceladas de la recolección como metodología artística a través de las obra de Julia Llerena. Así, se puede enlazar la obra de la artista sevillana dentro de otras tendencias en el arte actual como el arte del archivo, el artista como arqueólogo, como coleccionista, el arte del reciclaje, etc.

2. De la recolección como trabajo de campo

Partir de la recolección implica lanzarse a la búsqueda de los objetos con un modus operandi parecido al que planteó el dadaísmo y la deriva situacionista. Un devenir, un vagar; establecer un recorrido por un lugar dejando que el propio azar te lleve al encuentro del objeto. De una forma muy ilustrativa lo comenta la artista en su página web: “Caminar es una acción que te enfrenta a una realidad que se acerca. En el proceso de caminar en la vida cotidiana nos desconectamos del momento presente; apenas lo percibimos porque nos enfocamos en otros asuntos”. (s.f., párr.1). Julia Llerena se aferra a una mirada atenta y de búsqueda continúa. Una mirada hacia abajo, una mirada de extrañeza enfocada en las cunetas, en los bordillos, en las orillas; aquellos lugares de marginalidad donde van a parar los despojos de la sociedad capitalista. O como hace referencia Óscar Calavia en su reciente libro Basura. Ensayo sobre la civilización del desecho a aquellas “zonas de ambigüedad” (2020, p. 36-37) donde tiende a acumularse la basura; intersticios, huecos, brechas… En este sentido Llerena mete el dedo en la llaga sacando lo que la sociedad esconde y deja velado.

Es una forma de caminar que exige concentración en los pequeños detalles o como dice la artista es una forma de conexión entre el individuo y el universo. En su pieza Pensamiento inter-estelar (2014) Llerena recoge todo tipo de detritus desde fragmentos de cristales, cascotes, restos de cerámica, tornillos… En definitiva, restos de objetos sin valor que por algún motivo le atraen y los rescata para guardarlos metódicamente (figura 1). La artista comenta la primera vez que realizó el gesto de agacharse para recoger una piedra porosa con forma de meteorito. Por aquel entonces dedicaba al paseo 40 minutos al día y fue ahí en ese preciso momento cuando empezó su vínculo con los objetos. Julia Llerena ejerce en cada uno de los paseos una mirada atenta y de extrañeza ante lo encontrado; como un niño cuando va descubriendo el mundo.

Figura 1: Julia Llerena, El todo como objeto,2018. Fragmentos de objetos encontrados sobre baldas de madera, tamaño variable.,Galería RocioSantaCruz, Barcelona. Fuente: https://rociosantacruz.com/exposiciones-rsc/julia-llerena-el-todo-como-objeto/  

3. Aproximación al campo de la arqueología contemporánea

Este desenterramiento de lo velado, del residuo, del detritus se acerca a una forma de trabajar muy parecida a la metodología propia del arqueólogo y antropólogo. El arqueólogo rescata al objeto de tiempos pretéritos, lo desentierra con sumo cuidado para ofrecer a lo olvidado una nueva interpretación histórica. Con el artista recolector pasa algo similar puesto que otorga a la basura un nuevo significado. Marc Augé sostiene que para observar lo contemporáneo es necesario ponerse las lentes de antropólogo. En este sentido, Hal Foster (2001:186) rescata de Walter Benjamin la idea de “artista como productor”. Foster equipara el arte con las disciplinas de la antropología y la sociología en la medida que todas ellas se mueven en el “campo ampliado de la pintura”. También Ana María Guash hace mención a esta comparación subrayando la idea de que tanto el arte como la antropología realizan un trabajo contextual a través de una labor experimental recogiendo y archivando lo cotidiano (2016:137-8). Para Julia Llerena los paseos por el parque y las calles se convierten en verdaderos espacios de investigación. Ya a principios de los 90 los arqueólogos William Rathje y Cullen Murphy publicaron el libro Rubbish! The Archaeology of Garbage como una suerte de reivindicación de la basura como lugares del saber para el avance en el conocimiento antropológico. Y es que en este punto coinciden la mayoría de pensadores contemporáneos que la basura será la herramienta más prestigiosa para los futuros arqueólogos.

Precisamente esta tendencia antropológica y arqueológica también se emparenta con el acto de archivar. Siguiendo el artículo “Archivo y entropía” (2013) Carmen Bernárdez se fija en esta forma de trabajar hablando del término archivo, pero como archivo de objetos. En este artículo la historiadora distingue dos formas de guardar lo acumulado, a saber, una forma que tiene que ver con la entropía, con el desorden y el caos; y, todo lo contrario, otra forma que guarda de forma ordenada, taxonómica y archivística. Esta última es la que refleja la manera de trabajar de Julia Llerena guardando con sumo rigor lo recolectado y clasificando los detritus en su estudio a través de las propiedades específicas de los materiales. Clasificar es una manera de reordenar el mundo al más puro estilo George Perec en su libro La Vida: instrucciones de uso (1986). El escritor intenta reformular el mundo a través de una nueva ordenación de los objetos de su casa. Las clasificaciones nuevas plantean un nuevo entendimiento de la realidad. Así, también lo enlaza el comisario y crítico de arte Jesús Alcaide en un texto escrito a propósito de la exposición “Los lugares de un ardid” y que se puede encontrar en la página personal de Julia LLerena: "Recopilar, ordenar, estructurar, poner en otro lugar ciertos elementos para que cuenten otras historias. Cambiar el contexto, es cambiar el sentido, alterarlo, dislocarlo. A no es siempre A. B no en todos los sitios puede serlo." (2018, párr.2)

Siguiendo con la asociación del arte recolector con la arqueología, Alfredo González Ruibal, arqueólogo contemporáneo del CSIC, en su conferencia para “Post-Arcadia” en el CENDEAC (2018) propone desde su disciplina un vínculo con el arte contemporáneo. Precisamente alguna de las conexiones que propone se encuentra en la línea de este artículo: el desecho, la recolección y la acumulación de los detritus.

4. Del estudio al museo: puesta en escena

Esta forma de archivación también recuerda a los antiguos gabinetes de las maravillas de la ya avanzada Edad Moderna; época de grandes descubrimientos, de novedad y admiración. En los gabinetes se guardaban por temáticas todo tipo de objetos exóticos o extraños que llamasen la atención del coleccionista. Lo importante a tener en cuenta en estos gabinetes es la propuesta de ordenación donde de forma individual se propone una nueva forma de entender el mundo; pequeños teathrus mundi que intentan explicar o comprender el universo a través de lo minúsculo. Esto es, desde lo micro entender lo macro.

En este punto Didi Huberman organiza en el Museo Reina Sofía de Madrid (2010) una exposición titulada “Atlas, ¿cómo llevar un mundo a cuestas?” en la que reflexiona sobre los cambios planteados en la manera de entender el mundo que ha propuesto la modernidad. En una época donde todo parece multiplicarse, las figuras como la analogía y la comparación parecen postularse como herramientas idóneas para la comprensión de esta nueva realidad. Didi Huberman propone la mesa como el lugar ideal para que estas analogías puedan darse. La horizontalidad de la mesa propone un espacio libre, de cambio, de working progress; confrontándolo al espacio de la pared vertical donde se cuelgan tradicionalmente los cuadros ya acabados. A la manera más surrealista de Lautréamont: “[...] bello como el encuentro fortuito en una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas.”(2004, p. 295) La superficie horizontal es el lugar idóneo para el collage y la búsqueda de nuevas relaciones. Julia Llerena en su pieza Siderurgia (2015) (Figura 2) dispone sobre una mesa trozos de vidrio, tuercas, fragmentos de adoquines, etc. La mesa funciona aquí como horizontal paralela al suelo. Como si con un cúter se pudiese hacer un recorte al pavimento lleno de detritus y elevarlo como un pedestal. Recuerda, siguiendo también a Didi Huberman, al mosaico romano de Asarôtos oikos en el que está representado los restos de la comida de un banquete. Julia Llerena también se centra en los restos de lo insignificante, de lo que nadie se fija, de aquellas cosas que perduran en las esquinas marginales. Los presenta como objetos de estudio con una iluminación puntual y dramática despertando la curiosidad del espectador. Julia Llerena crea su propia constelación.

Figura 2: Julia Llerena, Siderurgia (detalle),2015.Objetos encontrados, lámparas de lectura y madera, medidas variables.,Stand ABC, ARCO, Madrid. Fuente: http://www.juliallerena.com/index.php/projects/pensamiento-inter-estelar/  

En todo artista recolector hay una obsesión con el orden y la taxonomía. A la manera presocrática Julia Llerena realiza su propia cosmogonía: un intento de reordenación del mundo para darle su propio sentido. Es un orden subjetivo, al fin y al cabo, con el que la artista dispone los fragmentos encontrados como un nuevo alfabeto. Exige al espectador que ejerza una mirada lenta en la que debe descubrir un nuevo lenguaje. Así por ejemplo en su instalación titulada La habitación propia o Palabras, menos una (ambas del 2020) la artista juega expresamente con la idea de relacionar los fragmentos encontrados con el lenguaje (Figura 3 y Figura 4). Dispone los elementos como forma de escritura espacial como si jugase con un alfabeto enigmático. La incógnita se encuentra en el nexo velado. Los nexos son los elementos lingüísticos que dan sentido al lenguaje o por lo menos ayudan a una significación clara. El nexo para Julia son las cuerdas que unen los detritus o las baldas que lo sostienen (lectura lineal). Otras veces el nexo es la propia yuxtaposición de elementos que proponen una lectura más caótica saltando de un objeto al otro. El orden de ese lenguaje que propone Llerena es de orden poético. Los objetos se ciñen al ritmo que la artista les dispone en el espacio, creando de esta menera instalaciones de un ambiente recogido, casi místico. Los escombros, los detritus, la basura pasan de la esquina marginal al pedestal de la contemplación artística.

Figura 3: Julia Llerena, La habitación propia,2020. Objetos encontrados y madera, medidas variables.Dentro de la exposición Between debris and things,CCCC Centre del Carme. Sala 2, Valencia. Fuente:http://www.juliallerena.com/index.php/la-habitacion-propia/  

Figura 4: Julia Llerena, La palabra, menos una, 2020. Fragmentos de objetos encontrados y alambres.,Galería Cibrián Gallery, San Sebastián. Fuente: http://www.juliallerena.com/index.php/la-palabra-menos-una/  

Conclusiones

Se puede enmarcar la obra de Julia Llerena dentro de una tendencia estética contemporánea y mundial en relación a la recolección y la acumulación de diferentes objetos, detritus o basura descartada. Se propone a Julia llerena como una artista recolectora ceñida a una metodología de trabajo muy específica incluso dejando entrever las huellas de un cierto ritual metodológico. Por un lado, la importancia del caminar que como se ha dicho responde a la necesidad de establecer una mirada atenta que vaya más allá de lo cotidiano, rescatando del suelo los objetos que la sociedad ha rechazado. A las caminatas recolectoras le sigue la custodia y ordenación de los fragmentos hallados; un orden que responde a las formas, al tamaño y materiales. De lo taxonómico se pasa a la puesta en escena a través de la técnica del montaje.

Julia Llerena actúa como una arqueóloga contemporánea rescatando los detritus de lo velado por el capitalismo. Precisamente como el término griego de alétheia que significa des-velamiento, Llerena redescubre estos objetos descartados para otorgarles una nueva significación. A través de lo insignificante consigue conectar lo micro con lo macro e intentar conectar lo minúsculo con el universo.

Referencias

Alcaide, J. (2018, ). “Los secretos de un ardid. Julia Llerena”. [Consult. 2021-02-10] Recuperado de https://lamadraza.ugr.es/evento/exposicion-los-secretos-de-un-ardid/Links ]

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Bernárdez Sanchís, C. (2013). “Archivo y entropía”. In F. J. Arnaldo Alcubilla (Ed.), Modelo museo. El coleccionismo en la creación contemporánea (pp. 101-116). 2013: Universidad de Granada. [ Links ]

Calavia, Ó. (2020). Basura. Ensayo sobre la civilización del desecho (Primera ed.). Logroño: Pepitas de calabaza. [ Links ]

De Lautréamont, I. (2005). Los cantos de maldoror . Madrid, España: Cátedra. [ Links ]

Didi- Huberman, & G. (2010). Atlas ¿cómo llevar el mundo a cuestas?. Madrid: Museo Reina Sofía. [ Links ]

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Llerena, J. (2015). Siderurgia. Madrid: ARCO. [Consult. 2021-02-10] Recuperado de http://masdearte.com/especiales/julia-llerena/Links ]

Perec, G. (1986). Pensar-clasificar (Primera ed.). Barcelona, España: Gedisa. Recuperado de http://data.theeuropeanlibrary.org/BibliographicResource/20000650071364Links ]

Recibido: 15 de Febrero de 2021; Aprobado: 01 de Marzo de 2021

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